— ¿Necesita algo más? — Era Maggie diciendo una de las tanta frases esenciales en su trabajo.
— Estamos bien, gracias — Respondió un cliente.
— ¿Eh Maggie? — Dijo una de las camareras, al parecer era Dalia.
— ¿Si? — Dijo al oír su nombre volteando hacia la chica.
— Alguien te busca afuera.
—¿Quien?
— No dio su nombre, pero dijo que urgía de tu presencia. — Comentó tranquila.
Shellstrop miro en dirección al reloj pues faltaba media hora para que su turno terminara — Dalia — La joven asintió — Podrías decirle a la persona que me espere.
— No hay necesidad — Respondió Dalia con una media sonrisa.
— ¿Por que? — Maggie la miró extrañada pues no entendía el porqué de la sonrisa en su rostro.
— Dijo que esperaría por ti. — La joven siguió sonriendo mientras daba la vuelta.
— De acuerdo. —Rodeó los ojos — Hará eso. Gracias Dalia.
— De nada. — La joven siguió con su trabajo llevándose consigo una gran sonrisa burlona.
—¡Shellstrop! — No había necesidad de saber quien llamaba, nadie la llamaba por su apellido a menos que fuera el señor Goldman. Antes de voltear rodeó los ojos.
— ¿Si señor? ¿En que puedo ayudarlo? — Trato de sonar amable.
— Necesito que ayudes a Clarke a acomodar la mercancía que llegó, luego de eso pueden irse.
"Estupendo" pensó — Claro señor Goldman.
— Gracias.
Ahora la persona tendría que esperar más de lo que creía; bueno si en realidad estaba dispuesto a esperar demasiado tiempo.
Acomodar la mercancía suele tardar mínimo una hora pero con ayuda de otra persona el tiempo redujo a cuarenta y cinco minutos, lamentablemente había oscurecido más y Maggie no vio a nadie con la intención de querer ir a hablar con ella por lo que siguió su camino hacia casa, guardó sus manos en las bolsas de su abrigo y caminó.
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It's a Hard Life || • John Deacon
FanfictionL a H i s t o r i a D e A m o r D e « C o m o U n a C a m a r e r a E n a m o r o A U n B a j i s t a » - Margaret Shellstrop bienvenida a mi vida. - Le extendió la mano a la...