19 Soy yo

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Ser dependiente de una persona puede llegar a ser malo. Sí hablamos de Jungkook y la atemorizante sensación que lo llena, entonces no es el caso. Preocupación, eso es.

Desde que Taehyung se fue, no ha dejado de pensar en él y el cómo estará, sí come bien o que no le haya sucedido nada en el camino a su hogar. La imagen de estar cansado, hasta enojado, lo persigue cada minuto; esas ganas de llorar sin dejarlas fluir frente suyo y su voz ahogada, tan derrotado. Por él, por Jungkook.

Pipu tampoco está mejor, sólo permanece en su jaula, y él tampoco tiene ánimos de llevarlo consigo, ni de salir de la habitación. Nadie debería preocuparse, era un día, una tortura en la que esperó que el castaño contestase sus mensajes pidiéndole hablar, recibiendo un visto de los mismos y diciendo que estaría muy ocupado. O molesto

Tal vez sí tenía cosas que hacer, más importantes que lidiar con un adulto joven con problemas personales; eso estaba bien, que se concentrase en su futuro en lugar de cosas negativas, como dice Jimin. Como lo hacen todos.

Pero ya era demasiado, antes pudo casi resistir una semana; un día es sofocante. Sabe que deben aclarar las cosas y no sucederá a menos que uno vaya donde el otro; y Taehyung ya lo había hecho un sin fin de veces.

Tomó su teléfono, enviando un mensaje a su hermano castaño, pidiendo de favor que le enviase un taxi ya que no había disponibles en la estación más cercana a la clínica, que era de urgencia porque un familiar de una mujer en el mismo piso necesitaba irse. Algún día pedirá disculpas por mentir.

-Lo siento, pequeño, pero necesito hacerlo y no quiero que algo te pase en el camino.- dijo a la habitación, el cuyo suelta bajos chillidos a causa de sus sentidos alertados al ambiente del exterior. No le toma importancia, cierra para luego ir a los elevadores y bajar a esperar al que sería su posible escape primerizo. Esperaba que los horarios fuesen los mismos, de otra forma no conseguiría salir sin ser notado por alguna enfermera del lugar. Después de todo es él, quién no ha salido por su cuenta en mucho tiempo, más que con Baekhyun para visitar a sus padres unas cuantas veces.

Se asomó al pasillo que conecta los elevadores con la recepción principal directo a la salida, despejado. Fue correcto, la hora de que fuesen a buscar algo para comer estaba en su punto. Tendría al menos otros diez minutos para que volviesen y le obligaran, de nuevo, a ir a su habitación porque no debería estar fuera luego de su ligero arranque al tratar de ir tras el castaño.

Aguardó un poco, el taxi apareciendo a lo lejos en el estacionamiento y un mensaje de Baekhyun indicando que ha llegado al lugar. Sale tratando de contener la insistencia de llegar al estacionamiento sin ser detenido por cualquiera, pareciendo raro ya que nadie había afuera, sólo unos cuantos residentes del nuevo asilo que lo pasan desapercibido.

-Necesito llegar a un lado en el centro, lo prometí así que, por favor, abra el maletero.- el hombre tras el volante creyó su pequeña excusa, de todas formas luce como un chico ordinario, invalido, en todos sus sentidos y vistiendo ropa de todos los días a su edad.

Mientras abre la puerta, un ruido en particular resuena en el cielo a lo lejos, notando pocas nubes agruparse en ciertas áreas sin tomar un color gris todavía. La próxima vez debería ir a comprar un nuevo paraguas y ropa más adecuada para eso. El maletero fue cerrado y se pusieron en marcha.

-¿A qué parte del centro?- Jungkook giró su cabeza a ver al hombre, la carretera lo hacía sentir ansioso de estar prácticamente huyendo de los cuidados y protección que la torre le daba.

Mierda

-Ah...¿Al complejo de apartamentos cerca de la Universidad Estatal?- el chofer elevó una ceja sin apartar la vista del camino.

Mikrokosmos / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora