Nadia acababa de llegar al fin de su viaje, a sus 19 años de vida su historia terminaba.
Todo esfuerzo por protegerla había sido desperdiciado, el ingenioso plan de su madre que, durante años había funcionado, se había desmoronado por completo al volver a Irlanda. Pero, ¿quién iba a culparla? Nadie puede salvarnos de nuestro destino.
Nadia había estado viviendo una gran mentira todo este tiempo. Su madre, Rose, le contó con gran cantidad de vívidos detalles cómo su padre murió hace años y otros sucesos verídicos para dar soporte a su caótica e incompleta vida. Un relato totalmente alejado de la cruda e incomprensible realidad que, por muy terrorífica que fuese, podría haber sido la salvación de esta situación. Tal vez, si Nadia hubiese sabido desde el principio que era el objetivo de un centenar de arphoniste esa noche no hubiese salido y, tal vez, siquiera hubiese vuelto a poner un pie en Irlanda, donde todo empezó.
Esa noche el apuesto joven de la fiesta se salió con la suya. El más joven de los arphoniste se había hecho con la mayor de las presas y su gran sonrisa solo era una pequeña muestra de la gran felicidad que irradiaba en su interior. Estaba a punto de conseguir la mayor de las libertades.
Él baja a una de las habitaciones del sótano, dejando atrás el estridente ruido de la música. Por las condiciones en las que se encontraban todos en aquella ruidosa fiesta, nadie se percató del joven con una muchacha sobre su hombro, gritando entre sollozos ser bajada.
Al llegar, la deja caer sin ninguna clase de cuidado y se voltea para cerrar la puerta, no sin antes dejar pasar a otros dos varones.
— ¿Es ella? - pregunta uno de ellos.
— Sí - responde firmemente.
Nadia, aún en el suelo, suplica que la liberen. Su tono de voz es cada vez más flojo dada su gran debilidad, es como si su cuerpo se rehusase a estar ahí. Con su visión, borrosa por instantes, no alcanza a ver más que un par de muebles tapados con una gran sábana amarillenta.
— Esta noche, gracias a ti y a la ayuda de mis hermanos volveré a ser normal - dice el joven con una cínica sonrisa dirigiéndose a Nadia. — Jamás pensé que iba a ser tan sencillo.
Ella, cada vez más débil, yace confusa en el suelo, sin comprender nada de lo que sucede.
— No te asustes, serás recordada como una héroe.
Los hermanos acercaron una caja de madera oscura, con figuras talladas en ella.
— No estoy muy seguro de qué hacer pero, aquella zorra no nos dejó nada claro antes de matarla. - dice uno de ellos al hacer la entrega. — Es su propio padre quien debe matarla, ¿qué se supone que deberíamos hacer nosotros? - pregunta el otro.
— La mataremos también. - dijo el joven traidor con total decisión.
Se dirige a ella apresurándose, sin siquiera razonar ni un solo instante, cuando llega a su altura la coge con fuerza del cabello mirándola a los ojos. Su respiración se entrecorta, sabiendo que es incapaz de hacerlo, no sería tan fácil como la frialdad con la que él y sus hermanos acabaron con dos brujas. Esta vez se trataba de una persona, de una joven chica inocente que no tenía culpa alguna. ¿Porqué debía pagar por los pegados de su padre?
Con su otra mano libre alcanza la caja de madera que tiende su hermano, de la cual saca un gran y simple cuchillo carnicero. Lo acerca al cuello de su presa y lo posiciona ahí, sin proceder a realizar la acción.
— ¿Estás seguro? - le preguntan entre balbuceos. - ¿Anthony? - vuelven a preguntarle revelando el nombre del joven.
Anthony en ese momento se encuentra en alguno de los escondites de su mente, manteniendo una acalorada disputa entre el bien y el mal. En un momento de frustración suelta un grave grito, a la vez que libera a Nadia de se agarre, dándole la espalda.
En una conversación que mantienen los tres y ella es incapaz de escuchar con claridad dado su estado que, seguramente, fue inducido por Anthony con una de las muchas bebidas que le ofreció.
Se mueve sigilosamente, llevando su mano al pequeño bolso que su madre le dio. La única condición que podría hacerle estar segura a kilómetros de distancia era que Nadia llevase siempre el bolso con ella y, en situaciones de peligro, sacaría lo que se encuentra en el segundo bolsillo. No sabía a qué se refirió exactamente su madre con "situaciones de peligro", pero esa desde luego que lo era. Cuando toca un duro material, cubierto por una suave tela, lo saca de su bolso, vigilando que ellos no se den cuenta. Cuando desvela el objeto da con una daga de hoja reluciente y afilada, dejando ver que seguramente esa iba a ser la primera vez que se usase. El agarre de ésta poseía una pequeña piedrecita de color turquesa que brillaba con gran intensidad, como una luz de alarma.
Nadia, sin apenas fuerza, se pone de pie sujetando con fuerza el puñal, asustada y enfadada a su vez. Se dirige sin pensar a Anthony y cuando cree que está a punto de acabar con él éste se gira a una velocidad inhumana como si hubiese previsto el movimiento. Lo que destaca de él en ese instante son sus rojizos ojos que consiguen asustar a Nadia y, como consecuencia, dejar la daga caer. Anthony ruge con fuerza dejándola más atónita y se hace con la daga en un rápido movimiento. Sin apenas parpadear acaba con la vida de la joven.
El silencio inunda la sala.
Las miradas van del cuerpo sin vida de Nadia a Anthony, esperando que suceda algo pero... nada. Absolutamente nada.
Tras tres minutos de espera el cuerpo de la perditam empieza a emitir una gran luz azul cegando a los tres chicos, los cuales empiezan a sentir la alegría recorrer su cuerpo.
Quién iba a decirles que una vez terminase ese momento tan brillante lo único que iba a resultar de ahí era un pequeño medallón con una piedra azul turquesa, similar a la de la daga. ¿Quién iba a decirles que habían convertido a su salvación en un triste amuleto?
Desde luego que esos tres desconocían lo que para cualquiera hubiese sido lo más lógico, un ritual no podía hacerse de cualquier manera. Y, las brujas, no repararon ni un segundo en castigar a aquél que desprestigiase el ritual.
Quis enim non audeo sacrificium requirit auctoritatem suam unicu casus abstulisti.
Non patientur aeterno electi etiam qui legatam arphoniste carcere non salvantem.Debent exspecto, exspectare dum ad inferos.(Traducción) A aquellos que osen no dotar el prestigio que requiere el sacrifico, se les será arrebatada su única oportunidad. No solo ellos sufrirán la eternidad, las elegidas también lo harán, siendo encarceladas para que el legado de arphoniste no se pueda salvar. Deberán esperar, esperar hasta que llegue al mundo la siguiente.
(...)
N/A: vuelvo a relatar desde el presente, punto de vista de Hope.
Me detengo atónita al llegar al final del relato, llevando mis manos a la piedra turquesa que cuelga de mi cuello. Entendiendo que si las cosas salen mal y no se realizan de forma correcta lo peor no es la muerte, sino ser prisionera de por vida.
Hi girrrrrls <33333333
Estuve trabajando en 2 puestos diferentes y preparando exámenes, por lo que desconocía lo que era el tiempo libre.
Quería que sepan que seguramente, éste, junto con 3/4 capítulos más, son los finales.
Iré escribiendo a cada rato que pueda, echaba de menos esto.
ESTÁS LEYENDO
Dark Side |HS|
Fanfiction- No te tengo miedo - dije en susurro. - Eso cambiará cuando descubras quién soy - dijo sonriendo sin ninguna emoción. Trailer: @TheBrownEyesGirl Portada: @beoncheshire Best position in the ranking → #7 in Paranormal