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Capítulo Quince

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Capítulo Quince.

Se prendió esta mierda. Bruno está pendejo.

¿Sabes acaso porqué dije que sería la noche más difícil de mi vida? No, obviamente pero por lo menos tienes algunas conjeturas. Atlas y yo teniendo sexo salvaje en la cocina, mientras el pollo que habíamos empezado a cocinar semidesnudos se quema y lo disfruto mucho.

¿No? No me lo niegues.

Pues no pasó así.

La puerta del apartamento se abrió de golpe, Atlas se tensó en su lugar y yo me levanté rápidamente y me coloqué a su lado. Justo en la entrada, Bruno cayó de bruces al piso luego de tropezarse con sus propios pies, luego llegaron otros cuatro o cinco hombres más vestidos de negro a llenar el departamento revisándolo. Otros dos más se pusieron junto a Atlas y yo, estaban hablando por los intercomunicadores que tenían al oído.

—¡¿Que carajo?! —lanzó Atlas hacia su hermano, tenía los nervios a flor de piel. Sus ojos estaban inyectados de rojo y las venas en su rostro se habían acentuado— ¡¿Y ahora que hiciste, cabron?! ¿Que es todo esto?

—Señor, usted, su hermano y la señorita están en peligro —habló uno de los gorilas que teníamos al lado. Atlas lo miraba como si fuera incompetente, se agarraba el cabello y bufaba como un toro— Varios agentes estaban haciendo su revisión nocturna en el edificio y encontraron movimiento extraño de dos femeninas y un hombre. Creíamos que eran solo ellos, pero intentaron atacar al señor Bruno y meterlo en una camioneta Chevrolet negra con placas falsas, señor Danforth.

¿Qué cojones? ¿En qué puto lío estaban metidos? Mi cabeza zumbaba y era un manojo de nervios, un desastre enorme. Atlas dió dos zancadas largas hacia su hermano. Bruno dió las mismas dos pero hacia atrás, sus aires de superioridad y desdén de hace una hora se habían esfumado, estaba cagado.

Y yo también.

—Te dije que te quedaras en el departamento... —el tono tranquilo de Atlas daba escalofríos. La mezcla de furia y astucia estaban en sus ojos, como estudiando cuantos golpes alcanzaría a regalarle a su hermano el don desastres— ¿Donde está Aiden?

—En el garaje, señor. Esperando sus órdenes.

—Dile que tome la Tahoe del estacionamiento y se lleven al imbécil y a Emily a la casa de la costa. El equipo y yo nos quedaremos a monitorear todo desde aquí, no podemos...

—¿Me quieres explicar qué cojones está pasando?

—¡Que nos van a asesinar por culpa de tu novio! —Bruno salió de su embeleso, como si hubiera despertado. Se acercó en dos zancadas hacia su hermano, con los ojos ausentes y la mandíbula apretada— Nos van a matar porque su maldito negocio salió mal...

—¿Que tipo de negocio? —inquirí de manera automática, estaba en shock, la situación era extraña. Un negocio, problemas, asesinos, peligro— ¡Atlas, explícame qué carajo está pasando!

Atlas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora