Luego de recorrer todo el largo y amplio camino se dispusieron a descansar, y justo al lado de su improvisado campamento sonaba el agua de un río corriendo. Akamista entró en el y felizmente solo le llegaba a las rodillas.
-Parece que hay peces.-dijo Reyendar señalando hacia la derecha de Akamista, que en ese instante estaba de espaldas.
Akamista dirigió su mirada hacia el asesino, y era una mirida de reproche y exigencia, como si le ordenase que fuera a pescar aquellos seres. Reyendar no esperó a sus palabras y se dispuso a pescar con su lanza, al cabo de unos minutos ya habría atrapado menos de una decena de peces.
Regresó al campamento, compuesto por dos mantas tendidas en el suelo y una fogata encendida. Allí asaron los pescados mientras mantenían un silencio fúnebre entre ellos, mientras esto ocurría, la noche desplazaba al día en un majestuoso atardecer.
-Le falta condimento,-refutó Akamista mientras comía su tercer pescado asado-pero igualmente está rico.
-Es lo que hay,-respondió Reyendar-no te quejes.
-Ya lo sé, ya lo sé.
-Parece que esta noche hará mucho frío, eso será un problema.
-Pero tenemos abrigo, ¿no?
-Para verano, pero el invierno puede llegar en cualquier momento.
-Quieres decir que moriremos de frío.
-Es probable.
-¡¡¡Buah!!! ¡¡¡Buah!!! ¡Soy muy joven para morir congelada!
-¡Déjate de lloriqueos! Además, no planeo morir aquí ni verte morir. Así que implementaremos mis tácticas de supervivencia.
-¿Tácticas de supervivencia?
-Sí, las implementaremos a la hora de dormir.
-¡¡Sí!! ¡El fabuloso Reyendar me ha salvado!
-Silencio, otros pueden escucharte. Recuerda que mi cabeza tiene precio.
-Cierto, ¿por qué te volviste asesino?
-Es una larga historia.
-Tenemos un largo camino que recorrer para llegar a la capital, creo que podrías empezar por algo.
-Tengo 21.
-¡¡¡Quéééééééééé!!! ¡¡Pe... pensé que tenías como 40!!
-¡¡¡Tan viejo me veo!!!
-Sí, bastante.
-¡Qué mal! Pero bueno, que se le puede hacer.
-¡Uuoaaaahhh! ¡Qué sueño tengo! Me voy a dormir.
-Espera.-dijo Reyendar mientras se levantaba-Dije que antes de dormir implementaría mis tácticas de supervivencia.
-Es verdad,-dijo Akamista mientras bostezaba-hazlo de una vez.
-¿Segura?
-Sí.
-¿Completamente segura?
-Que sí...
-Conste que tú me diste permiso.
-¡Que sí!
Reyendar tomó las dos mantas y las hizo una, luego se las puso encima y abrazó con ellas a Akamista. Ellos quedaron tendidos en el suelo, cubiretos completamente por las dos mantas.
-¡¡¡¿Qué... qué... qué crees qe haces!!!
-Táctica de supervivencia contra el frío, las personas generan calor, y si dos o más personas se juntan así como ahora generan el calor suficiente para contarrestar una noche fría.
-¡¡¡Siquiera échate a mi lado!!! ¡Pero no así!
-¡Cállate y duerme!-dijo Reyendar mientras cerraba los ojos.
Al final, Reyendar se durmió, pero su acompañante no podía, debido al incómodo momento que experimentaba. Pero a fin de cuentas, ambos durmieron plácidamente toda la noche.
ESTÁS LEYENDO
Reyendar, de asesino a héroe
Historia CortaEsta historia es un cuento popular de la República del Universo Conocido. Extraído de: Las historias populares del siglo CXCV, de Roydar Royder Cuenta como un asesino y cazarecompenzas conoce por un trabajo a la hija de un mercader y se enamora per...