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—¿Y bien, Frank? ¿Vas a explicarme...?

—Te llevaste a Mary sin decírmelo — cortó de inmediato a su madre —. Acordamos con el juez que Mary se quedaría en la casa de acogida de Florida, pero te la llevaste al otro lado del país sin decirme nada. ¡Tuve que enterarme porque iban a sacrificar a Fred!

—¿Iban a matar a Fred? — la voz de la pequeña salió trémula, sus ojos humedeciéndose rápidamente.

Mierda... — siseó Frank para sí antes de agacharse al lado de Mary —. Cariño, ¿por qué no vais tú y Harley a pedir las pizzas?

—¡No! ¡Quiero saber por qué querían matar a Fred! ¡Es mi gato! ¡Es de la familia, tú lo dijiste!

—Lo sé, nena, lo sé. Pero está vivo, ¿ves? — señaló al felino subido al sofá —. Lo salvé porque es de la familia. Ahora, por favor, ¿podrías ir con Tony y Harley a la cocina? Necesito hablar a solas con la abuela Evelyn.

—Pero...

—No, cariño, es una conversación de adultos — le dio un beso en la frente y se puso en pie mirando de reojo a Tony. Todo el dolor y la decepción que sentía en esos momentos estaban plasmados en su rostro —. Stark, ¿podrías llevarte a los niños?

—Frank, escucha...

—Por favor — insistió, desviando rápidamente la mirada.

No podía lidiar en ese momento con el moreno, no con su madre delante. Ya tendría tiempo más tarde para revolcarse en su propia pena por haber confiado en él. Porque no quería creerlo, pero el sentimiento de traición se sentía muy real en ese momento. El hombre había sido un egoísta, había pensado únicamente en él sin tener en cuenta que, si Frank había accedido a quedarse en la Torre, era precisamente porque iba a hablar con Evelyn sobre la custodia de Mary. Y no solo no lo había hecho, sino que ni siquiera le informó que él estaba allí. 

Aunque la culpa era suya por no haberse preocupado más. Después de años de ser solamente él y Mary, conocer a alguien tan único y carismático como Tony le había nublado la razón. Se había volcado en aliviar el dolor que veía en sus ojos, atraído por esa aura bondadosa y sensible que percibió bajo la fachada de indestructible, en lugar de centrarse en lo más importante en su vida: Mary. 

—Tenías que hacer alguna artimaña, ¿no? — habló Evelyn una vez Roberta se llevó a Tony y a los niños fuera del salón. Frank no se preocupó por la presencia de Pepper, aún cuando no sabía de qué lado estaba —. No voy a dejar que te lleves a esa niña de vuelta a esa... ese agujero que llamas casa.

—Como si antes te hubiera importado — se acercó un paso poniéndose tenso —. No he sabido de ti durante seis años, pero en cuanto te enteraste de que ella era excepcional no tardaste en aparecer y forzar las cosas a tu favor. Y cuando el juez no resolvió el asunto como querías, te la llevaste de todas formas sin pensar en mí. ¡Sin pensar en ella!

—¡Ella es lo único en lo que pienso! 

—¡No! ¡Tú solo piensas en ti misma! — exclamó fuera de sí —. ¡Le diste la espalda a Diane en el preciso instante que se quedó embarazada y te diste cuenta de que ya no podías manipularla a tu antojo! — suspiró y bajó la cabeza con lágrimas en los ojos —. Está muerta, Evelyn, tu hija está muerta, y no tienes ningún derecho en meterte ahora en la vida de Mary. 

—Esa niña tiene un don, Frank. No es como los otros niños, no puedes criarla como al resto. Se va a sentir frustrada todo el tiempo si no se rodea de gente con la misma capacidad mental que ella. 

—Lo sé... — asintió apretando los labios —. Lo sé. Pero si dejo que sea como tú quieres nunca tendrá amigos de su edad. Nunca sabrá lo que es tener una fiesta de pijamas, o la emoción por asistir al baile de fin de curso. Nunca sabrá lo que es tener mariposas en el estómago ante un primer beso, ni lo que se siente cuando puedes amar con libertad. Sin prejuicios, ni toques de queda o un horario saturado de trabajo. Tal vez mi forma de criarla no ha sido la mejor, pero al menos mi mayor preocupación es evitar que en un futuro acabe suicidándose como hizo Diane. 

Un Recuerdo Inolvidable [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora