Ver la forma en la que Jongin acariciaba el estómago de su hermana le hizo sentir una extraña sensación, sin embargo, esa misma sensación desapareció por completo al ver a Hak Yeon ingresar a la sala cargando un enorme boul llenó de deliciosa comida chatarra, mientras reía tan abiertamente por algo que había mencionado su otra hermana, que solo se quedó contemplándolo sin decir nada, solo apreciando lo afortunado que era al tener a las personas correctas en su vida.
— ¿Qué te ocurre? — le susurró al oído Hak Yeon una vez que se quedaron solos.
— Nada ¿por?
— Si sabes que tengo un doctorado en psicología ¿verdad? Además, has estado raro desde que Hongbin estaba en el hospital, ¿Qué ocurre?
— Yeon, yo no soy uno de tus pacientes, para que me analices...
— Ya sé, pero no puedo evitarlo... Además, no me gusta verte tan pensativo, puedes confiar en mí, soy todo oídos — comentó, instándolo a que hablara.
— Es solo que el ver a mi hermana y a Jongin hoy, me hizo recordar algo que me dijo Jae Hwan.
— ¿El novio de Taek?
— Sí, al parecer él me reconoció de una de las primeras visitas que hice con Yang Mi, cuando nos recién enteramos que estaba embarazada.
— ¿Y eso que tiene que ver con que estés todo pensativo?
— Bueno, ese día me dijo que estaba preocupado por su amigo Hyuk, porque podría ponerse muy mal si le llegaba a pasar algo a Hongbin... Hak Yeon ¿Qué es lo que tiene realmente Hongbin?
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Un escalofrío le recorrió el cuerpo debido a la temperatura del agua, misma que había estado tibia cuando ingresó al baño, pero que ahora se encontraba totalmente fría y todo por pasar demasiado tiempo dentro del mismo lugar. Espabilándose de los malos pensamientos que lo habían atacado, salió finalmente de la tina tomando una toalla tan solo para secarse lo más rápido que pudo y vestirse después. Caminó sigiloso hasta su cama y trató inútilmente de conciliar el sueño, sus ojos volvieron a humedecerse y no tardó en sentir las lágrimas derramarse sin permiso sobre sus mejillas, le había abierto el corazón a Sang Hyuk quedando totalmente expuesto ante él, pero, aunque la respuesta del menor no había sido la que esperaba, algo dentro de él, le decía que las cosas no volverían hacer iguales nunca más.
—... Mi madre era alguien sumamente especial sabes, y supongo que el que fue mi padre también lo era a su manera... Dime Hyuk, ¿alguna vez has escuchado el término sangre dorada?
— Si te soy sincero, no.
— Bueno, mis padres son portadores de una muy especial mutación en los antígenos que conforman los glóbulos rojos, para hacértelo sencillo las personas que tienen la sangre dorada, también son conocidos por tener el antígeno Rh como nulo, lo cual los hace extremadamente raros... Además, es hereditario, así que yo también la tengo.
Al ver la expresión de total confusión de Hyuk, Hongbin tomó una de sus manos y después de acariciarla suavemente continuó.
— El que fue mi padre no fue una buena persona, él engañó a mi madre en más de una ocasión, lo que implicó que ella contrajera VIH sin siquiera enterarse, al menos no hasta que los síntomas se volvieron más evidentes... Para el tiempo en el que ella se enteró, yo también me enferme, solo que, al no poder tener la capacidad de recibir sangre de otro tipo sanguíneo, ella, bueno, me ayudó y me condenó al mismo tiempo...
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Ya sé que la explicación es algo vaga, pero prometo hacerla más extensa en el siguiente capítulo.