Pioggia

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Yoongi comía de su sándwich admirando las lindas facciones de su novia, quien veía perdidamente a los chicos futbolistas en el campus de la universidad, se pasaban el balón de un lugar a otro mientras otra corrían de un lado a otro.

Yerin comía de su manzana mientras suspiraba como la gotas de sudor caían en la frente del capitán del equipo sin disimulo alguno.

- Yoongi... ¿Por qué no eres musculoso?

- ¿Qué?

- Digo, sólo mira esos sexys músculos de Hyunjin, se ve tan sensual.

- Pues eso es porque él se ejercita. - respondió terminado de comer y limpiando su boca con una servilleta.

- ¿Pero porqué tú no lo haces? ¿Es por eso que eres tan bajito?

- Cariño, la estatura no tiene nada que ver con el ejercicio, la anatomía de los hu... - Yoongi no terminó la frase porque se dió cuenta como su novia se levantó rápidamente de su asiento para ir a recoger el balón que había rodado cerca de la cafetería, la pequeña falda hacia ver a Yoongi sus piernas delicadas y blancas, él rápidamente quitó la mirada avergonzado, asegurándose de que nadie lo haya visto pues sabía que no podía estar teniendo ningún tipo de pensamiento obsceno con su novia ya que ella era aún inocente y él era un chico de veintidós años sin poder ofrecerle nada aún.

Su cuerpo se tensó cuando notó como su novia entregaba el balón maliciosamente al capitán del equipo quien le dió un pequeño beso en su mejilla y le guiñó el ojo seguido de un "gracias" para después darse la vuelta y sonreír.

Yerin dió saltitos de emoción sin importarle que su novio estuviese a pocos metros de ella.

No era estúpida, pues sabía que todo le toleraba el idiota de su novio.

El timbre sonó y Yerin quitó la mochila de las manos de Yoongi cuando su amiga Juna llegó por ella.

-Me esperas afuera, Yoongi. - Fué lo único que dijo para salir casi corriendo emocionada del lugar, Yoongi solo asintió mientras aún podía escuchar los susurros de Yerin contando emocionadamente a su amiga lo anterior sucedido con el capitán del equipo.

- ¡¿Con que aquí estás lagartija?! - Dijo Namjoon, quien se sentó tomando lugar al lado del pálido. - ¿Estabas con tu noviecita?

-Sí... ¿si viste para qué preguntas?

- Te pregunto porque te perdiste los apuntes y una larga charla sobre como experimentar el sexo a través de un pensamiento. -

Yoongi se echó a reír.

- ¿En serio dijo eso?

- Sí, ¡lo hubieras visto! ¡Fue muy excitante!

Ambos se echaron a reír para levantarse e irse a sus últimas dos horas de clases sobre consejo diario de atención.

La clase fue muy aburrida, más bien era un repaso de todo lo que había visto en los anteriores períodos por lo cual solo se dedicó a pensar en su novia Yerin pidiendo a Dios que por favor estuviera asistiendo a sus clases ya que en esas últimas horas no llevaban juntos.

La hora marcó las tres de la tarde indicando que las clases terminaban lo cual hizo que los estudiantes se levantaran de sus asientos dispuesto a ir a sus clases.

Namjoon se despidió de Yoongi porque sabía que este día esperaría a su novia la cual no quería toparse.

El pelimenta esperaba por Yerin afuera de la institución observando como todos iban saliendo, estaba tan metido tratando de dar con la chica que no notó unos ojos color negro que lo veían entre tantas personas.

Por fin la chica apareció casi tirando practicamente en la cara del pálido su mochila, ambos empezaron a caminar hacia la casa de ella pues quedaba algo cerca. Después Yoongi tomaría el autobús hacia la suya.

- Yoongi, me dijeron que mañana hay una fiesta en casa de Bae. supongo que como tú nunca asistes podrías hacer mi tarea de el profesor Choi. - dijo mientras miraba el brillo de sus uñas

- Claro, amor.

- Buen chico. - sonrió dando un corto beso en la mejilla de Yoongi que lo hizo estremecer, su corazón dió un vuelco enorme en ese instante.

Estaban frente a la casa de Yerin cuando estaba por cerrar la puerta a Yoongi la madre de ésta fue un poco más rápida y salió a saludar al pálido cariñosamente.

- Hola, Yoongi. Ven, entra.

- Buenas tardes, señora.

Los tres pasaron, Yerin solo rodó los ojos, y subió rapidamente a su habitación dejando a Yoongi junto a su madre abajo.

- ¿Desde cuando no pasas un rato a visitarme? ¿Hace como un mes? Bueno, no tengo ni idea pero el motivo es para que me des tu opinión sobre algo que he preparado. -dijo ella caminando hacia la cocina. Yoongi tomó asiento en un sofá color vino suave.

El gato de la casa lo reconoció e inmediatamente recostandose en su regazo, el pálido acarició su pelaje suavemente mientras esperaba a la madre de Yerin.

Un pastel enorme se mostró ante sus ojos lo cual no pudo evitar mostrar su cara de asombro.

- ¡Wow!

- ¿Te gusta?, ¡Ah! ¿Qué preguntas son esas? Tu expresión lo dice todo, lo que me interesa es que me digas que te parece es el sabor querido. - tomó un trozo poniendolo en su plato y se lo dió al pelimenta quien degustó muy complacidamente.

- ¿Quiere que le sea sincero? - dijo con su rostro serio.

La señora se pudo nerviosa y un poco triste pero aún así; asintió.

- ¡Está sabroso! - Yoongi cambió el rostro a uno alegre sabiendo que la broma había funcionado.

- Eres un pillín. - Dijo la señora quitando el plato mientras daba un pequeño golpecito en el hombro del pelimenta.

- Disculpe si la hice sentir mal. - dijo el chico con tono preocupado.

- No hay problema, hijo. Debí saber que harías una de tus tantas bromas desde un principio.

- ¡Yoongi! - Yerin gritó desde su cuarto.

La señora asintió en forma de "puedes subir. " haciendo que el chico subiera escaleras arriba.

Entró a la habitación notando que la puerta estaba abierta. Encontró a Yerin en ropa de casa y con un cuaderno en sus manos - Este es el de la tarea.

-Oh, está bien.

Yerin se acercó a él dando un beso fugaz en los labios del pálido haciéndolo estremecerse, la chica se apretó a él subiéndose en sus piernas. Yoongi luchaba porque el contacto no le fuese afectar mediante sus besos se intesificaban pero se rindió cuando su miembro se puso duro, Yerin se levantó de un brinco, molesta le dió un empujón.

- ¡Yoongi!, ¡sabes que no puedo estar contigo de esa manera! No seas un pervertido.

-Perdoname, cariño. - dijo avergonzado. - Soy hombre y mi cuerpo reaccionó.



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Mi Querido Entrenador •  [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora