Capitulo Narrado 16

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Era sábado por la tarde,Joaquín se encontraba viendo una serie con Renata.

El teléfono de Joaquín sonó, lo tomó de manera rápida, podía ser Emilio invitándolo a salir a una cita, o a pedirle matrimonio, tener tres hijos, Hugo, María y Alejandra, un perro un gato y un hámster.

«Tranquilo Joaquín, estás alucinando de nuevo»

Reprochó su conciencia.

Sonrío cuando vio el nombre de la persona.

Ese mensaje le hizo correr a su habitación en pánico

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Ese mensaje le hizo correr a su habitación en pánico.

Se arregló lo mejor que pudo y le pidió permiso a su madre.

-Vamos mamá, déjame ir–hizo un puchero.

-¿Con quién irás?, Niko–pregunto la madre de Joaquín.

-No iré con...–el timbre de la casa lo interrumpió.

-¡JOAQUÍN, YA LLEGÓ EMILIO!–el grito de Renata resonó en toda la casa.

La señora Gress sonrió con diversión y salió de su habitación, Joaquín la siguió hasta el piso de abajo.

Ya cuando estaban en la sala la señora Gress habló.

-Esta bien, solo con dos condiciones.–Joaquín asintió.–Número uno, lleva un suéter–Joaquín corrió escaleras arriba por su suéter y llego felizmente con su mamá–Y número dos, haz tu boquita de pato.–sonrió con burla, en las mejillas de Joaquín se instalo un sonrojo.

-Ma... Mamá–sus ojos suplicaban que no lo obligará a hacerlo, ¡Porfavor! Su madre sabía que aquel chico que estaba esperando en la puerta era su crush desde hace año y medio.

-¡Ya dije Joaquín!–su madre se cruzó de brazos aún con su sonrisa burlona.

Joaquín accedió.

¡Oh las cosas que hago por estar contigo Tahi!

Y con ese pensamiento hizo lo que su madre le había pedido, hizo su boquita de pato, el chillido de ambas chicas en la sala no se hicieron esperar.

-¡Hay Joaquín eres un bebé!–dijo Renata con una sonrisa gigante.

-¡Muy bien ya puedes irte mi amor!–dijo su mamá sonriendo.

Joaquín salió por la puerta con Emilio y se dirigieron a quien sabe dónde.

Estaban en la parada del bus y su celular vibró.

Lo encendió, era un mensaje de su madre

Lo encendió, era un mensaje de su madre

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Sus mejillas se tornaron  rojas.

Si Emilio no lo mataba de amor, su madre lo mataba de vergüenza.

"B" de Bondoni (Emiliaco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora