Capítulo 19

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•La niñera•

Bien, lo he estado meditando todo el día y ya llegué a la conclusión de que tengo que mantener las distancias con Tristan; es un estúpido manipulador, porque es así con todas las chicas que conoce, y como yo soy una estúpida sin remedio (incluso más estúpida que él) caigo en sus redes de chico bonito encantador cuando en realidad es un maldito desgraciado que te atrae con su encanto y luego se aprovecha de ello. Yo no soy una de las chicas de Tristan, no soy otra más del montón, porque así es como él me ve: otra más del montón, otra idiota dispuesta a complacerlo en lo que se le antoje. No es así, no voy a dejar que me utilice, aunque se me haga jodidamente difícil mantenerme alejada.

El antiguo Tristan no iba a volver, pasarían unos años antes de que madurara con respecto a las chicas y yo de verdad quería a alguien que me quisiera de verdad y no porque sí y ya. ¿Demasiado era pedir eso?

Me sentía como una tonta en este momento, porque le estaba dando mil vueltas al tema de Tristan y probablemente él a esta hora se está revolcando con alguna pu…

Se supone que debería ser fácil, pero no me puedo sacar de la cabeza sus besos, ni su aroma, ni sus ojos, ni sus labios. Es como si estuviera justo enfrente a mí en este momento porque lo siento en todo momento, y estoy deseando profundamente poder sacármelo de la cabeza, aunque al final sé que eso no va a ser nada fácil.

Pero yo estoy segura de que lo lograré.

Creo.

Me devolví a mi habitación en el momento exacto en que Tristan abrió la puerta llegando de quién sabe qué. El episodio con él había sucedido ayer y no había tenido cara para enfrentarlo, así que lo había evitado como mínimo unas 20 veces en total, y pensaba seguir haciéndolo porque no estaba muy segura de cómo decirle que lo que pasó ayer fue una completa estupidez de mi parte y que nunca en su vida se volvería a repetir, además Vanessa me ha estado molestando todo el santo día para que le diga lo que sucede, pero no lo haré hasta que esté segura de qué es lo que sucede, porque sinceramente ni yo misma comprendo mis sentimientos.

Todo era más fácil antes; no chicos, no problemas. Es una buena filosofía porque un 90% de mis problemas tienen que ver con ellos, y lo odio.

¡Oh vale a quien engaño! Estoy jodidamente enamorada de ese estúpido engreído y no tengo ni idea de cómo ni por qué.

O al menos el hecho de que no salga ni un segundo del día de mi cabeza me hace llegar a esa conclusión.

Es algo complicado de explicar, al fin y al cabo no tengo que ser muy lista para darme cuenta de que esto no es nada, nada bueno. De cualquier otro chico menos de éste, porque con Tristan, yo iba a salir lastimada de alguna manera.

Sí o sí.

No quiero que me lastimen, no de nuevo.

Y como si fuera poco, cuando mi mamá llama para saludarme, se pone en el papel de madre sobreprotectora y está como… una hora hablándome de que no le abra la puerta a extraños, y yo solo quería cortarle, pero me fusilaría cuando regresara así que no era buena idea.

—¿Al fin dejaste de escaparte o yo tuve la suerte de agarrarte desprevenida?—Dice Tristan y yo creo que es la segunda porque cuando escucho su voz pego un salto del susto.

—¿Escaparme?—Pregunto haciéndome la tonta—. ¿Y por qué tendría yo que escaparme de ti?

—Por lo de ayer—Me dice como si fuera obvio.

—¿Y por qué tendría que importarme lo de ayer?—Pregnto como si nada y enciendo el televisor.

—¿Estás de broma, verdad?—Extrañamente el Tristan burlón y engreído con sonrisa pícara no está, en cambio luce frustrado.

—No—Me encogí de hombros—. Deberías olvidar ese incidente, yo ya lo hice.

—¿Incidente?—Dice mirándome notoriamente enojado—. ¿Que ya lo olvidaste? Dios santo no entiendo por qué eres tan extraña.

—¿Extraña por qué?

—Porque cada vez que pasa algo entre nosotros, luego te enojas sin motivo aparente y ahora está siendo indiferente.

—Me enojo porque no me creo que sea tan estúpida como para acercarme a ti.

—Eso dolió.

—No me importa, si quieres evitar el dolor, puedes mantenerte lo más alejado de mí que te sea posible.

—¿Sabes qué? Tienes razón, me hartas con tu actitud, dudo que alguien pueda soportarte así que estoy totalmente de acuerdo en que mantengamos las distancias—Dijo él y se dio media vuelta, salió por la puerta y yo sentí un vacío en el estómago que me fue imposible ignorar.

Intenté mantener mi cabeza en blanco el resto del día, pero la verdad era que no estaba teniendo buenos resultados porque tenía mil cosas a la vez en ella. Me sentía como una estúpida dándole vueltas a este tema. Un año completo sin problemas de chicos y ahora eso no es posible por culpa de Tristan. El caso era que Tristan era igual con todas, y eso lo detestaba, porque puede que me besara, lo que no significaba que de verdad le importara, solo se preocupa de él mismo.

Además él tenía razón, mi personalidad era terrible y lo aceptaba sin problemas, mejor que se buscara una chica más simpática, más fácil de entender, mucho mejor que yo, no le iba a costar nada de nada.

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Voten!

La niñera (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora