Se suponían que no debían estar ahí, pero dado el hecho que habían recibido algo de ayuda interna, eso hizo posible que ambas gemelas, Won Sik y Jongin estuvieran a la espera del resultado del ultrasonido que le estuvieron realizando a Yang Mi, para saber el sexo del bebé. Su ginecólogo habitual estaba encantado de ver a tantas personas — aún a pesar del reducido espacio dentro de la habitación —, especialmente al recordar la primera visita en la que parecía que Yang Mi, no estaba muy emocionada por convertirse en madre, pero el ver su rostro iluminado con lágrimas en los ojos después de que les explicara que su bebé estaba en perfectas condiciones y que estaba por ser madre de una hermosa niña, su interior se sintió cálido, ya que el doctor Kim Seokjin amaba poder dar buenas noticias.
— ¿Entonces? — preguntó Young Mi totalmente emocionada.
— Es una muy hermosa niña.
— ¡Oh Dios, creo que me voy a desmayar, una mujer! — comentó Won Sik sosteniéndose de la pared en una intenso falso de dramatismo.
* * *
Ver lo altamente emocionado que estaba Won Sik, al relatarle como había estado la última visita de Yang Mi con su doctor, hacía que el interior de Hak Yeon se emocionara por igual, después de todo él, había hecho posible que los cuatro entraran a dicha sesión. Sin embargo, algo dentro de su corazón se removió con incomodidad al darse cuenta de un pequeño — gran — detalle, especialmente porque de quedarse juntos ninguno de los dos podría vivir aquello de la misma manera. Pero no por eso dejaba de emocionarse, ya que, el que ambos fueran hombres, no quería decir que no podían vivir la etapa de paternidad como cualquier otro hombre, todo de que tenía que hacer es buscar la manera correcta.
—... Hoy has estado algo callado ¿pasa algo?
— No, bueno, en realidad sí, pero por desgracia es algo que no puedo evitar.
— ¿Por qué lo dices?
— Porque se trata de Bin y de esa tonta idea de dejar a Hyuk que tiene.
— Pero creí que ellos estaban bien.
— Es solo que Hongbin tiene miedo de enamorarse, más de lo que ya lo está...
* * *
Una semana entera había transcurrido desde la última vez que se habían visto, y la verdad es que Hyuk estaba que se desmoronaba de los nervios, incluso le parecía patético lo fácil que Hongbin se le había colado en la mente y el corazón, siendo que nadie nunca lo había logrado, y aunque le aterraba, también estaba dispuesto llegar hasta las últimas consecuencias con el mayor.
—... Luces realmente guapo hoy — dijo con una sonrisa en los labios Hongbin.
— Gracias, aunque tú no te quedas atrás — respondió con coquetería Hyuk, antes de tomar posesivamente los labios del otro en un beso por demás demandante.
La intención de Hongbin había sido hablar con Hyuk, pero después de aquel beso que, para alguien enamorado, era como agua en el desierto, dejó a su cerebro apagarse tan solo para que su corazón se regocijara por tener de nuevo entre sus brazos al menor, sin embargo, su plan no era que ambos terminaran semi desnudos y a un paso de hacer el amor...