🍒Capítulo 3

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Cuídate la espalda niña tonta

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Cuídate la espalda niña tonta. –Katherine

Genial. La estúpida de Katherine, que es una clase mayor, ahora me amenaza. Por cierta parte me da gracia que se haya tomado la molestia de amenazarme, aunque no sé qué le he hecho. Pero por otra parte sé que es muy peligrosa, le hizo la vida casi imposible a muchas chicas que conozco, es una perra sin sentimientos. Y tengo miedo de qué pueda significar esa amenaza.

No estuve nada concentrada este día –estuve pensando en muchas cosas, que tomaron por completo mi atención– casi ni presté atención a las clases, cosa que está mal; ya hablaré con León –que por cierto es muy inteligente– para que me dé una clase particular. No puedo empezar el año con notas bajas, corrijo, no puede que tenga una nota baja en mi vida, jamás la tuve, y jamás la tendré. Eso decepcionaría mucho a mis padres y a mí misma, no puedo permitirlo.

—León, espera —él se voltea y me muestra una sonrisa tímida— ¿Puedes darme una clase hoy? Es que estuve algo desatenta y no entendí nada.

—Creo que iba a salir con mi padre, iremos a comprar algo —me mira a los ojos.

—Por favor —hago un puchero que él mira y pongo cara de ángel.

—Está bien —rueda los ojos y sonrío—, pero me debes una.

—Gracias —me lanzo para abrazarlo, él se queda unos segundos procesando la información y luego me abraza. Lo que hace reírme.

Cuando me separo de él, noto la incomodidad en su rostro y me río, otra vez, León es tan transparente.

—Perdón por invadir tu burbuja personal —le sonrío en modo de disculpa, él igual, negando con la cabeza.

—¿A dónde vas? —mierda, me están siguiendo a todos lados, los prefiero cuando están más mansos.

Ni que fuesen perros.

—Uy, pero dejen de perseguirme, voy a la casa de León a estudiar.

—¿A estudiar lo qué? Es el primer día, no inventes que ya pusieron pruebas.

—¡Johan, deja de molestar! Me va a ayudar porque no entendí nada de lo que dimos. No se metan.

—Puede venir a casa, no hace falta que vayas a la suya —al lado de Johan, está Marcos con los brazos cruzados.

Ya están colmando mi paciencia. No soy paciente, para nada.

—Déjenla —Sebastián aparece al lado de Johan, y pone una mano sobre su hombro, está algo sudado, y tiene esa sonrisa que vuelve loca a cualquiera–, está bien, solamente va a estudiar ¿No está bien eso? —Sebastián me mira, y yo aparto mi mirada.

—Mientras sea solo a estudiar —dice Marcos marchándose.

—Que estudie, nosotros tenemos la casa para nosotros solos —dice Sebastián sin quitar la sonrisa de su rostro. Genial, es el primer día y ya está invadiendo mi hogar.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora