— ¡¿Hyuk?! — gritó de nuevo Jae Hwan al ver que no soltaba a Young Jae, quien con una sonrisa ladina parecía estar disfrutando del arrebato de Hyuk, sin hacer nada para soltarse del agarre del menor.
— Déjalo Jae, a ver si se atreve a pegarme — comentó divertido a pesar de que el menor le sacaba casi diez centímetros de diferencia.
Sang Hyuk tenía tantas ganas de pegarle al chico frente suyo que, si no fuera porque el otro era su primo y un boca floja en toda regla — que seguramente iría con el chisme a sus padres —, seguramente lo hubiera hecho con gusto. Finalmente se detuvo al sentir la mano de un extraño en su hombro derecho. Miró a Jae Hwan y entonces al girar su rostro se encontró con el rostro serio de Hongbin.
— ¿Qué sucede aquí?
— Nada bebé, solo una pequeña reunión familiar — respondió Young Jae con rapidez haciendo rabiar a Hyuk con esa respuesta.
— Yoo, por favor.
Young Jae giró los ojos al escuchar a Hongbin hablarle por su apellido, cual desconocido. Aunque le sorprendía mucho el ver a su primo Hyuk en aquellas instalaciones, sus ganas de molestarlo se hicieron mucho más grandes al percatarse de donde había salido.
— ¿Ustedes se conocen? — preguntó Jae Hwan, quien como Hyuk no estaba entendiendo nada, evitando así que el primo de su mejor amigo comentara otra cosa.
Hongbin respondió que Young Jae solo era un pasante que estaba haciendo su residencia en el área administrativa desde hacía un mes, le entregó unos documentos que el otro estaba esperando y lo despidió para que dejara de incomodar a Hyuk, quien casualmente hizo tropezar a su primo para que cayera al suelo y así recibiera el golpe que no pudo darle con sus puños.
— Creo que ya no podré regresar... Ahora estarás feliz de no volver a verme — Hyuk comentó en cuanto su primo desapareció de su vista y comenzó a caminar directo a la salida.
Jae Hwan lo siguió unos minutos después, luego de explicarle brevemente a Hongbin que Hyuk no solía llevar la mejor de las relaciones con su primo y que este por supuesto, podría aprovechar la vulnerabilidad en la que había caído el menor, por estar en un tratamiento del que sus padres no sabían absolutamente nada. Sin embargo y pese a que le había dicho a Hongbin que no regresaría a aquel lugar, su mente le estaba haciendo recordar lo que había pasado dentro del cubículo unos minutos atrás, cuando Jae Hwan los dejó solos.
— ¿Hasta cuando vas a seguir actuando como si de verdad esto no te importara? Hyuk escucha, sé que puede ser difícil asimilar todo, pero créeme cuando te digo que, al venir aquí, has tomado la decisión correcta.
— Solo lo dices porque trabajas aquí, es tu deber "convencerme" ¿no? — comentó Hyuk casi bufando y haciendo incluso comillas con sus dedos.
Hongbin rio y aunque no era parte del protocolo que debía de seguir, se levantó de su lugar y rodeó el escritorio tan solo para estar mucho más cerca de Hyuk y al tomar sus manos agregó.
— Si, es cierto trabajo aquí, pero, también es cierto que, aunque no debería de decirte esto, yo también estoy en tratamiento y si no fuera porque existen lugares como este, seguramente ya estaría muerto...
Las palabras tratamiento y muerto fueron las que más le retumbaba en la cabeza, especialmente porque Hongbin no le dio más detalles y a su parecer, él lucía demasiado sano como para estar enfermo.