🍒Capítulo 29

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╭─────╯•╰─────╮NARRA JAMES╰─────╮•╭─────╯

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NARRA JAMES
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Salgo enfurecido del colegio, a la mierda las clases. Ella se va a Rusia.

Dejé a la fortuna de Cindy por Emma, para estar con ella, cuando bien podría haberme alejado y seguido mi plan para conseguir el dinero de Cindy, y así pagarle a Chako. Pero no. Ese estúpido video tenía que cagar mi plan; es verdad que estuve por arruinarlo yo solito, cortándole a Cindy, pero no fue así y nada me aseguraba que tendría las agallas para hacerlo.

A pesar de eso, las cosas salieron como salieron y Cindy se enteró de los cuernos que le puse con Emma. Mi dinero era prácticamente nulo comparado con la gran deuda que tenía, gracias a mi considerado padre que sumó más de lo meramente racional.

Emma lo mató –aunque haya sido accidentalmente– y me salvó el trasero a mí y a todos. Está más loca de lo que creí, pero esa loca me hizo sentir cosas que no sabía que era capaz. Nunca sentí más que atracción por Cindy, pero Emma... fue más que eso. Es más que eso.

No puedo creer que ahora se va a ir a un internado en Rusia. Si eso le espera a ella, no quiero ni saber qué me espera a mí. Tal vez sus padres hagan que servicios sociales nos lleve a Milagros y a mí, o libere a mi padre de todos los cargos y eso sería el mismísimo infierno.

No sé hace cuánto me oculta esto del internado, pero se va mañana o quizá pasado mañana. Eso no cambia mucho, en dos días ya no estará aquí, lo que construimos lo tendré que botar por la borda porque quién sabe cuándo volverá. Si es que lo hace.

Me duele haberle hecho toda esa escena, pero es mejor terminar así, mal. Prefiero que no me extrañe, ni yo extrañarla a ella.

Me choco con un débil cuerpo –por estar sumergido en mis pensamientos– que cae al suelo. Es una chica joven, de cabello rubio oscuro y unos ojos entre azules y grises. Ver su gran parecido con Emma hace que mi corazón empiece a palpitar más fuerte todavía.

—Perdóname, iba con la cabeza en las nubes —balbuceo mientras la ayudo a levantarse.

—No hay cuidado —dice sacudiéndose la ropa y se me queda mirando—. Se ve que la chica que ronda por tu cabeza es muy afortunada.

—No hay tal chica —digo seco, recordando la pelea que yo inicié. Me duele tanto perderla justo cuando habíamos avanzado tanto.

—En ese caso, no te molestaría darme tu número —frunzo el ceño. Tampoco quiero salir con nadie, saber que la perderé me duele y no hay chica que pueda quitarme ese dolor—. Soy nueva aquí y no me vendría mal un guía.

—Yo también soy bastante nuevo, apenas puedo ubicarme. Lo siento —digo cortante. No tengo intenciones de hacer nada más que ir a lo de Xavier y llorar como un bebé.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora