Día 46

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Hola! Cómo están?

Les traigo un nuevo capítulo 🙆 a partir de ahora van a empezar un poco diferentes? Algo así.

Si encuentran errores avisen ❤️

Disfruten!!

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Cartas para Eren 1.

Eren:
Me he animado a enmarcar una de nuestras fotografías del viaje, la de la feria para ser exactos, que fue la primera que nos tomamos juntos. La he puesto sobre el librero, así que es muy fácil verla. A las demás solo las guardé en un álbum, hice hacer uno, con la tapa llena de conejitos como te gustaban.
Hanji me ha preguntado al verlas ¿Recuerdas la muchacha que empezó conmigo la Universidad? Es esa misma. Le he contado sobre el viaje y me ha dicho que podría enmarcar la de nuestra boda, creo que es una buena idea.

Con amor. Levi.

Estábamos probándonos gran cantidad de trajes, la muchacha que nos atendía nos traía como cinco o seis luego de descartar alguno. Yo había elegido uno totalmente negro y Eren se decidió después de unos minutos en probarse los blancos.
En el pueblo por el cual solo haríamos una parada para comprar víveres descubrimos un evento inusual, en el cual por ser el día de apertura de una tienda de vestidos y trajes para novios, te regalaban uno y debias pagar el otro, también te hacían unas lindas fotografías, te maquillaban y te peinaban para la ocasión -cabe mencionar que ninguno de los dos usó maquillaje-.

—Deberías probarte un vestido.

—Ni lo sueñes, no soy de esos que les gusta utilizar ropa de mujer— contestó Eren cuando la muchacha se alejó —prefiero los trajes.

—Solo uno.

Me miró con sus brazos cruzados sobre su pecho, reacio a la idea, sin embargo después de unos minutos en que lo observé con mi mejor cara de cachorro acongojado suspiró y pasó una mano sobre su rostro terminando por despeinar su cabello.

—Solo uno.

Eligió uno sencillo, totalmente avergonzado, para ser sinceros a mi tampoco me gustaban los hombres con ropa de mujer, no. Pero me resultaba divertido ver a Eren en aquellas condiciones.
Cuando lo vi salir del vestidor, con un vestido de falda lisa, con mangas bordadas y un pequeño bordado en el corpiño sentí que me faltaba el aire. No, cambiaba mis palabras anteriormente dichas, me gustaba Eren también vestido así.

—¿Contento?

Su rostro estaba rojo y evitaba mirarme a los ojos, estaba tan avergonzado que no pude evitar agarrar la cámara que llevábamos a todas partes y llamarlo para que levantara su cabeza.

—Eren— nuestros ojos se encontraron por un segundo y aquello fue suficiente para capturar su imagen.

Sus ojos se abrieron y salió corriendo al vestidor en el momento justo en que una estruendosa carcajada se escapaba de mis labios. Luego de cinco minutos más, ya teníamos los trajes puestos y una joven se encargaba de peinarnos. Si hubiese tenido unos anillos no hubiera tardado en arrodillarme y pedirle que se casara conmigo, se veía tan hermoso, con su cabello hacia atrás y algunos mechones rebeldes cayendo a sus costados.
Pagué mi traje y dejé que Eren llevara el suyo, me permití agregar que nos quedaríamos así vestidos hasta que terminara el día. Riendo y recibiendo las felicitaciones de las empleadas abandonamos el local.

La noche ya se había hecho presente, así que decidimos ir a un lugar de comida rápida.
Pedimos unas hamburguesas completas con papas y gaseosa, agregué al mío unos aros de cebolla, porque me encantaban. Nos sentamos en una mesa del fondo, no queriendo llamar demasiado la atención aunque en realidad lo hacíamos por la manera en la que estábamos vestidos.
Hablamos de trivialidades, hasta que una idea totalmente estúpida se cruzó por mi cabeza, tomé uno de los aros de cebolla y lo acerqué a Eren.

—Eren Jaeger— me miró confundido y luego al aro de cebolla, elevó una de sus cejas y sonriendo negó varias veces con la cabeza —hoy, aquí en un lugar de comida rápida, no me arrodillaré para pedirte matrimonio— Eren lanzó una carcajada que me hizo sonreír —la gente pensará que soy un tacaño, pero con todo el amor del mundo, te pido que aceptes este aro de cebolla y seas mi esposo.

—A veces pienso que no puedes ser más idiota y me sorprendes.

—Anda di que sí, no arruines nuestro momento de Hollywood.

Eren sonrió y extendió su dedo anular, con torpeza le coloqué el aro de cebolla y pronto comenzamos a reír. Al final terminó comiéndoselo agregando que le había dado picazón.

—Ahora estamos comprometidos Ackerman, no importa que me haya comido el anillo.

Terminamos viajando en la camioneta cantando canciones románticas a todo pulmón y riéndonos como idiotas, no fue por mucho tiempo y al final nos terminamos deteniendo en el mirador, donde muchos jóvenes -algunos no tanto- iban a pasar el rato, en pareja, con amigos a beber, y demás. Nosotros nos sentamos en la parte de atrás de la camioneta y sacamos unas cervezas que habíamos comprado. Estábamos más apartados del resto, disfrutando la intimidad que la luz de las estrellas nos brindaban.

—Yo tengo algo para darte también— soltó Eren mientras buscaba en su mochila —Levi Ackerman, también quiero que seas mi esposo— sacó un anillo de fantasía, uno con un conejito de peluche pegado sobre él.

—¿De dónde has sacado eso?— pregunté mientras le extendía la mano —por cierto, podrías haberte esmerado más con el pedido.

—Claro que no, de todas formas dirías que si - después de colocarme el anillo sonrió como un niño que había logrado su cometido —con la hamburguesa, dime que te habías dado cuenta que podías elegir un juguete con el pedido especial.

Claro que lo sabía, solo que permitían uno solo por el combo, así que dejé que Eren obtuviera el suyo en lugar de elegirlo, lo omití y al parecer él no se había enterado.

—Ahora no podrás deshacerte de mi, Jaeger.

Eren se apoyó en mi hombro y sonrió, cerró los ojos por un momento y luego de unos minutos en silencio le dio un trago a su cerveza.

—Levi.

Lo miré mientras bebía, sus ojos brillaban bajo las estrellas, su mano se extendió hacia mí y no supe interpretarlo en ese momento.

—Dame la cámara, nos tomaremos una foto.

Sonreí y le entregué la cámara, Eren tenía los brazos más largos, así que siempre salían mejor las fotos cuando las tomaba él, unos segundos después el flash me cegó por un momento.
La cámara cayó entre ambos y Eren se alejó de inmediato, no entendiendo bien lo que ocurría me acerqué a él quien ahora mismo me daba la espalda.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?

Alcancé a poner una de mis manos en su hombro y entonces vi que una de las suyas estaba cubriendo su nariz, la manga blanca de su saco se había manchado de rojo, totalmente asustado lo tomé de los hombros y lo giré. Eren parecía estar totalmente aterrado en cuanto me vio fruncir el ceño.
De su nariz cayó una espesa gota de sangre, mi pulso se aceleró y comencé a temblar. Le extendí apresuradamente un pañuelo que llevaba en mi bolsillo y él se limpió la sangre lentamente.

—¿Qué sucede?

Eren me miró luego de haberse limpiado, sonrió débilmente y le quitó importancia con un gesto vago de sus manos.

—Estoy un poco mareado, no te preocupes, a veces me sangra la nariz no es nada...

Su voz se cortó y bajó a toda velocidad de la camioneta para luego devolver todo lo que había comido, también corté la distancia y lo miré preocupado. Tal vez la comida le había hecho mal junto al alcohol, sin embargo no podía sentirme conforme con aquella hipótesis.
Luego cuando pareció calmarse, se dio media vuelta y me miró totalmente serio.

—Dime que es solo un dolor de estómago.

Su sonrisa no llegó a sus ojos y aquello me sacudió por completo, Eren se acercó a mi y susurró algo que hizo que mi corazón se detuviera.

—Hay algo que debo contarte.

El último viaje (Riren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora