𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]

🍒Capítulo 16

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NARRA EMMA
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Me despierto exaltada por la culpa de un trueno, estoy sudada y enredada con mis sábanas; todavía está todo oscuro, deben faltar horas para que suene mi alarma.

Estornudo. Dos veces, quizá tres, cuatro... Maldito Sebastián, estoy resfriada por su culpa. Y todo porque me quedé bajo la lluvia escuchando sus absurdas explicaciones, lo que nos llevó a un beso. Y no me arrepiento, no del todo, como ya dije, odié en las circunstancias que se dio nuestro primer beso; pero a pesar de eso fue bastante tierno. Y lo necesitaba para saber del todo que no es de mi verdadero interés.

Estoy confundida por sus palabras, dijo que estaba enamorado de mí y todas esas cosas que removieron algo en el fondo de mí, me tomó por sorpresa. No me lo esperaba, tampoco estoy segura de que sea cierto. La confianza entre nosotros no es muy buena, al menos de mi parte hacia él, y no me creo todo lo que me dice.

Aunque me haya dicho la verdad acerca del beso con Katherine, no estoy segura de que sus "sentimientos" hacia mí sean reales, ni la confesión que hizo de que le gustaba desde hace años, por eso se acuesta con cuanto ser viviente se le cruce por el camino. Es una simple excusa para quedar bien conmigo mientras se folla a cualquier ser humano.

No debería pensar en esto a estas horas, solo quiero dormir...

—¡Achís! Ay... —estoy resfriada, que alegría, faltaré al colegio.

『 °*• ღ •*°』

Estoy almorzando en mi cama. No he salido de ella en todo el día, y no creo que haya nada malo en eso.

Me he pasado todo el día pensando en Sebastián, he repetido la escena de ayer unas mil veces dentro de mi cabeza, y todavía no tengo mis sentimientos esclarecidos.

Yo creía que sería divertido faltar por resfrío, pero no me estoy sintiendo nada bien, al contrario; apenas puedo respirar de lo congestionada que estoy. Yay.

Dejo la bandeja, ya sin comida, en mi escritorio, luego la llevaré a la cocina. Alguien toca la puerta de mi habitación, y por la manera de tocarla, sé que es mamá.

—¡Pasa! —grito lo más alegre posible, estoy enojada con ella por su actitud de prácticamente que obligarme a estar con Sebastián, pero ya la conozco, yo ya sabía las reglas desde el principio, nada de esto debería sorprenderme.

—Hola hermosa, este té de frutilla es para que te suba el ánimo —cuando se acerca a mí, deja una taza en mi mesita de luz, me abraza y me da un casto beso.

—Gracias —digo con una pequeña sonrisa, intentando parecer alegre.

—Tus hermanos y Sebastián están por salir del colegio, así que quítate el pijama y vístete bien, que él estará aquí arreglando las cosas contigo. Más vale que colabores y le pidas perdón.