⭐ Capítulo 17 ⭐

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—Ella se encuentra en cuidados intensivos, es la habitación número 507, piso cinco.

Jessy me tuvo que jalar del brazo para poder caminar, mis pies y mente no procesaban la situación todavía, el ascensor nos llevó hasta el piso correcto y solo tuvimos que caminar unos pasos para encontrar la habitación 507.

Mis manos e incluso el cuerpo entero me temblaba y la respiración se volvió pesada, la puerta que daba a otra pequeña habitación fue abierta por mi acompañante. Me mantuve de pie en la puerta sin poder dar un paso más, desde ahí pude ver como sobre la cama estaba mi cuerpo con un motón de cables y máquinas conectadas a el.

Tenía puesto un collarín y estaba entubada para poder respirar, ¿qué me había pasado? Avance un poco más a la otra puerta y ahí me detuve observando como Jessy tomaba asiento al lado de la cama.

—Hola, hoy traje a una amiga nueva.—Se giro hacia mi y me hizo señas de que entrara.—Se llama Tania Miller acaba de llegar a la ciudad.

Mantuvimos un silencio después de eso como si mi cuerpo fuera a responder a lo que dijo Jessy, la vi sonreír tristemente. Desde aquí pude ver que sentía algo de tristeza hacia mi estado, solo pude pensar así para no recordar los malos tratos que me daba.

—¿Qué le pasó?—Pronuncie por fin las palabras a la pregunta que tanto quería saber después de un par de minutos.

—Tuvo un accidente y quedó en coma.—Jessy acariciaba en todo momento el dorso de la mano y de vez en cuando se podía ver en sus ojos las lágrimas que estaban a punto de salir.—Sé que la trataba mal, nunca me hizo nada y saber que ahora está así... No me da lástima, todo menos eso. Quisiera que me pudiera escuchar para que supiera todas las veces que me he disculpado por mi estúpida actitud de antes.

No pude más, salí de la habitación casi corriendo no me importo las miradas de las personas que caminaban por los pasillos de aquel hospital, quería estar fuera de ese lugar.

Sin ningún rumbo fijo aún, camine por las calles con la cabeza gacha y la mente en estado de procesamiento ante todo esto. Levante la vista cuando me di cuenta de que estaba caminado hacia una colonia algo conocida, a lo lejos vi a Nate con una pareja de adultos, posiblemente sus padres.

No quise seguir caminando pero mis pies no se detenían, bien, pasaría por ahí sin voltear a verlos. Cuando estaba a una distancia considerable un mareo me invadió la cabeza, recuerdos sobre ese día del accidente llegaron a mi cabeza cada vez que parpadeaba. Tuve que detenerme en seco para sostener mi cabeza y esperar a que pasara el malestar.

—¿Tania, estás bien? Oye.—Casi imposible vi la silueta de Nate con un semblante de preocupación.

—¿La conoces Nate?—La señora Smith me miraba con curiosidad y cierta preocupación.

—Si, es mi amiga.

—Deberías dejar que entre a casa para que se recueste un momento, no se muy bien.—El señor Smith tocaba mi hombro e intentaba guiarme a la puerta de dicho lugar.

Como pude quite su mano de mi hombro y me fui de ahí aún con la cabeza a punto de explotar, no quería ser grosera con ellos pero sentía que si me quedaba me entraría un ataque de ansiedad por todo esto. Aún con la cabeza recargada con miles de cosas me pude preguntar como fue que camine inconscientemente hacía su casa.

Ya casi por llegar a la casa de la chica, a la mente se me vino el recuerdo más triste, era yo despidiendome de papá de una manera tan seca y él ofrenciendome un "te quiero". Las lágrimas salieron sin poder detenerlas más, me deje caer a la mitad de la calle y seguiría ahí de no ser por Alex quien iba saliendo de casa.

—¡Tania! Dios, ¿qué haces aquí tirada?—Los sollozos no paraban, y los leves movimientos de Alex en mi cuerpo me devolvieron a la realidad, yo estaba en el cuerpo de otra chica y cualquier cosa fuera de lugar en ella me vendría un interrogatorio de parte de su hermano por no mencionar al tío de los chicos.

—Nada.—Eso ni yo me lo creería.

—Por favor, estás llorando en medio de la calle. No creas que nací ayer, ¿qué tienes?—Lo mire por cortos segundos.—Ya sé que no debería meterme en tus asuntos pero nunca te había visto de esta forma y antes de preocuparme me asusta.

Como no contestaba me llevo a casa y aún con su ayuda me hizo meterme a la cama cubriendome con la sábana, lo vi irse sin más e inmediatamente me tape de los pies a la cabeza para poder llorar libremente. En serio podía pensar que me estaban pasando cosas buenas justo después de intentar suicidarme, no basta con eso la idea de quitarme la vida se me estaba quitando de la cabeza cuando esas cosas buenas sucedieron, el destino era cruel, me hizo quedar en coma y mi alma se fue al cuerpo de otra chica. ¿No podía ser feliz por un momento en mi vida?

                                 ***

—¿Aún estás acostada?—Por tercera vez en el día Alex interrumpía en mi más cómodo silencio para pensar.—Ya van tres días que no te levantas de ahí, ¿no piensas comer? ¿Ir a la universidad?

Si, tres días llevaba en la cama, por suerte me levantaba solo para ir al baño y darme duchas largas de hasta una hora y media para poder despejar la mente y seguir con los recuerdos de mi vida. Solo comía una vez al día y lo hacia cuando nadie estaba en casa, la madre claramente pregunto por el estado de animo de su "hija" pero solo obtuvo un "estoy enferma" de mi parte, para no empeorar la situación lo dejó asi, el tío alegría se había ido a su casa con la duda de lo que le pasaba a su "sobrina" y prometió venir en navidad para poder hablar más, todo esto lo dijo detrás de la puerta ya que tal vez le pareció mejor no entrar y ganarse un grito de mi parte.

—Deberías ya ir a la universidad, tu amiga ha venido los tres días a verte y solo la corres.

—Tania, soy Jessy.—Su voz detrás de la puerta resonaba con preocupación, sonrei de lado negando con la cabeza bajo las sábanas. —Tienes que salir de ahí, no toda la vida estarás postrada en una cama.—Fueron esas palabras o la manera en que estaba callando todo que termine por explotar.

Algo molesta salí de la cama y abrí la puerta asustando a los dos de a fuera.

—¿Tú cómo sabes? ¡¿No viste la manera en la que estoy?! ¡Largate! No necesito tu lástima para saber que clase de persona eres, puedes ser capaz de que cuando regrese el mismo infierno que vivía se vuelva a repetir por tu culpa.—No media mis palabras y me percate de eso cuando ambos me miraron confundidos y llenos de sorpresa, no di tiempo para nada y cerré la puerta de un portazo poniendo seguro.

Quiero regresar, quiero regresar, quiero regresar, solo eso pido regresar a mi cuerpo y hacer que esto termine, aunque no sea como yo lo quisiera.

Dos Almas Un CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora