Alegría

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Hak Yeon estaba nervioso, demasiado nervioso, más de lo que debería, lo cual lo hacía verse y sentirse como un colegial inexperto y eso, era algo que no le gustaba para nada, porque él estaba acostumbrado a conversaciones de este tipo, es más, estaba seguro de que era el único en toda la costa Este que había tocado este tipo de temática en más de una centena de veces, sin embargo, ahí estaba, jugando con sus dedos cual niño de cinco años que no sabe estarse quieto. Y entonces al levantar la mirada su corazón comenzó a golpear como loco al verlo acercarse, luciendo tan desenfadado como casual al mismo tiempo.

— Perdón por el retraso, pero es que debía inventar una buena excusa para poder salir de mi apartamento sin que ninguna de las gemelas sospechara nada.

— Está bien, después de todo, esto es extraoficial — Hak Yeon respondió con calidez.

— Lo sé y justo por eso es que lo digo, yo no debí hacerte esperar.

— Pero si apenas han pasado cinco minutos — respondió Hak Yeon, sintiendo con mayor fuerza el martilleo de su alocado corazón.

— Sí, pero fui yo quien te invitó y mira, llegué tarde — mencionó totalmente culpable.

Won Sik tomó asiento frente a él y una vez que el mesero le entregó la bebida achocolatada que ordenó, comenzaron a hablar con calma y suma tranquilidad.

—... En realidad, técnicamente no debería de estar aquí... — Hak Yeon comentó después de darle un sorbo a su bebida espumosa — ya sabes, por ser reglas de la empresa.

— ¿De verdad?

— bueno, estoy aquí ¿no? — respondió Hak Yeon mostrando esa sonrisa que tanto le gustaba al contrario y que lo hacía responder de la misma forma.

Yang Mi ya se encontraba finalizando su tercer mes de gestación, la pancita de su bebé no nato comenzaba notarse y, aunque para Won Sik había sido una verdadera sorpresa el enterarse del nombre del padre, ahora que las cosas habían regresado a la normalidad — por así decirlo —, podía sentirse libre de invitar a salir a Hak Yeon, justo como había hecho durante la última sesión de su hermana apenas un día atrás.




* * *




Hyuk observaba totalmente incrédulo a su mejor amigo, quien se encontraba recostado en su cama con la cabeza colgando de una de las esquinas, casi tocando el suelo con la misma y, aunque la sangre comenzaba a acumularse con rapidez gracias a la ley de gravedad, este parecía estar más que cómodo sin intensiones de corregir su postura.

—... ¿Podrías por favor dejar de hacer esa cara? — cuestionó después de ver el rostro de satisfacción de su amigo.

— Es la única que tengo — dijo Jae Hwan sonriendo a un más de modo que su dentadura comenzaba a verse.

— Ya sabes a lo que me refiero.

— Lo que pasa es que estas celoso de que mi León y yo ahora estemos saliendo.

— ¿Tú León?... Sabes que, olvídalo, no quiero saber porque le dices así, suficiente tengo con saber que te encanta nombrar a tus parejas como animales.

— ¡Eso no es cierto! — reclamó Ken incorporándose finalmente.

— ¿A no? Y que me dices del panda, el oso y la iguana.

— Ah... Bien, puede que me guste hacerlo, pero eso solo demuestra que estas celoso porque tú no has podido hablar con Hongbin.

— A Hongbin, no lo metas.

— Pero si él es el causante de que estés así, bueno, eso y si mal no recuerdo has estado en demasiada abstinencia ¿o qué, me equivoco?

Si las miradas mataran, Jae Hwan seguramente ya estuviera tres metros bajo tierra, todo gracias a la forma tan particular en la que Sang Hyuk lo había mirado, porque, aunque lo negara tenía razón y él, odiaba cuando eso pasaba. 



I'm Not Broken [HyukBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora