Mr. Wick [Terminada]

Aliados.

— Necesitamos encontrar a ese Bastardo — le dije a John entre dientes de lo furiosa que estaba.

Helen dormía con Max en la parte de arriba de la cabaña y John y yo nos habíamos quedado en la sala, escuchando el crujir de la chimenea. Mientras Tratabamos de pensar en un plan.

— Son muchos nuestros enemigos— contesto.

— Entonces acabaremos con cada uno de ellos.

— Tendríamos que acabar con la High Table.

— Yo tengo el puesto de mi padre, Necesitamos tener aliados y convencerlos de unirse a nosotros para eliminar la High Table.

— Haré una llamada y ya vengo— me contesto.

John se levantó del sofá y salió de la cabaña para hacer una llamada misteriosa. 

Cuando regresó, tenía una media sonrisa y se sentó a mi lado nuevamente.

—¿Qué sucede?— le pregunté curiosa.

— Cuando estuve alejado de ustedes me reencontré con dos viejas conocidas, una de ellas dirige parte de Latinoamérica específicamente México y la otra proviene de Mónaco, ambas fueron adjudicadas por la High Table y ahora buscan venganza.

—¿Creés que estén dispuestas a unirse a nosotros entonces? — le pregunté con los ojos abiertos como platos.

— Eso lo sabremos hoy— contesto.

— Espera ¿Hoy?, No podemos dejar a Helen solita.

— Las cité en medio del bosque, no nos alejaremos los demaciado de la cabaña y Helen sigue dormida, si algo no sale bien tendremos tiempo de despistarlas y buscar a Helen.— dijo con el plan ya hecho.

— De acuerdo— asentí y John me depósito un beso en la frente.

Me gustaba la idea de tener aliados...pero a pesar de todo saber que John se había visto con dos mujeres me ponía un poco ¿Celosa?.
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Las horas pasaron y el nerviosismo me invadía cada vez mas. Está sería nuestra última oportunidad.

—¿Estás lista?— preguntó colocando su arma en la funda atada a la cintura.

— ¡Lista!— coloqué mis dagas en las botas y mi chaqueta de cuero.

Verifique que Helen siguiera dormida. Max intentó levantarse y seguirme pero le ordené que se quedará con Helen y el se volvió a hacer bolita en el colchón.

(...)

Caminamos varios kilómetros hasta el lugar acordado. La oscuridad era abrumadora, pero nos dejaba contemplar el hermoso espectáculo que nos ofrecía el cielo con las estrellas.

Podía escuchar a los animalitos nocturnos, caminar entre nosotros.

— bonne nuit Jonathan— escuchamos, pero la oscuridad no nos dejaba ver quién hablaba.