⭐ Capítulo 25 ⭐

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¿Ese sueño era real? Me refiero a que si lo imaginé o de verdad lo soñé. Todo fue muy raro ella no aparecía en persona solo era su voz la que sonaba en ese lugar.

—Hey, te estoy hablando. —Mateo pasaba su mano por mi cara para llamar mi atención, aún con mi mirada puesta en él y ya regresando a la realidad lo seguía haciendo. De un manotazo leve quite su mano.

—Si, ya. ¿Qué decías?

—Que si querías ir al parque, se que aún estás enojada conmigo y precisamente quería hablarte de eso.

—Bien, pero solo si es para que me cuentes.

—Lo prometo, será difícil de decirte pero lo haré con tal de que me vuelvas a hablar.

Volví a dentro de la universidad, ya que Mateo me mandó un mensaje pidiendo que fuera a verlo fuera de está y supongo que hablar de lo que nos acabamos de decir.

En realidad a todas las clases les presté muy poca atención, podría decir que Nate y Jessy lo notaron pero no dijeron nada. Al salir de la universidad me despedí de Jessy y fui directo al puente que me indicó la chica de mis sueños.

"Unos arbustos con flores"

Al ubicarlos con la mirada me acerque a ellos observando sus hojas secas debido al frío que aún no se iba. Faltaban como tres semanas o cuatro para que este clima terminará.

—Listo, ¿y ahora qué?—Me dije a mi misma en voz alta con los brazos sobre mi cintura en forma de jarra.

Se supone que tengo que hacer más, algo sobre los primeros rayos del sol y tocar las flores pero ahora mismo las flores estaban marchitas no creo que sea lo sea que vaya a pasar sea en ese estado.

Volví a casa para terminar las tareas, nada interesante pasó durante el día y preferí ocuparme en recoger la habitación mientras escuchaba música. Cuando terminé solo eran las cuatro de la tarde, demasiado temprano para mi gusto. Sin más opciones salí para ir a la sala, donde Alex estaba haciendo su tarea o tal vez un proyecto de su carrera.

—¿Vas a salir?—Preguntó sin quitar su vista de la hoja en la mesa de centro.

—No sé, estoy un poco aburrida.

—Haz tu tarea.

—Ya la terminé.—Me acerque a él para ver que hacia, números y letras, debí suponerlo.

—Recoge tus libros del escritorio, tienes un desorden.

—Ya recogí todo. Mejor salgo a dar una vuelta.

—Bien, ve con cuidado mamá vendrá como a las ocho y media.

—Esta bien.

Salí de casa no sin antes tomar un suéter para el frío que hacia, aún con el cuerpo cubierto temblaba un poco. Me abracé a mi misma para darme calor y comencé a caminar sin rumbo.

                               ***
Al caer la noche, ya en la cama y cubierta por las sábanas intentaba cerrar los ojos y conciliar el sueño pero me daba un poco de miedo de tan solo pensar que esa chica aparecería en mis sueños diciéndome cosas sobre como cambiar de cuerpos.

Que ahora pensándolo bien, si llegó a cambiar de cuerpo tendría que estar en coma, tal vez mañana vaya al hospital hace semanas que no voy y quiero saber como va la recuperación.

Mientras más pensaba más se me cerraban los ojos de todo el cansancio del día. A final de cuentas terminé profundamente dormida.

                                 ***

Dos Almas Un CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora