Capítulo Quinto: Tácticas de supervivencia

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Luego de recorrer todo el largo y amplio camino se dispusieron a descansar, y justo al lado de su improvisado campamento sonaba el agua de un río corriendo. Akamista entró en el y felizmente solo le llegaba a las rodillas.

-Parece que hay peces.-dijo Reyendar señalando hacia la derecha de Akamista, que en ese instante estaba de espaldas.

Akamista dirigió su mirada hacia el asesino, y era una mirida de reproche y exigencia, como si le ordenase que fuera a pescar aquellos seres. Reyendar no esperó a sus palabras y se dispuso a pescar con su lanza, al cabo de unos minutos ya habría atrapado menos de una decena de peces.

Regresó al campamento, compuesto por dos mantas tendidas en el suelo y una fogata encendida. Allí asaron los pescados mientras mantenían un silencio fúnebre entre ellos, mientras esto ocurría, la noche desplazaba al día en un majestuoso atardecer.

-Le falta condimento,-refutó Akamista mientras comía su tercer pescado asado-pero igualmente está rico.

-Es lo que hay,-respondió Reyendar-no te quejes.

-Ya lo sé, ya lo sé.

-Parece que esta noche hará mucho frío, eso será un problema.

-Pero tenemos abrigo, ¿no?

-Para verano, pero el invierno puede llegar en cualquier momento.

-Quieres decir que moriremos de frío.

-Es probable.

-¡¡¡Buah!!! ¡¡¡Buah!!! ¡Soy muy joven para morir congelada!

-¡Déjate de lloriqueos! Además, no planeo morir aquí ni verte morir. Así que implementaremos mis tácticas de supervivencia.

-¿Tácticas de supervivencia?

-Sí, las implementaremos a la hora de dormir.

-¡¡Sí!! ¡El fabuloso Reyendar me ha salvado!

-Silencio, otros pueden escucharte. Recuerda que mi cabeza tiene precio.

-Cierto, ¿por qué te volviste asesino?

-Es una larga historia.

-Tenemos un largo camino que recorrer para llegar a la capital, creo que podrías empezar por algo.

-Tengo 21.

-¡¡¡Quéééééééééé!!! ¡¡Pe... pensé que tenías como 40!!

-¡¡¡Tan viejo me veo!!!

-Sí, bastante.

-¡Qué mal! Pero bueno, que se le puede hacer.

-¡Uuoaaaahhh! ¡Qué sueño tengo! Me voy a dormir.

-Espera.-dijo Reyendar mientras se levantaba-Dije que antes de dormir implementaría mis tácticas de supervivencia.

-Es verdad,-dijo Akamista mientras bostezaba-hazlo de una vez.

-¿Segura?

-Sí.

-¿Completamente segura?

-Que sí...

-Conste que tú me diste permiso.

-¡Que sí!

Reyendar tomó las dos mantas y las hizo una, luego se las puso encima y abrazó con ellas a Akamista. Ellos quedaron tendidos en el suelo, cubiretos completamente por las dos mantas.

-¡¡¡¿Qué... qué... qué crees qe haces!!!

-Táctica de supervivencia contra el frío, las personas generan calor, y si dos o más personas se juntan así como ahora generan el calor suficiente para contarrestar una noche fría.

-¡¡¡Siquiera échate a mi lado!!! ¡Pero no así!

-¡Cállate y duerme!-dijo Reyendar mientras cerraba los ojos.

Al final, Reyendar se durmió, pero su acompañante no podía, debido al incómodo momento que experimentaba. Pero a fin de cuentas, ambos durmieron plácidamente toda la noche.

Reyendar, de asesino a héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora