Riunione

9.1K 1.1K 170
                                    



El sonido de la alarma no fue quien lo despertó si no un malestar en su pecho, presentía que algo iba suceder ese día, decidió ignorarlo y levantarse, ya era tarde y tenía cosas que hacer aparte de ir al bendito gimnasio.

Ordenó su cuarto, se duchó, hizo las compras de la quincena, completó algunos proyectos de la universidad hasta que llegó las una de la tarde, se vistió con lo primero que halló que consistía en una camisa blanca, jeans negros y sus zapatos favoritos; Converse rojos.

Salió de su casa esperando el autobús que lo llevaría a ese dichoso lugar, agarró asiento y se puso los audífonos. Yoongi no sabía que esperar, el gimnasio era de un color azul oscuro con un gran cartel que decía: [Gimnasio JJK] Se veía limpio y ordenado, se adentró para ir a la recepción a lo que vio a una chica castaño claro, era muy bonita a decir verdad.

- ¡Hola! ¿En qué puedo servirte? - dijo la muchacha.

- H-hola, vengo a apuntarme al gimnasio. - A Yoongi fue lo primero que se le ocurrió.

- ¡Ok! Te daré los horarios y el pago, los días martes y jueves a ésta misma hora está abierto, el pago es a los quince días y costará... - Yoongi dejó de oír lo que le decían cuando visualizó a través de la pared de vidrio que dividía la recepción de la sala de entrenamiento a su amigo Namjoon hablando animadamente con otro hombre que estaba dándole la espalda a Yoongi, de inmediato Namjoon abrió los ojos sorprendido percatandose de que estaba observándolo, la mueca de asombro cambió a una sonrisa y dijo algo inaudible para Yoongi, pero supo que lo estaba saludando.
Cuando el chico con quien recientemente hablaba se dio media vuelta encarandolo; a Yoongi se le fue el aire y su piel se puso más pálido que era, las piernas le temblaban con esos ojos oscuros observándolo con aparente asombro.

Ese hombre era con quién él se había acostado.

Iba a salir corriendo por la vergüenza, pero como siempre la suerte no estuvo a su lado, Namjoon ya había salido a la recepción y eso no era todo, claro que no, venía acompañado de el otro hombre.

- ¡Yoonie! ¿Por qué no me dijiste que ibas a venir este día? Hubiera pasado por ti. - dijo su amigo poniéndose al lado del mencionado pasándo su brazo por los hombros a Yoongi, pero él solo podía observar al otro que estaba enfrente de él con una sonrisa burlona  y no sabía si no era saludable los cambios en su piel de uno pálido -más de lo que era- a un rosado en su rostro, Dios, era malditamente incómodo y Namjoon lo notó y decidió romper eso.

- B-bueno, creo que no los he presentado. - dijo el moreno con una nerviosa sonrisa. - Yoongi, él es Jeon Jungkook. Jungkook, él es Min Yoongi.

- Pensé que se llamaba Yoonie. - dijo por primera vez Jungkook con una sonrisa refiriéndose a Namjoon.

- Oh, así le digo yo de cariño aunque es mi hyung. - respondió revolviéndole el cabello a Yoongi.

- Entiendo. Hola, Yoonie. - Hizo una pequeña reverencia. Ahora sí tenía una sonrisa pícara en el rostro.

- H-hola, Jungkook. - también hizo una reverencia. - Bu-bueno, y-yo me voy. A-adiós. - Rompió el contacto con su mejor amigo dándole un pequeño y rápido abrazo. ¿No había dicho que ese día su suerte no estaba de su lado? Pues entonces... no estaba de su lado y eso lo comprobó cuando oyó una voz la voz de la recepcionista:

- ¡Espera! ¿No venías a anotarte? - Yoongi estaba por abrir la puerta para largarse de una buena vez, pero se detuvo, si se largaba quedaría como un idiota enfrente de Jungkook y era lo que menos quería, pero de seguro con su tartamudeo ya parecía uno.

- ¿Quieres ajercitarte? - preguntó Jungkook a lo que Yoongi tembló un poquito, ¿Por qué era tan profunda su voz? Se sentía intimidado.

- S-sí, pero creo que ya no, cambié de parecer. - él ni loco regresaría a ese maldito gimnasio.

- ¿Por qué? Yo puedo hacer que te diviertas ejercitándote, muchas chicas se fijaran en tí. - No supo como debía tomar eso, joder, ese hombre se lo había cogido dos noches antes y ahora hablaba de chicas.
Pero no era ese el problema, su mente hizo un 'click' y reprodujo la imagen de Yerin con el chico capitán, él la amaba. Además de que Jungkook no parecía para nada afectado con lo que había pasado entre ellos dos.

Sí, ya no iba hacer un cobarde, iba hacer valiente para recuperar su amor, una aventura de una noche no afectaría su objetivo: Recuperar a Yerin.

Pero lo que Yoongi no sabía era que el destino era sabio, sabe a quién ponerte en tu camino para darte felicidad y comprensión y lo más importante; sin juzgarte.

Pero lo que Yoongi no sabía era que el destino era sabio, sabe a quién ponerte en tu camino para darte felicidad y comprensión y lo más importante; sin juzgarte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


   ______________________________________

Mi Querido Entrenador •  [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora