⭐ Capitulo 1 ⭐

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—¿Qué hacemos con ella?—Una chica mantenía mi brazo agarrado con tal de no tener oportunidad para escapar.

—Estoy pensando algo, ¿que tal meterla al inodoro?—Sonrió maliciosamente.

—¡Dejame! ¡Yo no te hago nada malo!—Forcejeé inútilmente. Siempre era lo mismo.

Lloré y suplique que me soltaran pero nada parecía funcionar. Me metieron a un cubículo y ahí me hicieron incarme de rodillas para meter mi cabeza al inodoro. Más que asquerosa me sentía impotente por ser débil y no poder defenderme de estas abusadoras.

Después de unos minutos se aburrieron y me dejaron ahí tirada, sus risas se alejaron dándome a entender que ya se habían ido.

Me levanté con lágrimas en los ojos fui a los lavamanos y limpie mi rostro, cabello y manos. Por último me vi en el espejo para asegurarme de que no estaba roja por haber llorado.

Cuando llegué al salón algunas miradas fueron a dar en mi, ignoraba todo eso. Ya era normal en mi vida que me trataran de lo peor y yo de estúpida me dejaba golpear y manipular por los demás.

Al termino de las clases hice lo mismo que siempre hacia, iba a un puente con la intención de tirarme de el aunque nunca lo hacia por miedo y cobardía. A mis dieciocho años ya quería morirme, triste pero es la realidad.

En ese lugar me sentía tranquila y podía dejar de pensar en los maltratos que recibía día con día. Cuando ya me sentía mejor caminaba rumbo a mi casa, mis padres siempre trabajaban así que no llegaban hasta las diez u once de la noche, esas horas las aprovechaba para llorar y lamentarme mi vida desastrosa.

Mi vida no era la mejor desde que salí de la preparatoria y todo se debía a un accidente, mis padres no ayudan para nada, son estrictos y no se preocupan por el bien de su hija si no por verse bien para el resto, sus trabajos requieren de la apareciencia frente a sus empleados, medios u conocidos. Tonterías.

Ellos eran amables y responsables pero ese día tuvo que estropearlo todo. El accidente donde mi hermano murió al instante dentro del auto. Al principio fue horrible saber que ya no estaba aquí pero con el tiempo tuve que aceptar su muerte y con ello su ausencia. El cariño, apoyo y abrazos que me daba no se iba a comparar con nada en el mundo.

El suicidio para mi es la única salida de este lugar, el lugar que me tocó. La vida que me estaba tocando vivir, no la soportaba. Ya ni sabia porque seguía aquí.

                                ***

Después de que terminará la clase de biología fui a la cafetería a comprar una botella de agua, la necesitaba urgentemente. Mi boca y garganta la sentía seca, al ver a las chicas en la fila para ser atendidas me di la vuelta, demasiado tarde.

—¡Hey! ¿Cómo esta nuestra Jane?—Una de ellas paso su brazo por mis hombros incomodandome.

—¿Qué quieren?—Pregunté temerosa y con la vista en el suelo, ya varios tenían la mirada sobre nosotras.

—¿No sabes preguntar otra cosa? Cada vez que te hablamos dices lo mismo.—La chica frente a mi me dio un golpe en la frente, que bastante me dolió.

—Yo...y-yo...

—¡Callate!—Jessy la que mandaba en su grupo de amigas, me empujó haciendo que cayera de espalda. —Eres una tonta, por eso tus padres no te quieren y tu hermano...ni hablar.—Las lágrimas salieron de mis ojos, ahora la cafetería entera nos miraba, algunos con lastima y otros riendo por esto.

—Jessy, vamos. El entrenador quiere hablar con nosotras.—Su amiga que recién llegaba me miró con su típica sonrisa de victoria y maldad.

—Muerete, perdedora.

Me tomé un segundo para recuperarme y sin perder más el tiempo me fui corriendo hacia el baño. Ya estando ahí me encerré en uno de los cubículos, me senté sobre la tapa del inodoro y me abrace las piernas. Escondí mi rostro entre ellas y solloce sin remedio alguno.

—¿Entonces es verdad? ¿Su hermano murió?

—Si, además se dice que sus padres la culpan. —Un par de chicas hablaban de mi, sobre mi familia, sobre mi hermano. Hice puño mis manos para no salir del baño y mirarlas como si quisiera hacerles algo, claro que no podría era una perdedora.

—Que mal, siento lastima por ella.

Sin más las voces dejaron de escucharse. Lástima, como odio esa palabra. No quiero que los demás me vean así, pero a donde voy es todo lo que doy. Lástima y pena.

Regresando al salón las clases continuaron normal, los maestros dando su clase, poniendo trabajos y dejando tareas y proyectos para los exámenes finales que solo faltaban un par de semanas.

                                ***

El aire en mi rostro me calmaba y me hacia olvidar el mal rato que pase hoy en la cafetería. Debería llamar "bueno" el hecho de que solo me molesten una o dos veces al día, pero de todos modos resultaba ser que me sentía igual.

Hoy extrañamente el cielo se encontraba nublado, en agosto el verano invade la ciudad con su calor intenso, pero hoy no. Las nubes grises estaban cubriendo el sol y el viento era fresco, si pudieran todos los días estar con este clima, lo amaría. Me fascinan los días nublados o con lluvias.

Después de un rato disfrutando de la vista que daba el puente, me fui a casa con la intención de hacer tareas y perder el tiempo que me quedaba escuchando música, viendo vídeos o leyendo. Otro momento que me gustaba era que cuando llegaba de la escuela mis padres no estaban, antes lo odiaba por que estar en una casa tan grande me hacia tener miedo, ahora simplemente me tranquiliza saber que estoy sola y puedo hacer lo que quiera.

Una vez en mi habitación saque mis cuadernos, plumas, lápiz y demás para hacer la tarea, antes de sumergirme en ello, me coloque mis audífonos y puse una canción aleatoria.

Al finalizar mis tareas, comencé a guardar todo y dejar mi escritorio lo más limpio y ordenado posible. A través de mis audífonos una canción con una voz dulce me hizo detenerme, no recordaba haberla escuchado antes en mi lista, con el ceño fruncido comprobé la lista de reproducción. La voz de una chica cantando una melodía triste y que bastante me sentía identificada me envolvió por completo. La letra tenia mucho sentido para mi, claro, con la diferencia de que yo no tenía a nadie diciéndome cosas buenas. Quería llorar por saber que eso mismo quería.

Muy pronto me hartaré de esta vida y querré irme lejos.

Dos Almas Un CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora