•La niñera•
—Bueno, nuestros caminos se separan aquí—Dijo Ryan al ver que yo doblé hacia la derecha y el dobló a la izquierda—. Nos vemos, noviecito, pásala bien con ________(TN).
—Adiós Ryan.
|*|
—Necesito hablar contigo, es importante—Le dije, Tristan me miró extrañado y luego asintió con la cabeza. Cerró la puerta del auto y se quedó frente a mí.
Me gustaba, Dios sabía cuánto me gustaba y cuánto lo odiaba en este momento. Me había destrozado con tan solo 9 años, pero ahora el dolor era incluso más fuerte y probablemente sería más duradero ahora que tenía 19 y era más consciente de todas las cosas en general. Tristan me miraba expectante: verlo me hacía odiarlo aún más. Era un cínico, no le había importado jugar con mis sentimientos. Pero… quería una noche conmigo para ganar la apuesta ¿entonces por qué me había pedido formalizar? ¿no le bastaba con utilizarme ahora quería lastimarme más? Sinceramente ni siquiera acababa de creérmelo del todo, que luego de haberme dicho… todas las cosas que yo fui capaz de creerle, me lastimara así.
El caso es que no dejaría que pasara de nuevo: yo no iba a ser la damisela lastimada de esta historia que llora porque el idiota la hiere. Voy a conservar mi orgullo y haré que Tristan pierda el suyo, porque no dejaré que me vea lastimada por su culpa. Ni una maldita vez más.
—Antes que nada me gustaría disculparme, Tristan—Dije y suspiré. Lo miré con mi mejor rostro de arrepentida. Él me miraba extrañado.
—¿Qué es lo que sientes?
—Siento...-Me mordí el labio y cerré los ojos—. No puedo hacerte esto.
—¿Qué es lo que no puedes hacerme?—Peguntó frunciendo el ceño.
—No podemos… estar juntos.
Ahora su rostro expresaba mayor confusión. Tan malditamente cínico.
—¿Qué sucede?
—No me demoré hoy porque me hubiera encontrado con una amiga. En realidad, me encontré con un… amigo.
—Un amigo—Repitió con tono desconfiado.
—Es… Alex.
El rostro de Tristan empalideció, como si de verdad le importara en algo que me encontrara con mi ex novio que se fue a Inglaterra.
—_________(TN)…
—Escucha, ¡lo lamento! ¿Sí? No podemos estar juntos, porque pensé que lo había olvidado, pero ahora que lo veo… Tristan… lo sigo amando. Jamás lo he olvidado.
Tristan negó con la cabeza, como si no creyera lo que le estaba diciendo. Intenté acercarme pero él se alejó. Se veía tan dolido que estuve a punto de creérmelo.
A punto.
Era tan horroroso que actuara tan malditamente bien
—¡Joder, _____(TN)!-Gruñó—. Te dije absolutamente todo lo que sentía por ti, te pedí ser mi novia. ¿Y ahora se aparece Alex de la nada y me dices que no puedes estar conmigo porque aún lo amas?
—Lo siento.
—¿Lo sientes? No, yo lo siento—Dijo, con una sonrisa irónica—. Lo siento conmigo mismo por ser tan estúpido. Todos estos malditos meses haciéndote la víctima y resulta que al final eres igual que todas las chicas.
Esto era indignante ¡yo no merecía este discursito! Él me había apostado, me había usado tan descaradamente y ahora se sentía en el derecho de… de decirme que era igual que todas cuando resultaba que él era una escoria.
Estuve a punto de estallar y decirle que sabía lo de la apuesta, pero no lo hice.
—¡No controlo mis sentimientos! ¿Vale? No puedes culparme.
—Me gustabas, porque pensé que eras diferente, no que eras de esas que jugaban con los sentimientos de la gente.
Mira quién habla de jugar con los sentimientos.
—Resulta que no, que eres exactamente igual a todas las chicas, eres exactamente la copia de todo lo que odias en mí. ¿Es una venganza, Jones? ¿Una venganza por lo que sucedió hace 11 años? ¡Bien! Qué bien, lo conseguiste, es lo que querías desde el principio, encontrar la forma de lastimarme.
—¡No es cierto!
—¿Pero sabes qué? Es lo mejor, resulta que no podría estar con alguien como tú, no pensé que fueras así.
—Estás haciendo parecer como si yo fuera la mala de la historia—Gruñí, ya harta—. ¿Por qué no analizas las cosas que haces? Cada una de ellas, y te vas a dar cuenta de que nunca podrás ser normal, nunca dejarás de ser un sátiro y un narcisista, de ir de chica en chica y de romper corazón tras corazón. Crees que no lastimas a las personas a tu alrededor pero en realidad lo haces, y eres un actor de primera, ¿te lo había dicho?
—¿De qué mierda estás hablando ahora?—Preguntó frustrado.
—Es algo de lo que tendrás que darte cuenta tú mismo.
—¿Sabes qué? Déjalo, ya está—Dijo con una voz entre enojada y dolida. Se subió al auto de nuevo y se fue de ahí.
Me quedé mirando el auto partir hasta que desapareció de mi vista. Mis ojos se inundaron y mis ojos se nublaron totalmente, ahora solo veía borroso y sentía un dolor tan espantoso como etéreo en el pecho, peligrosamente cerca del corazón. Tuve que afirmarme de la pared porque pensé que me caería. ¿Podía ser peor? Estaba lastimada, de nuevo, por culpa de Tristan Evans.
Y había metido a Alex en el asunto, aunque no sabía de él hace mucho tiempo, a veces nos escribíamos mails pero nada importante. El último que había recibido había sido hace varios meses atrás, se lo respondí, pero nunca llegó uno de vuelta. Lo único que sabía era que él ya tenía novia y ¡Estaba en Inglaterra!
Entré a la casa y cerré la puerta. Me apoyé en ella y caí sentada al suelo, sin fuerzas para mantenerme de pie por más tiempo. Escondí mi cabeza entre mis piernas y me abracé a mí misma, y por primera vez luego de mucho tiempo, me dejé vencer por el dolor y dejé aflorar toda mi debilidad.
No había llorado así desde que me di cuenta de que Tristan Evans me había abandonado como amiga, luego había aprendido a ser fuerte y no romperme por nada, pero ahora estaba rota, y no podía evitar consumirme en un lago de dolor en el que ni siquiera podía nadar. Me estaba ahogando en mis propias lágrimas, no podía detenerme.
Maldito Tristan, maldito fuera. No lo creí capaz luego de todo. Si lo habría creído capaz cuando lo conocí, pero había cambiado, lo veía diferente y él era diferente. No es que él cambiara, el problema es que yo había sido lo suficientemente estúpida como para creer que había cambiado.
Subí a mi habitación y me tiré en la cama, de nuevo sin poder contener el llanto desenfrenado que me controlaba. Me tapé la cara con la almohada y lloré hasta mi última maldita lágrima.
Rota, estaba rota, herida y destruida.
Igual que hace once años.
------------------------------------------------------------
Voten!