"B" de Bondoni (Emiliaco)

Capítulo Narrado 6

Era viernes por la mañana, emilio estaba esperando a que el maestro llegará, todos, o la mayoría, estaban fuera del salón, su vista se paseó de un lado a otro, miró hacia atrás, y vio a un chico, era de una altura mediana, Emilio apostaba que el chico era más pequeño que el, su cabello estaba perfectamente peinado, su piel era clara, su sonrisa era hermosa, su cabello era Cataño y sus cejas eran perfectas, sus mejillas se encontraban con un leve rubor mientras el chico a su lado, si no se equivocaba se llamaba Niko, pero no recordaba el nombre del chico.

Emilio se quedó mirando a aquel chico, el castaño reía junto a Niko, sus mejillas volviéndo se aún más rojas, y sus ojos se volvían chiquitos.

De un momento a otro Niko y el otro chico pararon de reír y Niko se acercó y le dijo algo al oído a el cataño el cual se sonrojó.

Emilio volteó de nuevo al frente encontrándose así con Alex, uno de sus amigo, Emilio y Alex comenzaron a bromear y a hablar, hasta que la hora de receso se acercó, su maestro nunca llegó.

                  
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Joaquín se encontraba escribiendo en uno de sus hojitas azules pastel, la próxima nota la iba a dejar después de clases.

Faltaban unos cuantos minutos para que el timbre de fin del receso sonará, su mano escribía rápidamente sobre el papel, Joaquín termino de escribir la nota y la guardo en su mochila.

El timbre anunció el final del receso.

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Cuando las clases se dieron por finalizadas Joaquín corrió y dejó la nota en el casillero de Emilio y corrió a la salida de la institución.

Joaquín llegó a su casa, dejó su mochila en uno de los sillones de la sala y se dirigió a la cocina, estando en la puerta de está un maravillosos olor a lasagna llegó a sus fosas nasales.

-Mamá, huele delicioso–dijo sonriendo.

-Es la lasagna que está ya lista, vamos dile a Renata que ya bajé a comer–el chico asintió y corrió escaleras arriba para hablarle a s hermana.

Cuando ya la familia Bondoni estaba casi completa, comenzaron a degustar la comida que la señora Gress había preparado.

-Joaco–El antes nombrado volteó a ver a su hermana–Ya le hablaste a ese chico que te gusta, ya va demaciado tiempo en el que no he tenido un cuñado–dijo la chica para después tomar un trozo de la lasagna con su tenedor y comerlo.

-Aun no Reny, aún no es tiempo–dijo encogiéndose de hombros.

-Ya ha pasado poco más de un año desde que me confesaste que te gustaba–resoplo la chica.

-Ya Renata, si Joaquín dice que aún no es tiempo no tienes porque presionarlo, el estará seguro de cuando sea tiempo–interrumpio la señora Gress.

La chica asintió inconforme, no le gustaba ver cómo su hermano moría por Emilio (si no recordaba mal su nombre) y este no sabía ni de la existencia de su hermano.