⭐ Capítulo 8 ⭐

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Los rayos del sol daban en todo su esplendor, lo cual me resultaba molesto. Sin ganas de nada me levante de la cama para cerrar las cortinas, volví a acostarme con la intención de recuperar el sueño, pero no funcionó.

Tome una ducha y me puse algo cómodo para estar en casa, lo bueno era que el fin de semana comenzaba y no tendría que ir a clases. Bajé a desayunar algo de fruta y jugo de naranja, cuando terminé lave el plato y vaso dejando limpio el lugar que ocupe para hacer los alimentos.

Pensaba volver a mi habitación cuando oí de nuevo a mis padres discutiendo, crei que se habían ido al trabajo pero tal parece que aún estaban en casa. Me acerque al despacho que tenia papá cerca de las escaleras.

—¿Otra vez con eso? Ya te dije que le dijieras lo que te mencione la otra vez.

—Sabes que papá no se tragará ese cuento ¿verdad?—No podía ver sus expresiones pero me las imagina. Mamá molesta y papá frustrado.

—Entonces no se que harás cuando ellos vengan de visita.

—Sabré que hacer, sabes que Jane no tenía conciencia para saber en que se metía.

—¡¿Defiendes a la causante de la muerte de nuestro hijo?!—Bastó con que dijiera eso para retirarme, me impresionaba que papá me defendiera y quisiera entender, de mamá no me sorprendía que me siguiera culpando, para ella mi hermano era su favorito entre nosotros dos, siempre lo tomaba como un gran ejemplo, me comparaba con él en todos los sentidos.

Me encerré en mi habitación por toda la mañana, hasta que fue hora de comer, no me esperaba que papá fuera por mi para hacer que bajara y comiera.

Ya estando en el comedor, el ambiente era tensó. Mamá se mostraba seria, más de lo que es. Solo quería terminar de comer y volver a encerrarme, de ser posible todo el fin de semana.

—¿Te pasa algo Jane?—Papá me sacó de mis pensamientos con su pregunta, lo mire esperandon a que especificará. —Te veo muy distraída y sin animo. Mas del que sueles mostrar.—Me maldeci internamente por no ser más discreta.

—No, solo estoy aburrida.—No sirvo para mentir.

—Vaya, eso es nuevo.—Mencionó mamá sarcástica, me dio una pequeña punzada por sus palabras. Aún así era mi madre y la quería a pesar de todo.

Algo que no entendía era el comportamiento de papá, antes se mostraba serio y desinteresado en lo que ocurriera conmigo por más importante que fuera, su manera de mostrar atención me incomodaba.

Luego de la terrible comida regresé al cuarto, era hora. Pasadas de las cinco de la tarde me dirigí al baño y cerré con seguro.

Me mire al espejo, me repetía una y otra vez que era un asco y no merecía estar aquí. Mi mente se lleno de pensamientos negativos lo que ayudaron a que tomara la navaja que robe del despacho de papá hace una hora.

Mi mano temblaba cada vez que acercaba la navaja a mi muñeca lista para hacer el primer corte, desde otro punto de vista esto se vería corbarde e inmaduro, pero a mi no me importaba eso, quería terminar con todo.

Sin hacer nada aún un golpe en la puerta de mi habitación me desconcentro, asustada escondí la navaja y abrí la puerta del baño y de la habitación para ver al responsable del golpe.

—¿Papá?—Sonrió débilmente, me sorprendió bastante y no pude ocultarlo.

—Hola, ¿estás ocupada?—Intentaba suicidarme, ¿eso cuenta? Ya quisiera decirle eso para que vieran que me lastimaban con su indiferencia.

—No, ¿necesitas algo?

—Quería hablar, te vi muy distraída en la comida y me quedé con la duda. Sé que no soy mucho de pasar tiempo contigo pero hace unos días recapacite mis acciones y me di cuenta de que tanto como nosotros sufrimos, tu también lo hacías, fui un egoísta.—Me quede callada, esas palabras eran las que tanto quería escuchar desde hace meses incluso desde la muerte de mi hermano. Contuve las lágrimas y carraspee para poder hablar.

—Demasiado tarde para darse cuenta. Pero bien, ¿era todo?—Ante todo me mostré seria y sin ningún tipo de dolor.

—Lo sé, espero y...pueda hacer algo para que me perdones.

—¿Perdonarte?—Bufé divertida y sin creerme lo que decía.—¿Después de todo lo que hicieron tu y mamá me vienes a decir esto? Debieron saber que como ustedes perdieron a un hijo yo perdí a mi único hermano, el único que me animaba en mis días de tristeza porque siempre había niñas que me molestaban, el único que me decía cosas bonitas para hacerme sentir bien. No esperes mi perdón fácilmente. —Dicho esto cerré la puerta dejando a papá con la palabra en la boca, pude ver que se sentía dolido por mis palabras pero era la verdad, así me sentía.

Se me quitaron la ganas de hacer mi plan y mejor me eche a la cama con todas las intenciones de dormir. De un momento a otro me sentía impotente, furiosa y triste, demasiados sentimientos para mi.

El fin de semana terminó y las clases volvían, agradecía a que pronto serian vacaciones de verano. Hice lo mismo de siempre antes de irme a la escuela, ni siquiera había pensado en Jessy y sus ocurrencias para molestarme o a Isa con su sonrisa de oreja a oreja.

Después de que papá se estacionará en la entrada me detuvo al momento de quitar el cinturón.

—Te tengas buen día, hoy tampoco podré pasar por ti. Llevaré a tu madre al aeropuerto para su viaje de negocios y después tendré una reunión con el señor Smith y otros socios.—Su voz suave me provocaban ganas de llorar, después de tanto tiempo me sentía su hija y no una chica culpable de la muerte de su hijo.

—Bien. Nos vemos.—Bajé del auto a punto de cerrar la puerta me volvió a detener.

—Envíame un mensaje cuando llegues a casa. Suerte, te quiero Jane.

Ese "te quiero" me dejó con un nudo en la garganta, después de verlo partir me recompuse y fui a mi salón.

Durante el receso Isa me había invitado a la cafetería, últimamente los recesos los pasábamos en el salón o en las gradas. Hablábamos de cosas triviales cuando sin querer dirigí mi vista a la entrada del lugar.

Jessy me fulminaba con la mirada, creí que vendría a fastidiar pero no lo hizo, solo se mantuvo desde lejos viéndome hasta que salió de la cafetería con su compra. Frunci el ceño bastante confundida por eso, Isa se dio cuenta y tocó mi mano.

—¿Qué pasa?

—Jessy no vino a molestar como siempre, tal vez este pensando como molestarme. Cada vez que hace eso me va peor.—Mire con temor a Isa quien ladeaba la cabeza.

—Te dije que te dejarían de molestar fuera como fuera. Olvidalo no te volverán a tocar.—Recorde sus palabras de cuando nos conocimos, me quede con la duda, tal vez ella fue la que hizo eso posible.

—¿Tú fuiste? Tu les hiciste algo, ¿no?—Asintió con la cabeza feliz, imite su sonrisa, me sentí aliviada, ya no tendría que soportar los malos tratos de Jessy.

Al terminar las clases espere a Isa en la entrada como ahora acostumbraba hacerlo.

—¿Quieres ir al centro comercial?—Caminamos unos pasos, para poder alejarnos del ruido que provocaban los estudiantes.

—Me gustaría, pero no me siento con ánimos.

—Entiendo, entonces nos vemos mañana.—Aún cuando la rechacé sonrió poniendo una mano en mi hombro.

—Claro, nos vemos mañana.

—¡Te esperaré aquí en la entrada!—Gritó cuando estaba lejos de ella, gire para verla hacer un gesto de despedida con la mano.

De regreso a casa camine por las mismas calles de siempre, la parada en la calle donde la otra vez me encontré a Jessy y sus amigas me hizo ponerme alerta, posiblemente estaban esperando a que estuviera sola y así desquitarse pero no. El color del semáforo cambió y avance tranquilamente, sin percatarme de algo.

Sentí algo impactarse contra mi cuerpo de manera agresiva, dejandome un horrible dolor en el lado izquierdo de mi cuerpo. Vi como todo se volvió negro y me pesaba el respirar, finalmente cerré los ojos dejando de lado los gritos de las personas acercándose para ayudarme.

Esto no podía terminar así, no cuando todo estaba llendo un poco mejor. Es cierto pero deseaba acabar con todo pero no lo quería ahora y menos de esta manera. No quiera irme todavía, justo cuando papá se sentía arrepentido y quería enmendar sus errores, cuando Jessy iba a dejar de molestarme y podría vivir mi vida universitaria como alguien normal, todo se acabó.

Dos Almas Un CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora