Semi

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Yoongi con solo veintidós años caminaba rumbo a la estación de buses. Dispuesto a tomar transporte y llegar temprano a su destino, el frío de la madrugada le abrigaba de una manera ironíca, haciéndolo ajustar su abrigo.

Llevaba en sus manos los libros de química, ya que tenía un parcial esperándolo. Agitó su mochila, observando como una pareja de adultos discutían.

- Siempre haces lo mismo, ¡Estoy harto de esto! - dijo el hombre, viendo de mala manera a la mujer.

- Si tanto te molesta solo podrías pasarlo por alto. - respondió en modo defensa, con una mirada lasiva.

El hombre bufó molesto dándose cuenta que no estaban solos, se dispuso a callarse. Yoongi agradeció por eso, pues no quería seguir siendo partícipe de una discusión en plena calle, agradecía grandemente tener una enorme paciencia y aceptar los errores de su novia de buena manera.

El tenía el pensamiento de "todos cometen errores" muy presente.

Lo que él no sabía es que cierta novia se estaba aprovechando de eso, él era tan inocente que se cegaba ante tales acontecimientos por un amor que su corazón muy en el fondo sabía que no era correspondido.

Su amigo; Namjoon le había dicho muchas veces que su noviazgo era un fiasco y que tirara por la borda toda esperanza de una mejora, pasó un tiempo tratando de quitarle la venda de los ojos pero alcanzó su límite de paciencia así que dejó de insistirle y lo dejó ser.

No iba a negar que odiaba ver a su mejor amigo siendo un tonto, pero ¿Qué iba hacer él si la víctima no se dejaba ayudar?, no podía obligarlo tampoco.

Yoongi observó como el autobús se estacionada, dejó que las personas empezarán a subir. Estaba esperando cuando su mirada se paseó en una ancianita que luchaba por levantarse de la banqueta, él rápidamente corrió ayudarle recibiendo una sonrisa tierna de la abuelita como recompensa.

- Gracias, mi niño. - dijo dulcemente mientras eran los últimos en subir al autobús.

El pálido veía por la ventana, pensando que gracias a Dios iba temprano y sintió un gran alivio por eso, su estómago empezó a rugir como consecuencia de no haber desayunado, se dijo a sí mismo internamente que no se olvidaría de comer algo en el receso.

Minutos después bajó frente a la universidad, era su penúltimo año de carrera como psiquiatra lo cual era la razón más congruente para que él fuera de carácter tranquilo. La carrera le quedaba como anillo al dedo.

Caminó escaleras arriba encontrando su sección y se dispusó a entrar al salón donde llevaría casi toda su mañana, tomando en su asiento vió a Namjoon chupando una paleta de caramelo viéndolo detenidamente.

-Buenos días.

-Buenos días, Namjoon. ¿Qué tal tu fin de semana?

-Aburrido, mi tía me obligó a ayudarle con las compras para la fiesta para el cumpleaños de mi abuela, tuve que ir a la fuerza y ya sabes, música aburrida, bastones, placas por aquí y olor a viejito por allá.

Yoongi sonrió divertidamente de las ocurrencias de su amigo.

-Bueno, al menos la pasaste bien.

-Eso sí, ¿Y tú?

-Tuve que ir al centro comercial, andar cargando bolsas como si fuera un burro de carga.

Namjoon bufó molesto, él sabía de lo qué estaba hablando pero mejor prefirió callar ya que tenía ratos optando por eso.

El profesor entró a la clase saludando al momento que sonó el timbre, todos los estudiantes entrarón. Yoongi volvía a ver efusivamente a todos lados buscando a su novia la cual no se había hecho presente, suspiró aceptando lo peor.

Volvió a ver también a Namjoon quien presintió lo que preguntaba con la mirada, éste solo se encogió de hombros sacando su libro cuando el profesor lo ordenó.

Yoongi hizo lo mismo con dolor en su corazón, no era primera vez que pasaba por eso. Así que esperó a que pasara al menos dos horas de clase para pedir permiso e ir al baño ya que llevaba cuatro horas seguidas con el mismo profesor, este asintió en forma de respuesta, y eso fue un "Está bien pero no tardes" para que el pelimenta pudiera salir. Bajó las escaleras apresuradamente llamando a su novia por celular la cual nunca no contestaba y se sentía como un estúpido pensando que probablemente ella pudiera contestarle cuando nunca lo hacía.

Caminó pensando en las posibilidades que ya muy bien podía ir descartando una por una, llegando hasta el final del pasillo "2C". Detuvo sus pasos escuchando unos gemidos provenientes de uno de los baños de las chicas.

Debía admitir que sentía miedo de entrar ahí, ¿Qué tal si no era su novia y se encontraba con algún asunto desafavorable siendo un entrometido inoportuno?

Analizaba hasta que llegó a sus oídos esa voz recitando un "Oh,sí." Fue un click para darle un impulso, empujando la puerta entró abruptamente encontrando tal y como ya muchas veces lo había hecho solo que hoy era un lugar nuevo, a su novia junto a un chico lamiendo sus senos de manera obsesiva

-¡¿Yerin?!

-Yoongi... ah. - se separó del chico empujándolo. - ¿Qué no se supone que estás en clases?

-¡¿Qué?!, a ti debería preguntarte lo mismo.

- Se supone. - Arregló su camisa rápidamente y dió un beso en los labios del chico con el que estaba, tomó su mochila y se la entregó a Yoongi. -Toma, ya que me arruinaste el momento, al menos sirve de algo. -Ella salió del baño y el chico detrás de ella el cual se fue por el otro pasillo.

Yoongi sostuvo su mochila y caminó tras de ella.

- Cariño, tengo hambre. - Dijo haciendo un puchero. - ¿Me compras algo?

-...Sí..sí, amor. -Yoongi sonrío agridulce pero aún así tomó su mano sintiendo como ésta era muy suave y delicada.

Caminarón hacia la cafetería, el pelimenta sabía que se perdería sus últimas clases, pero agradecía que Namjoon estuviera ahí. Más tarde le pediría copia de ello y un poco de explicación, después de todo no era la primera vez.


 Más tarde le pediría copia de ello y un poco de explicación, después de todo no era la primera vez

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Mi Querido Entrenador •  [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora