—¡Tania, ven a comer!—De nuevo ahí estaba gritando por todo. Bueno la mayoría del tiempo lo hace por su alegría desbordante sin razón.
—Sabes que no es necesario gritar, ¿verdad?—Mire como mi hermano tomaba su lugar en el comedor.
—Te grito porque luego no escuchas y me desespera que tenga que llamar muchas veces.
Rodé los ojos, comencé a comer en completo silencio, mamá hablaba con mi hermano sobre sus exámenes y proyectos en su carrera de leyes.
—¿Y tú Tania? Ya estudiaste verdad.—Eso último lo dijo como afirmación más que como pregunta.
—No, no porque mi hermano lo haga yo también tengo que hacerlo al mismo tiempo que él. —Dije en un tono bastante irritable.
—No te digo que lo hagas al mismo tiempo, solo estudia. No desaproveches la oportunidad que te doy sobre tus estudios.—Suspire, tenía razón, estoy agradecida por su esfuerzo de darme la universidad, pero de más no puedo decir que estoy de acuerdo.
—Mamá, mi hermana solo tiene cabeza para meterse en mis asuntos y en nada más. —Y aquí vamos de nuevo.
—No me meto en tus asuntos, te doy consejos para que evites hacer tonterías con tus decisiones impulsivas.—Solte la cuchara con la que comía mi cereal. Lo mire molesta y sin más me levante para salir y despejar mi mente.
Siempre era lo mismo, decía que me metía en sus asuntos cuando el hacia lo mismo. Yo sólo quería que su vida fuera bien y no un caos, aprendimos de papá que las decisiones impulsivas no ayudan en tu futuro en ningún sentido.
Irradiaba molestia por las calles, por más que quería quitar la plática de mi cabeza no podía. Apreté los puños a más no poder, pateaba lo que estuviera en mi camino y en más de una ocasión las personas me miraban raros. Este carácter y comportamiento era infantil, bien sabía que no debería importarme lo que hiciera mi hermano, pero no podía dejarlo hacer estupideces.
Llegue al lugar que siempre me transmitía calma y paz, un árbol ubicado en un parque cerca de mi casa, el cual dejaría de serlo dentro de mañana ya que me terminará de mudar a la ciudad vecina.
Dejaría este lugar, mi casa y no queria pero mamá me hizo aceptarlo de una forma u otra.
Después de relajarme fui de nuevo a casa para terminar de arreglar las últimas cosas que me faltaban guardar en las cajas de mundanza.Al día siguiente me levante más temprano debido a la mudanza, mamá revisaba cada parte de la casa para comprobar que no faltaba nada, por parte mia, agarre mi mochila y el estuche de mi laptod. Mi hermano ya estaba arriba de la auto esperando por nosotras.
Durante todo el camino me enfoque en la vista que daba la ventana, no prestaba atención a las conversaciones de los acompañantes pues me importaba un cacahuete.
Durante un día y medio viajamos en el auto, hacíamos paradas cuando era necesario para hacer nuestras necesidades o cuando comprábamos comida. La ciudad era totalmente diferente a la otra, se sentía más movimiento y eso que apenas eran las seis de mañana. Este lugar me frustraría por tanto ruido y gente ya llendo a sus trabajos desde estas horas.
La nueva casa era moderna en su estructura, colores neutros en sus paredes con ventanales, plantas y una pequeña sala en las afueras del patio trasero que se podía ver desde enfrente. Bien, no era lo que me esperaba, es decir, me imagina algo peor. Al menos en esta casa me sentiría bien, la anterior ya necesitaba mantenimiento de urgencia.
El sol todavía no salía y como el camión con nuestras cosas aún no llegaba tuvimos que esperarlo fuera de casa. Aburrida de tanto esperar me dispuse a pasear por ahí para conocer el vecindario.
Antes de irme avise a mamá de que iría a dar una vuelta, al principio se negó ya que aún estaba oscuro y no conocíamos la seguridad del lugar pero después de mis pataletas aceptó solo con la condición de no irme tan lejos.
Pasaba por un par de tiendas, negocios cerrados y otros a punto de abrir sus puertas. Mi siguiente parada fue un puente de estructura metálica y unos arbustos con hermosas flores color lila por ambos lados de los extremos.
Me acerque para tomar una de esas flores justo cuando los primeros rayos del sol daban en mi mano y en la flor. Un aura extraña me envolvió y mejor aleje la mano, seria mejor regresar o mamá me mataría por no hacerle caso.
Cuando llegue a la nueva casa, el camión ya estaba terminando de bajar las cosas, lo cual era bueno porque me evitaba ayudar a bajar.
Luego de ver como acomadariamos el espacio con nuestras cosas decidimos hacer el resto mañana, por hoy mamá iría a su oficia de abogados ya que le permitieron hacer un trasladó, mi hermano iría a la una facultad donde estudiaría tenía que hacer unos papeleos. Yo por mi parte preferí hacer eso mañana en compañía de mamá, así que decidí dormir, el viaje me resultó agotador e incómodo al dormir en el asiento del auto ya casi sentía que me desaparecería el poco trasero que tenía.
***
Abrí los ojos por los rayos del sol que daban en mi cara, cubrí mis ojos con ambas manos y haciendo una mueca me gire dándole la espalda a la ventana. Era extraño, no sentía dolor en mi cuerpo, aún sin notar donde estaba me incorporé en la cama, un golpe en la puerta me hizo dar un brinco.
—Ya despierta tienes que ir a la universidad.—Una voz masculina me alertó, sonaba demasiado joven.
—¿Qué?—Más que respuesta para el sujeto del otro lado de la puerta, me hice la pregunta a mi misma, ya dándome cuenta del lugar, me comencé a alterar esta no era mi casa, mi cama, no conocía nada.—¡Ahhh!—Un grito de susto salió de mi boca al darme cuenta de que no estaba en donde creía estar.
—¿Tania?—Gire a ver la puerta, ¿Tania? Quien demonios era ella.
Caminé al espejo del baño y efectivamente, este no era mi cuerpo, yo Jane Thomson estaba en el cuerpo de otra chica.
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Dos Almas Un Cuerpo
Teen FictionJane una chica universitaria quiere cometer suicidio por razones de su vida. Ella "feliz" de haber escapado de la vida, durante un accidente, un suceso extraño la hace regresar en el cuerpo de otra persona. Tania también es una chica universitaria p...