"¿porqué el? ¿qué me atrae tanto de el?, necesito conocerlo, saber que esconde, lo único que sé es que ha perdido a su esposa y a su perrito, no se cómo pero lo he visto deteriorado, me ha parecido verlo con moretones, algo en el me hace sentir la n...
— Entonces fue un sueño bonito ¿Porqué lloras?— limpié sus lágrimas.
— Por que la extraño mucho, ¿Cuando volveré a verla?
— Pronto, amor. — mentí pero ella se tranquilizó.
Llevé a Helen de nuevo a su cuarto y la recosté, me quedé un rato hasta que volvió a conciliar el sueño y luego fuí a mi habitación.
Abrí los cajones y una hoja cayó. La levanté y ví que era la carta de Helen, la última carta que me escribió.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus palabras remarcadas me hicieron llorar "Tú Necesitas algo que amar", amo a una mujer y ahora tengo una hija a la que amo y adoro con todo mi corazón.
Pero en tan poco tiempo, desde la partida de Helen, mi vida ha vuelto a ser un caos, cada vez que pienso que todo estará bien y que ya no necesitaré ser más "El hombre de la bolsa", la oscuridad regresa a mi vida.
¿Cómo salir? ¿Cómo salvar a Penny?, Tantas preguntas y tan pocas respuestas... ____________________________________________________________________________
"Cuando dejas atrás tus temores, te sientes libre"
—¿Dónde estabas?— Preguntó Louis.
— No te importa.— le respondí evasiva y me retiré.
Louis me siguió insistentemente, rodé los ojos, me pare en seco y me giré para verlo de frente.
—¿Qué más quieres de mí? Me has arrebatado todo lo que quiero.
— Yo te quiero a tí, olvida ya tu pasado.
— Jamás, por que Prefiero mi pasado que mil futuros Contigo ¿No lo entiendes?
— ¿Porqué?
— Cuando el corazón decide querer a alguien, ya no hay vuelta atrás y es que nadie controla lo que él decide.
— Entonces...— hizo una pausa—, ¿Nunca tendré oportunidad contigo?
Negué con la cabeza y su mirada cambió. Sus ojos se tornaron de un azul turbulento, podía ver la llama que se encendía en su interior, el capricho en sus ojos que le invadía.
— ¿Qué haces?— dije y retrocedi cuando Louis saco unas dagas de su espalda, que estaban escondidas.
— Mis pensamientos a veces son como un fuego salvaje que crece dentro de mí y no se puede detener.— empuñaba las dagas con tanta fuerza que parecía que sangrarían sus palmas.