You Are Mine °너는 내거야° «Yoongi» [Omegaverse]

~십삼~

Jae Soo despertaba recién.

No había interiorizado el lugar en el que estaba.

Pero, realmente le dolía el cuerpo.

_Oye, oye...- La voz de Yoongi sonaba lejana- Despierta, mafiosa, por favor...- Era como si... Como si no pudiera despertar aunque quisiera.

Sin embargo, abrió los ojos, para ver a Min arrodillado a su lado.

El alfa revisaba en busca de algún corte que hubiese ocacionado aquel cuchillo en su cuerpo.

El estómago de la omega estaba manchado de sangre, y ella se aterró ante eso.

Sin embargo, se dio cuenta de que no había dolor.

La sangre no era de ella, sino de Yoongi.

_¿Estás bien?- Preguntaba él, nervioso.
_Yo estoy... Bien... Pero vamos al hospital.
_¿Te duele algo?
_A mí no, pero tu brazo...
_Mi brazo está bien. ¿Pero y tú? ¿Te duele algo? ¿Nuestro... El bebé está bien?

Jae Soo lo miraba, aturdida.

_No me... Duele nada...- Logró pronunciar, porque el dolor en su mandíbula le ordenó cerrar la boca.
_Ven. Vamos a casa. Los médicos te atenderán allá.

Unos brazos la levantaron. Sin embargo, esos no eran los brazos de Yoongi. No. Eran los de Hoseok.

_No...- Murmuraba, no estando en todos sus sentidos- Yoongi... al-alfa...

Hoseok se detuvo en seco.

Cuando una omega llamaba a un alfa era porque se sentía en peligro. Era algo natural el hecho de llamar al alfa que más tiempo había pasado con ella.

_Yoongi, te está llamando- Le dijo Hope a Min, quien caminaba tras ellos. Ni siquiera podía adoptar su forma lobuna, porque que no podría caminar con la pata lastimada.
_Yo... No sé si...- Y al sentir el aullido lastimero de la omega en busca suyo, se acercó rápidamente y acarició su cabello.

Jae Soo, dormida al fin, se acurrucó en el pecho de Hoseok, y los tres salieron de allí.

O bueno, los cuatro.

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_Sólo tiene algunos golpes. Por suerte, nada en el estómago- Dijo el doctor- ¿Necesita algo más?
_No, nada más.
_Su hombro...
_Mi hombro está bien. Preocúpese de mi... de la omega...
_Ella está bien. Coloqué pomada en sus golpes y cicatrizante en sus pequeñas heridas. Asegúrese de que cuando despierte coma bien y, por favor, que no se exalte así. Su hijo podría verse afectado.
_De acuerdo, doctor. Gracias por sus cuidados.

Tras una corta reverencia, el médico se fue, y Min se quedó allí, mirando unos segundos a la chica.

Hasta que decidió ir al baño, y lavar la herida en su hombro.

Estaba sangrando mucho, y ya no podía sentir el brazo, ni moverlo.

Así que, fue al lavado y, con una toalla húmeda, mojó levemente la zona, comenzando a pasar la tela suave por ahí.

Comenzaba a dolerle. Sin embargo, aguantaba.

Y, al regresar al cuarto, pestañeó confundido al darse cuenta de que ella no estaba en la cama.

Revisó en todos lados, preocupado, hasta que pudo ver su silueta en el balcón.

Suspiró profundo.

_¿Cómo te sientes?- Le preguntó, ubicándose tras ella.
_Como cuando un elefante te pisa...

Min rió y se puso a su lado, mirando el paisaje.

_Me vas a decir ahora, ¿Qué pasó en esta montaña? He notado guardias de seguridad por todos lados.