31. Someone You Loved

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Douglas dejó a Maggie en su casa, durante todo el camino no le dirigió la palabra solo la miraba de reojo admirando en ella la gran tristeza que albergaba en su ser, no entendía lo que pasaba pero sabía que era algo relacionado con John Deacon.

— ¿Hola? — Respondió una chica con una voz quebrada que estuvo llorando gran parte de la noche y además necesitaba sueño; pues le habían llamado a la siete de la mañana.

— Hola Margaret, soy Douglas por si aun no has reconocido mi voz.

— Hola Douglas, ¿que ocurre? — Preguntó aún con tristeza.

— Necesito que estes en mi oficina a las nueve con treinta minutos.

— No podría ser algún otro día, estoy demasiado cansada — En realidad no quería ser vista por nadie.

— Shellstrop es urgente, es una orden. — Fue firme con la rubia, su presencia era sumamente requerida.

— De acuerdo — Respondió obligada y sin ganas — te veré nueve y media en tu oficina.

— Perfecto, nos vemos.

— Si Adiós — Respondió sin ánimos.

Maggie se levantó, cepillo sus dientes, tomó un ducha, se vistió con formalidad suponiendo que era algo relacionado con el trabajo, desayuno algo sencillo como fruta pan y un café, se dirigió a la salida y pidió un taxi pues no llegaría a la cita de trabajo a la hora exacta si se transportaba en autobús, al llegar a su destino pago y agradeció al taxista donde esté le sonrió.
Se dirigió rumbo a la oficina de Douglas.

— ¡Vaya vaya! — Exclamó el castaño de Branson — Pero que elegante

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— ¡Vaya vaya! — Exclamó el castaño de Branson — Pero que elegante.

— Dijiste que era urgente — Tomó asiento en uno de los sofás de la oficina — Supuse que era relacionado con el libro. ¿Que sucede? ¿Cuál es la urgencia?

Mostró una sonrisa ladina — ¿Que pasó ayer?

Maggie rodeó los ojos — ¿Es solo eso? Fue una discusión con mi pareja ¿puedo irme?

— ¡No! — Douglas se froto los ojos — Por tres simples razones,  en primer lugar soy tu jefe, en segundo lugar me interrumpiste y amablemente fui a rescatarte, algo que pude haber dicho "No" con facilidad pero acudí a tu llamado.

— Eso no fue amable — Dijo la rubia entre dientes.

— Oí eso cariño, y en tercer lugar soy tu amigo y colega, además de suponer que soy la última persona que te queda como para hablarme. Dime — tomó asiento frente a la rubia y junto sus manos colocándolas en la rodilla derecha  — ¿Que pasó ayer con John? Porque claramente era el con quien discutías.

— ¿Con que te interrumpí? — Preguntó confusa Maggie pero a la vez sabía de que se trataba por lo que alzó la ceja. — ¿Que asunto?

— ¡Margaret soy tu jefe! — Exclamó el castaño.

It's a Hard Life || • John Deacon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora