23 La mejor parte

523 79 65
                                    

El resto fue simplemente ir de un lado a otro, tomando más fotografías y usando sombreros tejidos a mano. Teniendo de menú una variedad de mariscos y muchas frutas, lo necesario para soportar ese calor en las mañanas.

Aunque ese día sería diferente, lo ve así, desde que escuchó sobre ese lugar no muy lejos del hotel.

-¿Por qué debo vestir así?- pregunta desde el otro lado del shoji, muy al estilo japonés de ahí, que los separa de ambas camas individuales.

-Porque me trajiste a una cita, en este hotel. Ahora yo te llevaré a una.

Una queja llegó a sus oídos, tratando de no dejar fluir la risa, lleva una mano a cubrirse la boca.

-Se supone que este paseo es tu regalo de mi para ti. No al revés, hyung.

-Si, bueno, las reglas cambian, joven pupilo. Y no está de más lucir formales una vez en la vida.- se abotona los puños en la camisa blanca de vestir.

-Lo haré en mi graduación.

-Estudias en línea, intenta algo mejor.- otro quejido se escuchó, reconociendo que su defensa no era tan buena.

-Al menos dime cuánto gastaste para comprar los trajes.

-Ni lo sueñes.

Lo cierto era que no le interesaba haberlo hecho, porque cuando vio esos conjuntos detrás de una vitrina, en un pueblo pequeño cerca de ahí en uno de sus tantos recorridos, no pudo no entrar esa mañana para comprarlos.

Sus suposiciones sobre que el menor se vería esplendido son acertadas. Lo ve asomarse, aún arreglando su saco color vino combinando a la perfección con el rojo brillante en sus ojos. Se arrepiente de no haber podido encontrar otro pantalón más que ese, con un material similar al cuero y que está ceñido en cada parte. Su camisa también es blanca, y ninguno lleva corbata o adorno alguno, manteniendo los primeros dos botones desabrochados.

-¿Qué?

Taehyung traga saliva al verse descubierto con la mirada fija en él. Toma el saco que ha dejado en la cama.

-Nada, sólo...tú...- no pudo completar la frase, porque no encontró palabras para describir todo en como Jungkook luce frente a él -Y-ya se nos hace tarde para la reservación.

Avanzó hasta la puerta, dejando al menor con un rubor bajo los ojos pasando desapercibido al creer saber lo que quiso decir al verlo vestido así.

Lo bueno de ese hotel, era que sólo tiene un nivel, por lo que podían avanzar por el pasillo libre hasta la salida y al auto rentado.

-No puede ser.

-No digas nada, no fue tanto dinero.- procede a abrir la puerta del copiloto, estirando la mano libre para indicarle que pase al interior, sin borrar su sonrisa a boca cerrada -El dinero no interesa esta noche.

Lo que haya gastado en un auto rentado, menos.

-Una reservación, conjuntos de noche y esta cosa. ¿Y esto para qué?- preguntó sosteniendo un pañuelo que había en volante, ya en su asiento y con su conductor ingresando a su lado -Sabía que eras demasiado lindo para ser inocente, fetichista.- sólo se rió, incrementando las dudas en el pelinegro -No lo niegas.- lo vio encender el auto y comenzar a avanzar luego de ponerse el cinturón de seguridad.

-Lo usarás más tarde.

-¡Fetichista!

Entre bromas y juegos de pistas siguieron por la carretera, llegando al pueblo que ya han visitado, iluminado por las farolas en las calles y luces de los hogares. Algunas personas afuera caminando, en mesas fuera de un restaurante o sentados en un parque disfrutando el fresco clima que los cobija.

Mikrokosmos / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora