Mr. Wick [Terminada]

Una tormenta se avecina.

— Llegamos, acá estaremos a salvó por un tiempo, Giancarlo conocé todas mis casas pero esta será la última que revisé.— dijo Carlo y John y yo bajamos del auto.

Estábamos en una lugar a las afueras de todo, era una casa grande y lujosa, las paredes de la parte de abajo eran de cristal templado y las de arriba de mármol blanco, para entrar tenía una gran puerta de cristal que tenías que girar para que se abriera. El lugar era bastante frío, estábamos dentro de una pradera, rodeada de montañas que hacían que cuando hubiera neblina la casa se camuflajeara.

— ¿Penny puedo hablar contigo?— John se acercó a mí y giró la puerta para que pudiera pasar.

— ¿De que? ¿De Ginna?— dije y seguí.

Por dentro el lugar era aún más lujoso, tenis candelabros, traga luces, puertas de cristal templado, una gran sala de color beige y una enorme comedor de cristal para 11 personas. Además de las escaleras de madera de caoba tallada que te dirigían a la segunda planta.

—Aqui estaremos cómodos.

—Claro, con tanto lujo ¿Quién no?— dije molesta.

— Vamos Principessa déjame ayudarte por esta vez— Carlo prendió la Luz y los candelabros iluminaron el lugar con una tenue luz amarilla.

— Gracias pero se cuidarme sola, aprendí a hacerlo cuando mi padre me abandonó.

— ¿John que necesitas?— dijo Carlo cambiando el tema.

— Armas...muchas Armas.

— Tenlo por hecho— Carlo se dirigió a una pared repleta de libros y como en las películas jalo un libro de su lugar y abrió una puerta secreta que estaba repleta de armas de todo tipo. Incluso contaba con diversas armas blancas de diferentes tamaños y una más letal que la anterior.

— Eso sí que servirá— dijo John asombrado.

— Si van a pelear, peleare con ustedes.— dije sería y ambos me miraron incrédulos de lo que yo quería.

— De ningúna manera— dijeron al unisono.

— No fue una pregunta.

— Penny vamos a hablar — John me tomo delicadamente del brazo y me dirigió hacia la cocina para que tuviéramos un poco de privacidad.

—¿De que Quieres hablar?, Yo no tengo nada que decir.

— Sabes que nunca te haría daño, Ginna está loca y obsesiona como Giancarlo, a la única que amo es a tí y haría todo lo que fuera para mantenerte a salvo.— John tomo mí mano y su tacto era tan reconfortante que no tuve la fuerza para retirar mi mano.

— Yo...lo lamento, no debí desconfiar de tí, desde que te conozco solo has tratado de protegerme ¿Me perdonas?

—No tengo nada que perdonarte Penny, además te tengo una sorpresa, espera aquí.— dijo y salió de la cocina rápidamente.

Cuándo John regreso, guardaba bajo se manga la chaqueta negra de cuero de mi padre ¿De dónde la había conseguido?, John tiene sus métodos eso es claro.

— La conseguiste— me acerqué a él y lo abracé.

— Sabía que era algo importante para tí, por algo fuiste a buscarla a tu casa ¿No?— asentí—, aquí está.

— Te amo— dije y le dí un tierno beso en la comisura de los labios.— Te la quiero dar a tí Jonathan.

—¿A mí?— dijo confundido.

— Está chaqueta solo podía dársela al hombre que yo considerará el perfecto y ese definitivamente eres tú John.

—¿Esa es mi chaqueta?— Carlo miraba atentó la escena, pero más atentó a su Antigua chaqueta de cuero.