🍒Capítulo 27

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╭─────╯•╰─────╮NARRA JAMES╰─────╮•╭─────╯

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NARRA JAMES
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Decir que estoy muerto es poco.

Ya tengo mi tumba preparada.

Ni que tanto.

Me arrojará debajo de un puente en tanto se deshaga de mí.

El plazo que Chako me haba dado se acabó, y solo tengo unos cinco mil dólares ahorrados ¡Nada más! Eso no compensa ni un cuarto de lo que le debo.

El mensaje que me envió hace un par de minutos, en medio de la clase fue muy simple.

TIC TAC TIC TAC, el tiempo se acabó. Te espero en el callejón de la última vez para recibir todo mi dinero. Sino morirán todos.

Miro a mi izquierda y Emma está intentando resolver un problema matemático que a mí no me quedó claro. Se ve hermosa, con su coleta media alta, su pantalón deportivo y una campera azul que hace conjunto con sus deslumbrantes ojos.

No suelo llorar, pero tal vez hoy es la última vez que la veré. Y no quiero que eso ocurra. Si voy a ese callejón luego del colegio me matará en el momento; muchos golpes que me ha dado demuestran lo temperamental que es.

Miro el reloj en mi celular, quedan cinco minutos para que terminen las clases ¡Cinco minutos! Carajo, esto no puede ser peor.

Arranco un pedazo de papel de mi cuadernola y escribo un simple: Lo siento, nunca olvides que te quiero.

Guardo todas mis cosas con la mirada de mi bella chica en mí, me levanto y disimuladamente le arrojo el papel y acaricio su hombro. Un nudo se forma en mi garganta, y antes de que haga otra estupidez empiezo a caminar hasta la puerta a paso acelerado.

—Aún no ha terminado la clase, señor Cameron —me informa la profesora como si yo no supiera.

—Tengo algo importante que hacer —digo sin siquiera mirarla.

Salgo de la clase, probablemente por última vez en mi vida y corro a la clase de Milagros. Le pido a su profesor si me deja sacarla antes y este asiente sin darnos mucha importancia.

—¿Qué pasa? —me pregunta mirándome extrañada.

—Se acabó el plazo Mili. Lo siento tanto —la abrazo con fuerza y me refugio en su calor.

—James, no... —se le quiebra la voz.

—Perdón, perdón, no hay más que pueda hacer. Intentaré que no haya daños colaterales, me arriesgaré por ti y por todos.

—¡Ni se te ocurra! —me advierte dolida— Eres la única familia de verdad que tengo. Solo nos tenemos entre nosotros, no puedes irte... es como cometer suicidio.

𝐂𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐋𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora