🍒Capítulo 24

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🔞C o n t e n i d o   A d u l t o🔞

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🔞C o n t e n i d o   A d u l t o🔞

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NARRA EMMA
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Esta última semana fue una de las peores, Sebastián estaba arriba mío todo el tiempo. En los recreos, almuerzos, luego del colegio salíamos a pasear por algún lugar y la pasé bien; aunque estaba siendo más pegajoso de lo normal y creo que fue por aquel casi beso con James. Él quería marcar territorio y lo noté, aunque ese tema con James ha quedado atrás.

León intentó hablar conmigo varias veces pero jamás lo dejé, sigo molesta porque gracias a él –admito que yo tengo parte de la culpa– Nelly y Beca ya no me hablan. Creí que lo harían en algún momento, o que cuando yo me acercase a ellas me permitirían hablarles; y nada de eso pasó. Me ignoraban todo el tiempo, se cambiaron de lugar en la clase y estaban alejadas de mí. Siempre que estábamos en el mismo lugar se marchaban. No respondieron mis mensajes y cuando curzabamos miradas, las suyas eran de desprecio y decepción.

No me podía sentir más dolida. Para peor, en ningún momento pude estar con James a escondidas –por esto de que Sebastián me seguía a todos lados–. Y ahora Milagros es como una desconocida para mí, ya no hablamos.

Todos fueron ajenos a mí esta semana, y lo que me dolía en el corazón no tenía explicación. Además, desde el concurso –por el video que fue mostrado en las pantallas de James y yo basándonos–, la gente me trata de puta, indecisa y regalada. Con el único que pasaba tiempo era con Sebas y mis hermanos, a mis padres traté de ignorarlos rotundamente. Teniendo en cuenta que no son muy presentes tampoco.

Ahora me encuentro poniéndome el vestido para mi cumpleaños, será una gran fiesta. Los invitados los eligió mi madre, claramente en esa lista no estaban ni James ni Milagros. Nelly y Beca no vendrán, seguramente que no, ellas ahora me odian; espero que León tampoco vaya. Y por todo eso me pasé las noches llorando, desconcertada, esperando a que todo lo malo pasara rápido.

—Pero que hermosura —doy un salto al escuchar a Johan.

—Me asustaste imbécil —digo y me pongo unos tacones blancos que combinan con mi corto vestido del mismo color.

—Mi isistisi imbicil —me hace la burla y le lanzo un almohadón—. En unos minutos saldremos para el lugar, solo quiero que disfrutes y recuerda: a las doce y media fuera de la carpa.

—¿Qué? —frunzo el ceño ¿Y a este qué le picó?

—Solo hazme caso, no te arrepentirás —me jala un mechón de cabello y yo me quejo. Cuando voy a perseguirlo para hacerle lo mismo ya se va corriendo y no me molesto en seguirlo.

La fiesta comenzará a las ocho, y a las doce, todos juntos recibiremos mi cumpleaños. El lugar es una carpa grande donde entrarán unas trescientas personas. Que me importan poco y nada a excepción de algunas.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora