Wheein

1K 115 63
                                    

MoonByul estaba congelada, literalmente parecía haber viajado a una dimensión lejana, con la vista clavada en el muro de color beige claro.

Wheein sentía que se le estrujaba el corazón, su más grande secreto por fín había sido revelado al único ser  humano con la capacidad de destruirla.

Comenzó a faltarle el aire y saltó de nuevo a los brazos de MoonByul, inconsolable. Pensando en todo momento lo peor que podía pasar, con sus brazos estrechó aún más la distancia entre ella y su madre, ya sin esperar una respuesta amistosa, afectiva, piadosa.

«Sólo un último abrazo mamá, sólo un último antes de que te alejes de mi vida para siempre» Pensaba, sin dejar de llorar.

Entonces sintió como las frías manos de MoonByul le acariciaban la espalda  con delicadeza, con el mismo amor y ternura que la caracterizaba.

No había dejado de ser su mamá.

—Wheein... Los heterosexuales no le dicen a sus padres que son heterosexuales ¿Por qué los homosexuales sí lo hacen? — Dijo MoonByul en un tono amigable, casi divertido y luego la abrazó con fuerza —Bebé, eso no tiene absolutamente nada que ver conmigo, así naciste y está bien. Es lo mismo que me dijeras "Mamá, he nacido con los ojos marrones" 

Wheein se deshizo en los brazos de MoonByul. No paraba de llorar, la amaba, la aceptaba y era más que tolerante ¡Ella podía entender bien todo el drama! Wheein agradeció a todos los Santos habidos y por haber de todas las religiones que conocía. Ella tenía muchísima suerte, nació con la mejor mamá del planeta tierra.

—¡OH MI DIOS!¡MoonByul! ¡¿Wheein, lesbiana?! —Al padre de Wheein se le formó una cara de asco nunca antes vista, él observaba todo desde el umbral de la puerta. Había pedido día administrativo para tener un fin de semana largo con ellas—  ¡Sabía que nunca debí meterme contigo! ¡Todo esto es tu culpa! —El esposo de MoonByul se avalanzó sobre su hija, la tomó por los hombros y comenzó a moverla violentamente  —¡DIME QUE ES MENTIRA WHEEIN! ¡DIME QUE NO ERES UNA ASQUEROSA LESBIANA! 

—¡SUELTA A MI HIJA! —Le gritó MoonByul, en lo que le daba un golpe en las costillas— ¡Escuchame bien, imbécil! Wheein es mi hija, es tu hija, es nuestra hija y que le gusten las chicas no hace que cambie nada en lo absoluto ¿Me estás entendiendo? ¡Te juro que si dices algo ofensivo otra vez, te obligo a salir de esta casa!

—¡Yo pago la casa! Es es mía y si tú y tu monstruo van a andar contaminándola con su aura lésbica ¡Las voy a echar ambas! — Miró con odio a Wheein, escupió al piso y salió de la habitación dando un portazo.

MoonByul se quedó paralizada un par de segundos y luego miró a su hija.

—Toma tus cosas, vamos a mudarnos a la casa de tu abuela —Dijo sin que le temblara la voz y luego la abrazó —Todo estará bien, lleva tus cosas al auto. Solo lo que necesites 

Wheein, aún dolida, asustada y en estado de shock, se movió. Tomó la maleta que estaba bajo su cama y metió su ropa y sus libros, aún incrédula, aún sin procesar bien lo que acababa de pasar.

Habrán sido las tres horas más largas de su vida y lo siguiente la iba a marcar para siempre.

MoonByul abrió la puerta de su cuarto y la ayudó a sacar su maleta y su mochila, Wheein esperaba en la puerta a que su madre saliera y de pronto una botella de vidrio se quebró a un par de metros de ella. Un olor a alcohol comenzó a viciar el aire y la luz de la cocina esclarecía la escena.

Su padre le había arrojado una botella de ron, de esas que él tanto cuidaba y le había dicho que nunca tocara. 

La figura ebria avanzaba por el pasillo hacia ella, gruñendo y murmurando cosas, en su mayoría blasfemias y otras palabras difíciles de distinguir. Entonces el hombre levantó la cabeza y se bebió lo poco que no había derramado del vaso que llevaba en su mano, justo antes de emitir un grito de furia en su dirección.

No hay treguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora