La puerta del salón de Química se abrió, la cabeza de emilio se asomó, comenzó a inspeccionar el lugar en búsqueda del chico, una sonrisa apareció en su rostro.
-Hola Joaquín, ¿Haz esperado mucho?–Era broma, Joaquín había llegado cinco minutos después de que Emilio le mandara aquel mensaje, y eso había pasado hace más de veinte minutos, pero estaba claro que Joaquín no le iba a decir que si, así que negó.
-Muy bien señor Joaquín, estoy preparado para llenarme de sabiduría–Bromeó Emilio, Joaquín sonrió, levantó la vista y se topó con aquella sonrisa de dientes blancos, y... ¡¡ESPEREN UN MOMENTO!! ¿ESOS ERAN HOYUELOS?, Estaba claro Emilio Osorio Marcos era el ser más perfecto en el universo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Emilio.
-Tierra llamando a Joaquín, tienes que ayudarme con Química, después puedes seguir con tus viajes astrales–dijo Emilio con una sonrisa.
Joaquín se aclaró la garganta y se paso las manos por el cabello, bajo la vista hacia su libro de Química y lo abrió, Emilio sacó su libro e hizo lo mismo que Joaquín.
«Muy bien Joaquín, tú puedes esto será sencillo, es igual a cuando le explicas a Niko o a otro compañero de clase» se alentó el mismo.
«Si, pero con la diferencia de que Emilio te gusta, y Niko y tus otros compañeros no» su conciencia le recordó aquello.
Joaquín sacudió su cabeza como si así pudiera sacar aquellos pensamientos de ella, comenzó a explicarle a Emilio el cual le ponía mucha atención.
A Joaquín le resultaba gracioso como Emilio lograba entender cuando se lo explicaba pero cuando el quería hacerlo por su propia cuenta se quedaba a media explicación o a medio problema con los elementos de la tabla periódica.
Joaquin tenía su mirada atenta a la libreta de Emilio, llevaba más de cinco minutos resolviendo aquel problema en el cual suponía se había quedado a la mitad, su lápiz borraba cada cierto tiempo y la llena de sus dedos chocaba con delicadeza en la paleta de la butaca.
-Vamos Emilio, vas por buen camino.–Alentó Joaquín al chico sentado frente a él.
-Joaquín, sé que me haz explicado cómo resolver el problema, unas cinco veces, pero, podrías repetirlo–le suplicó Emilio con sus palmas juntas.
Joaquín asintió y volvió a explicarle con total calma el problema desde el inicio.
Emilio mordía sus labios en señal de frustración y dejó salir un pequeño gruñido que asustó un poco a Joaquín.
-¡No lo entiendo!–Tiro de sus cabellos y los revolvió con algo de brusquedad.
-Tranquilo Emilio, mira, piensa en algo que te calme mucho, respira y cuenta hasta cinco–Sonrio Joaquin con dulzura mientras tomaba las muñecas de Emilio y las quitaba de su cabello.
Joaquín se levantó de la butaca dejando a Emilio un poco confundido, Joaquín se posicionó detrás de Emilio, no sabía si lo que iba a hacer era normal, pero, a Joaquín no le gustaba ver a Emilio enoja o frustrado, Emilio se merecía todo lo bonito del mundo.
-¿Pu-Puedo?–su voz tartamudeo y sus mejillas se sonrojaron, Emilio asintió despacio, las manos de Joaquín se hicieron camino a los hombros de Emilio y comenzó a masajear suavemente, el chico delante de él comenzó a mover su cuello lentamente dándole espacio a Joaquín para que pudiera hacer mejor su trabajo.
Cinco minutos después Emilio estaba como nuevo, su sonrisa había vuelto y había podido responder el problema con facilidad, siguieron haciendo más problemas y Joaquín explico varias cosas que a Emilio no le habían quedado claras ese día de clase.
-Gracias Joaquín, eres el mejor tutor que he tenido–Dijo Emilio, Joaquín sonrió mostrando sus dientes–No es como si ya hubiera tenido uno, verdad, por eso eres el mejor tutor–Y así es como la sonrisa de Joaquín desapareció así como llegó, tan rápido.–Nos vemos luego Joaquín–se despidió.
Joaquín espero cinco minutos más para poder salir del salón y dirigirse a los casilleros, a el de Emilio específicamente y dejó la nota de ese día, camino por el pasillo de salida encontrándose con varios maestros los cuales estaban trabajando en “X” cosa y con los intendentes, se despidió de todos y cada uno de ellos y salió del instituto.
N/A: Perdón si tiene faltas de ortografía, pero lo acabó de escribir y no me puse a editarlo
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"B" de Bondoni (Emiliaco)
FanfictionAl abrir su casillero un papel color azul pastel calló a sus pies, la tomó y comenzó a leer. "Cuando sonríes te ves mucho mejor que cuando estás triste, tu sonrisa ilumina mis días Tahi. -B" aquella carta logro hacerlo sonreír. El chico que miraba l...