•La niñera: Epílogo.
Título: Solo la primera parte de la historia.Respiré profundamente, intentando calmar mi agitada respiración. Mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho y estaba conteniendo con una voluntad inexplicable las lágrimas. Levanté mi vista del suelo y miré al público. Mis ojos se encontraron con mis padres que sonreían orgullosos, y justo a su lado la persona más importante que tenía en mi vida. Cuatro años juntos habían sido suficientes como para que lo amara con mi vida, como para que pudiera dar todo por él sin dudarlo ni un segundo. Le sonreí y él me guiñó un ojo, justo antes de que mi mamá le diera un codazo y Tristan se quejara. Según mi nada buena lectura de labios había visto, ella había dicho algo como “no la desconcentres”. Me reí, pues ya era muy tarde para eso; los nervios se habían evaporado y mi vista estaba prendada a él.
Movió sus labios, y luego de haber escuchado tantas veces esa frase, entendí perfectamente que había dicho “te amo”. Le sonreí, justo antes de apartar mi vista de él antes de que en serio me desconcentrara.
Alicia Jenkins, ya casi me toca y termina esta tortura.
Ella se acerca a la directora que le entrega su diploma y su declaración de graduado.
“_________(TN) Jones”
Respiré con profundidad y con una sonrisa de oreja a oreja me acerqué al podio. La directora me entregó la declaración y mi diploma un momento antes de darme un beso en cada mejilla y posar para la foto, donde el flash me cegó. ¡Ya estaba! ¡Al fin era una graduada! Oficialmente yo era abogada criminalista, ya no más estresante universidad y estresantes exámenes.
Luego de que nos entregaran a todos los diplomas, Vanessa y yo corrimos a abrazarnos y empezamos a gritar como locas. Los sombreros de nuestros trajes volaron por el aire. Jamás pensé que graduarme se sentiría así: me sentía feliz pero a la vez sentía un vacío enorme en el estómago. Dejaba el lugar en el que había estado durante seis años para empezar un nuevo capítulo de la historia. ¿Estaba lista para esto? Quizás no, pero estaba con la persona que amaba y eso era lo importante. Además de que ya estaba harta de las veces que Tristan se burlaba en broma cuando me veía estudiando para los exámenes ya que él al ser un año mayor había entrado un año antes a la universidad, y por ende salido uno antes.
—Felicitaciones, preciosa—Me dijo y me abrazó. Era increíble que luego de…15 años ese apodo siguiera causándome mariposas en el estómago. Tristan se separó luego de un largo momento cuando se escuchó el carraspeo de mi madre. Él me soltó a regañadientes y me abracé con fuerza de mis padres antes de ponerme a gritar como loca otra vez cuando Vanessa se acercó con sus padres que querían felicitarme.
Todo el cóctel posterior a la entrega de diplomas fue algo agitado. Gente acercándose a saludarme, felicitarme y gente que se empeñaba en hablarme cualquier tontería como si conspiraran para no dejarme estar con mi novio.
—Tranquila—Susurró él en mi oído mientras me abrazaba por la espalda—. Tendremos mucho tiempo en la Luna de Miel.
Yo sonreí, y solté una risa tonta cuando depositó un pequeño beso en mi cuello que me hizo cosquillas.
—Pero todavía falta un mes para eso—Alegué como niña pequeña y me giré, enredé mis manos en su cabello y dejé que nuestros rostros estuvieran muy cerca.
—Pues según tu madre un mes se pasa volando—Tristan rio. Yo rodé los ojos.
—Ni me lo recuerdes, ayer me tenía histérica recordándome cada cinco minutos que aún me faltaba comprar el vestido.
—¿Qué importa eso?—Me acarició la mejilla. Sin darnos cuenta estábamos bailando lentamente una música que era más rápida de lo que nosotros queríamos creer—. Puedes elegir lo que sea, harías bello hasta un estropajo si te lo pones.