Vergine

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Yoongi no supo en lo que se estaba metiendo, en algún lugar remoto de su mente le advertía sobre lo que pensaba hacer y entregar, Dios, era un maldito virgen de veintidos años, pero el alcohol y los besos húmedos del chico en su cuello le cegaban, lo que le sorprendió fue un gemido que salió de su garganta, sus ojos estaban aguados, el chico que lo había a acorralado en la puerta al nomás entrar se estaba restregando contra su cuerpo, y no, no se estaba quejando, es más, le excitaba pensar que alguien lo deseaba, no le importaba si ese alguien fuese un hombre.

El chico -que ni siquiera sabía el nombre, por eso Yoongi lo llamaba 'el chico'- pasó de su cuello a devorar ya a sus hinchados labios, pidiendo permiso cuando tocó su belfo superior con la punta de su lengua, sus bocas y lenguas daban calor a la habitación.

- ¿Estás seguro que quieres hacerlo? Si decides que sí ya no habrá marcha atrás. - oyó la voz profunda y cargada de excitación de su acompañante. No, él quería ser libre y dejar de ser tan patético delante de la gente.

- Sí, por favor. - fue lo único que contestó antes de que le agarra de los muslos haciéndolo que enroscara sus piernas a la cintura del chico mientras sus bocas estallaban de salivas sirviendo como silenciador para sus jadeos.

Lo dejó caer en la cama, otro cuerpo lo cubrió y empezó a quitarle la camisa de botones mientras de miraban a los ojos, el chico que estaba con Yoongi tenía unos preciosos ojos negros, sólo de verlo a Yoongi le daba un escalofrío, no sabía el por qué ni quería averiguarlo mientras estaba ya completamente solo en boxers mientras que el otro estaba vestido.

- Quítate la ropa. - exigió o más bien fue una súplica, Yoongi estaba seguro de que si éste hombre lo rechazaba y criticaba por su cuerpo iba a suicidarse, no lo iba a resistir.

- Estás muy urgido ¿Eh? - mordió su labio por ver toda esa piel hermosamente pálida, el chico bajo suyo tenía una de las mejores pieles y texturas del mundo, tanta para querer marcarla.
Obedeció y se quitó la camisa ante esos ojos penetrantes.

Yoongi veía esos bíceps además de ese muy bien formado 'six pack' a su vista.

- ¿Te gusta? - preguntó el chico con una sonrisa ladina.

- Mucho. - dijo casi al mismo tiempo en que se sumían en un ardiente y excitado beso.

Se quitó los pantalones rápidamente aventandolos vete a saber dónde a a abriéndole lentamente las piernas al chico pálido, Yoongi tragó grueso, él no era tonto, quizá un poco ingenuo pero sabía lo que iba a venir, tuvo la intención de preguntarle si él podía ser el dominante, pero rápidamente la descartó, no se sentía capaz de hacerlo.

Se besaron otra vez y con mucha más gana, gimiendo y jadeando mientras se frotaban sus erectos miembros bajo los boxers, ya era hora de que pasaran a algo más, así fue, el chico tuvo el valor de besar a su cuello, después al pecho dejando besos mojados hasta llegar a esos botoncitos erectos y rosados, le dió una rápida lamida al izquierdo y un escalofrío le recorrió la espalda a Yoongi, otro lenguetazo y ahí sí que el más bajo gimió, mierda, se sentía tan bien y enrollar sus delgados dedos al cabello azabache para que continuara el trabajo, más lenguetazos y lamidas, maldita sea, se sentía tan bien, pero en algún momento llegó a dolerle su pezón y comenzaba a arderle.

- E-espera, ya no, me duele mucho. -

- Lo siento. - respondió, su sabor era tan delicioso. Subió a su boca y se fundieron en un beso al mismo tiempo que comenzó a simular pequeñas embestidas contra el cuerpo del otro, frotándose sus miembros, no pudo más consigo mismo y le fue bajando lentamente el bóxer al otro, nunca se esperó que el chico estuviera muy bien dotado, sonrió y le acarició el glande rojizo y goteando líquido preseminal escuchando al instante un fuerte gemido del pálido, su voz era gruesa pero muy dulce a la vez, satisfecho con eso comenzó a masturlo rápidamente quitándose sus bóxer y a marturbarlos juntos con una mano, se sentía malditamente bien.

- M-me vengo. - dijo Yoongi extasiado y sudando a chorros.

- Oh, no, no. Aún no hemos terminado. - respondió parando sus movimientos escuchando un quejido y suplicas del otro. Estaba demasiado excitado, tenía y quería entrar en él de una sola vez, pero no, no lo hizo, es más, le abrió mucho más sus piernas dejando a la vista su pequeña y rosada entrada.
- Chupa. - le metió dos dedos a la boca viendo como los lamía como si fuera un dulce, embadurnandolo con su saliva, los sacó y tanteó su entrada. - Respira y relájate.

Yoongi suspiró, ¿Cómo se había metido es eso? Era un pecado, era un hombre, por Dios, se iba ir al infier-
Un dedo se deslizó dentro de él y sintió sus ojos lagrimear, dolía, dolía como la mismísima mierda, era demasiado.

- N-no, no. Espera, duele, no quiero, ya no. - dijo lloriqueando y el chico se asustó pero entendió en seguida, era su primera vez.

- Ya pasará, tranquilo, ya verás que lo disfrutarás. - respondió dándole besos humedos en el cuello y pecho. Hundió el dedo mucho más profundo a la vez en que lo movía creando círculos, metió otro muy lentamente escuchando un quejido de dolor por parte del otro pero siguió, lo iba a disfrutar, sí. Cuando estaban los dos adentro hizo tijeras con sus dedos, Yoongi estaba ya completamente cegado por la excitación, dolía pero le encantaban, gimió agudo cuando sintió otro dedo más, tenía tres dedos dentro de su culo y no se quejaba.

El chico salió de un solo golpe y suspirando profundamente, agarró su falo y comenzó a restregarló contra su entrada, Yoongi pegó un respingo, era grande, más que él ¿Cómo mierda eso iba a entrar en el? No tenía ni idea, pero no se iba a echar para atrás. Agarró de los anchos hombros al otro y agarró aire.

- Estoy listo, mételo. - y sintió como se abría camino en su interior, estaba bien, dolía, claro que jodidamente le dolía, pero era soportable, suspiró y escondió su rostro en el cuello del hombre que lo estaba penetrando.

El chico sentía esas estrechas paredes aprisionarle su pene, estaba jodidamente estrecho. Estaba seguro, era su primera vez. Tenía que darle su mejor primera vez. Se mantuvo quieto esperando alguna señal para moverse y al instante sintió un movimiento de cadera sutil, dió una embestida suave y escuchó un gemido placentero, sí debía de seguir así, daba rápidas embestidas hasta que se hicieron duras y mucho más rapidas, la cama rechinaba con la agilidad y sobre-esfuerzo.

Vio el pene del pálido desatendido y comenzó a masturbarlo a la misma rapidez de sus movimientos de pelvis, sus testículos chocaban contra las nalgas del contrario y mientras éste estaba al borde de colapsar de tanto placer, jamás en su miserable vida hubiera imaginado que ser penetrado y que te partan el culo por la mitad se sintiera tan placentero y delicioso, ya no pensaba las consecuencias de sus actos, solo el sonido de sus cuerpos al chocar entre sí, solo ese pensamiento le hizo llegar a su primer y mejor orgasmo de su vida, haciendo que sus paredes anales apretaban al miembro del otro, arrebatándole su preciada esencia, bañando las mismas.

Tiró la cabeza para atrás y todo se volvió oscuro.



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Mi Querido Entrenador •  [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora