L a H i s t o r i a D e A m o r D e
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- Margaret Shellstrop bienvenida a mi vida. - Le extendió la mano a la...
—¡Maggie! ¡Maggie! — Era la voz de la castaña llamando a su amiga; pero está seguía sin escuchar — ¡Margaret! — No volteaba o no quería voltear — ¡Shellstrop! — Sabía que con eso voltearía hacia la persona que la llamó, pues no es un apellido bastante común y casi nadie le dice de esa forma. Era sábado y Vanya había descansado, se sentía devastada por lo que había ocurrido días atrás que quiso ir a casa de su amiga ya que no respondía las llamadas pero la encontró en la calle.
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—¿Que ocurre Vanya? — Pregunto un tanto molesta al voltear.
— Perdón yo aaah-hh lo lamento. — Maggie nunca había visto a una Vanya tan triste — Se que diría que golpearía a Roger si te hacía algo pero a las verdaderas personas que debí golpear fueron a las camareras del lugar. Debí haberme ido contigo aquel día.
— ¡No! — Exclamó Maggie sin mirar a su amiga.
— Fue mi culpa no haberte dicho nada de lo que Goldman te haría. — Sus miradas no se cruzaron solo la rubia bajo su mirada — Debí haber hecho más esfuerzo para detenerte así nada de esto hubiera pasado y tendrías tu trabajo.
— No, el no detenerme fue lo mejor que pudiste haber hecho. — Intentó sacar una sonrisa.
—¿Por que? — Preguntó confundida Vanya.
— Fui a otra editorial y están considerando mi obra; aún no la aceptan pero es la primera editora que le da una oportunidad. — Finalmente Maggie sonrió y la castaña supo que estaba muy contenta.
—¿Cuando te dirán que la aceptan?
— La próxima semana — Dijo con gran emoción la rubia
— ¡Estoy feliz por ti! — Expresó Vanya —¿Puedo darte un abrazo? — Maggie asintió — Durante toda mi vida no he tenido muchos amigos, pero nadie me ha soportado realmente como tú lo haces y quiero que estés conmigo porque eres mi mejor amiga. — Las lágrimas resbalaron y cayeron en el hombro de la rubia.
—¡Oh Vanya! Tú también eres la mía. No debes dejar el lugar aún, a menos que tengas ya listo tu hotel.
—¿Por que no? Tú lo hiciste — Preguntó con gran emoción la castaña.
— Recibí un poco de ayuda. — Sonrió de lado la rubia.
—¿De John?
— Me acompañó, —Maggie sonrió gustosa recordando todo lo que habían pasado juntos — seguí tu consejo Vanya.
— Creí que estaban molestos.
— Vanya, — Rodeó los ojos pues no quería que se enterara de lo que había entre ellos — eso no importa, solo olvídalo.
