Capítulo 24 - Miedo

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Con los últimos exámenes, llegó el final de las clases, y con ello, el verano y, por tanto, menos excusas para no quedar con sus amigos y evitar ver a Amaia estando juntos.

- Vas hoy a la playa? -pregunta Raoul al canario

- No -niega rotundamente Agoney

- Por favor, Ago, te necesito allí -suplica el rubio haciendo un puchero

- Bolli, va a estar Amaia y si nota algo?

- Pero es que por esa razón necesito que vayas, es la primera vez que quedamos después de romper y no sé cómo va a reaccionar -explica asustado el catalán

Agoney, pese a estar tremendamente sudado por el calor del verano, acorta la distancia con su chico y le abraza por la espalda dejándole un beso en el hombro.

- Todo va a ir bien, ella está mucho mejor -le intenta tranquilizar el moreno

- Contigo, Agoney, con su mejor amigo -exterioriza el rubio- pero yo soy el cabrón que la dejó, seguro que me odia...

- Raoul

- Qué?

- Luis odia a Aitana?

- No

- Pues eso -sentencia Agoney

- Pero no me pongas ese ejemplo porque es mucho peor -defiende Raoul- que el Ceporrillo sigue colado por ella

Agoney, cansado de la conversación apoya la frente en el hombro de Raoul. Pronto nota los dedos del rubio enroscandose en los bucles de su cabeza, y no se refiere sólo a sus rizos.

- Si voy, tengo que estar con Amaia -apunta Agoney- lo sabes, no?

- Pero en algún momento podrás venir conmigo...

- No sé... y si se da cuenta de algo? -pregunta preocupado Agoney

- Y si se lo contamos? -sugiere Raoul

- No

- Moreno...

- No podemos decírselo, Raoul -sentencia Agoney- y si se enfada? Y si deja de hablarme?

- Ago, que es Amaia -razona el menor- no se va a enfadar

- Y si le hacemos daño? -pregunta Agoney- no quiero ser parte de la causa que la tenga mal

- Pero es que en algún momento se tendrá que enterar, sobretodo siendo tu mejor amiga -defiende Raoul- no podemos escondernos toda la vida

Y por mucho que quiera negarlo, Raoul tiene razón.

- Tengo miedo -suelta en un sollozo Agoney

- Y es normal, mi amor -le tranquiliza acariciándole la espalda

- Mi amor? -pregunta con media sonrisa el canario

- O sea que es normal que tengas miedo y estés asustado, quedate con eso, lo otro da igual... -afirma sonrojado Raoul- o sea, que no da igual pero que igual es muy pronto o yo que sé, no estás cómodo y...

- Raoul, Raoul... -le frena Agoney- no estoy incómodo con eso, al contrario, es... es muy reconfortante

- Ah, entonces, no lo retiro -se corrige Raoul aún sonrojado haciendo reír al canario

Y en ese momento, lo sabe. En ese momento Agoney se da cuenta de que es estúpido negar lo innegable.

- Te quiero, bollo -le da un beso en la mejilla seguido de un mordisquito

Raoul pone los ojos como platos, como si hubiese visto al mismísimo Jesucristo. Y Agoney no puede contenerse más.

- Te quiero, te quiero, te quiero -repite una y otra vez repartiendo besos por toda la cara del pequeño

- Entonces ahora somos oficialmente novios? -pregunta alzando una ceja el rubio

- Ah, que no lo éramos? -le pica el canario

- A mí no me lo ha pedido nadie... -deja caer el rubio

- A mí tampoco -se encoge de hombros el moreno

- Pero me lo tienes que pedir tú a mí -afirma Raoul

- Y eso se puede saber por qué? -ríe incrédulo Agoney

- Porque eres el mayor

- Y qué tendrá que ver? -ríe el canario

- Que eres el que tiene que mantener la magia en la relación, eres el viejo -bromea Raoul

- Por dos años -ríe Agoney- ni que tuviera aquí cincuenta

- Bueno, pero como si los tuvieras -le pica el rubio mordiendose la sonrisa

- Te vas a enterar

El rubio echa a correr por toda la casa con el canario pisándole los talones. Cuando Agoney atrapa a Raoul, o más bien cuando Raoul se deja atrapar, el moreno coge en brazos al catalán y lo lleva hasta la cama entre besos y risas.

- Entonces quieres ser mi novio? -cede Agoney estando a horcajadas del contrario

- No -se contiene la risa el rubio

- Pues habrá que hacerte cambiar de idea -afirma el moreno abalanzándose sobre su cuello

Y entre una cosa y otra, acaban llegando tarde a la playa.

- Dame la mano, novio -le pide Raoul después de que Agoney cierre el coche

- Vale, pero al llegar a la playa nos las soltamos, que no quiero que Amaia se entere así -afirma el canario entrelazando sus dedos con los del rubio

Los dos andan en silencio cogidos de la mano, Agoney no dice nada pero Raoul sabe qué es lo que le ronda por la mente.

- Estamos haciendo lo correcto, moreno, ya verás como todo sale bien -le tranquiliza el rubio acariciándole el dorso de la mano

- Mira, por Dios -Agoney lleva la mano de Raoul a su pecho donde el catalán puede notar como el pulso le va mucho más rápido de lo normal- me va a dar algo

- Calmate -Raoul le coge la cara por los lados y le deja un tierno beso que logra tranquilizarlo

Los dos chicos se dirigen hacia sus amigos, ya con las manos vacías, y con los nervios a flor de piel.

- Hola -saluda Raoul

- Buenas -dice Agoney

Lo único que reciben son miradas curiosas.

- Venís juntos? -pregunta Roi extrañado

Y los chicos, que no habían pensado en ello, se miran con los ojos a punto de salirse de sus órbitas. Pues empezamos bien...

TRES SON MULTITUD (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora