⭐ Capítulo 26 ⭐

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La clase de Biología me estaba durmiendo más de lo que acostumbra, cerraba los ojos por unos minutos y de la nada los abría por si me llamaban la atención. El resto de las clases antes de receso procure no dormirme cosa que se me hizo casi imposible.

—Tania, no te duermas.—Jessy sacudía mi hombro levemente para llamar mi atención. —¿No dormiste bien ayer?

—No, estuve en el hospital por que mi hermano se enfermó. Me fui a casa cerca de las cuatro y media.

—Que mal. Oye, ¿quieres ir a estudiar a mi casa la próxima semana? Otra vez se acercan los exámenes y soy mala estudiando inglés y física, pensaba que tal vez me podrías ayudar.

—Si, esta bien.—Ni siquiera me moleste en analizar la propuesta, el sueño me estaba venciendo.

—Bien, gracias. Creí que me rechazarias.—Me limite a sonreírle sin ganas.

A la salida de las clases fui a verme con Mateo al parque cerca de la universidad, fui directamente a una banca para tomar asiento y esperar pacientemente. Observaba a las personas caminar en sus asuntos y de vez en cuando mantenía los ojos cerrados para descansar la vista unos minutos.

—Si haces eso en la calle podrían robar tus cosas, ¿no crees?—Reconoci esa voz así que con calma abrí los ojos viendo de pies a cabeza al chico delante de mi.

—Eres muy puntual. Sientate y vayamos al grano que tengo cosas que hacer.—Me hice a un lado para que Mateo tomara asiento.

—Si, bien. Primero que nada quiero saber por que tanta importancia a eso. Tu no tienes nada que ver ni siquiera tienes por que preocuparte.

—Por que hablaron del sufrimiento de alguien y si tu quieres que yo te tenga confianza debes contarme. Ahora que lo pienso si no quieres contarlo no lo hagas.—Hice una mueca, en este cuerpo no creo que tenga el derecho de hacerme la víctima y obligarlo a que me cuente lo que sabe.

—Ya estamos aquí, de una vez te lo cuento. Antes de que te enojes más, en serio no me gusta estar en estas condiciones contigo.—Lo vi por un segundo justo cuando el bajo la vista, tal vez avergonzado por lo que dijo. Me da igual.

—Todo dependerá de que me digas.

—Primero que nada quiero aclarar que cuando eso sucedió no estaba muy bien que digamos, venía de una fiesta y estaba un poco ebrio. En segunda quiero decirte que en ese momento no pensé en las consecuencias y que además después de saber los resultados de eso no me sentí ni orgulloso ni micho menos feliz de ser parte de eso.—Suspiró profundo y continuó bajo mi atenta mirada a sus palabras.—Nick tenía una novia la quería según él pero terminaron por la amiga de su novia. Según mi amigo su amiga le metía cosas malas sobre él y por eso ella lo dejó. Con mucho coraje el se quiso desquitar de cualquier forma con la amiga de su ex novia, no sabia como así que después de una fiesta por casualidad vimos a la chica con su hermano dentro de un auto esperando a que cambiara el semáforo para avanzar.—Se tomó un segundo para ver mi reacción, por fuera me mantenía neutra pero por dentro ya sabia por donde iba todo esto.—Mi amigo iba en el volante y cuando ellos avanzaron se atravesó por un lado de ellos provocando que el auto de esos chicos perdiera el control y se estrellará contra un edificio en una esquina de la calle cercana.

Sin darme cuenta las lágrimas salieron rápidamente me limpie las mejillas para que no me viera.

—Nosotros sufrimos unos rasguños y moretones, nada grave. La chica estuvo en el hospital por unos días y después de que yo saliera con mis amigos nos enteramos de que el hermano de la chica falleció.

—¿Tu estuviste ahí? Dentro del auto, ¿y no pudiste detenerlos?

—Ya te dije que estaba ebrio, todos los estabamos. No estoy feliz de ello, pero ya no puedo hacer nada ahora.—Me levante de inmediato y puse mi mochila en mis hombros para irme a casa.

—Nos vemos.

—Oye, aún no termino.—Tomó mi brazo ligeramente y me giró un poco.

—Yo creo que ya fue mucho, nos vemos.

Me safe y comencé a caminar rápidamente a la casa, en cuanto creí que ya no me podía ver Mateo solté las lágrimas retenidas. Él estuvo metido en eso, él lo sabia desde un principio. Le perdoné que él dijiera cosas malas sobre mi estado en el hospital y se lo pase pero esto no, me quito a la persona que más amaba en el mundo, mi hermano el único que me apoyaba y con quien disfrutaba su compañía.

En menos de media hora ya estaba entrando a la habitación, dejé la mochila en el suelo y me avente boca abajo en la cama. Me desahogue lo más que pude antes de que Susana volviera con Alex del hospital.

                               ***
El fin de semana muy temprano decidí caminar por las calles para perderme una horas, fui al puente donde inmediatamente se me vinieron los recuerdos de mi otra vida más los sueños raros con esa chica.

A unos metros vi los arbustos los cuales ya estaban con unas cuantas hojas, el invierno terminó y eso hacia presente a la primavera, las flores no tardarían en crecer y saber que quería que hiciera la voz con esa dichosas flores me tenía curiosa.

Me mantuve unos minutos en el barandal del puente cuando creí que era suficiente me gire para volver a casa y hacer la limpieza de la habitación. Alex me miraba desde el otro extremo del puente parado con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Me apresure a llegar hasta él, se suponía que no tenia que salir ya que aún estaba enfermó.

—¿Qué haces aquí?—Analice más a detalle su vestuario.

—Te vi salir de casa y se me hizo extraño. —Frunci el ceño.—Ya sabes tu nunca te levantas tan temprano los fines de semana. Vamos quiero ir a comprar un café.

Me hizo caminar a su lado para ir a una cafetería de las pocas que abrían alrededor de las siete de la mañana. Nos adentramos y nos acercamos a la barra.

—Dos cafés por favor.

—No, yo quiero chocolate. —La chica que nos atendió fue a realizar los pedidos, dejándonos a nosotros solos. Alex me miraba un poco confuso.

—¿Tú tomas chocolate?

—¿Si?—Fue más pregunta que afirmación, tal vez esto era raro para él ya que su verdadera hermana no lo hacia.

—Vaya, esto es nuevo.

                                  ***
Después de almorzar comencé a limpiar la habitación y la sala que esta vez me tocaba a mi. Terminé tranquilamente con algo de música para inspirarme, al dejar la escoba y el recogedor en su lugar llamaron a la puerta.

—Jessy...—La chica venía con una media sonrisa y con algo de respiración cansada.

—¿Estás ocupada?

—No, recién termine la limpieza. ¿Qué pasa?

—¿Me acompañarias al hospital?—Ladeó la cabeza hacia un lado tratando de darle un significado a sus palabras.

—¿Estás enferma o algo así?—Frunci el ceño. Yo la veía bastante bien.

—No, es sobre mi amiga Jane.—Me quede sin palabras, que tenía que hacer ella ahí, además de visitarla una vez cada cierto tiempo. Su actitud acelerada de hace unos momentos me hizo entrar en pánico.

—¿Le pasó algo a tu amiga?—De la nada bajó su mirada al suelo y sonrió con mucha tristeza. Me dio unos tremendos escalofríos al pensar muchas cosas malas.

—Tal vez..sea la ultima vez que vaya a verla.

Dos Almas Un CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora