18 Un baile

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Siempre se consideró alguien muy transparente, la mayoría del tiempo. Sí algo le molestaba, todos lo sabían, sí explotaba de felicidad, los demás igual.

El problema era durante los "terrores", como decidió llamarles. Esos que llegan sin avisar, a veces intensos y otras durando un segundo de su día.

-¿Desea agendar otra cita?

Sonrió contra el teléfono -No, muchas gracias. Volveré cuando sea necesario.

-Que tenga un lindo día, joven Park.- y colgó.

Incluso teniendo esos sustos, siempre ha sabido dar la mejor cara al mundo, es inevitable. Teniendo una familia amorosa y un novio maravilloso, algo tan pequeño en su vida como el pánico no lo afectaría.

Las personas solían sorprenderse de él, saliendo de la clínica como sí se tratase de un día de campo. Y agradecía a todos por ayudarlo en ese lugar, aunque fuese por un par de noches de vigilancia. Demostraban que el mundo puede estar lleno de buenas personas que le dirán cuanto puede deslumbrar su luz de vida.

Envío un mensaje a la doctora Kim, agradeciendo por su última cita y que la mantendría al tanto de todo. Pudiera ser que no requería de terapias constantes, nada más que unas cuantas noches en ese lugar para sacar sus pesares y evitar recaídas, o algo peor. Ya nadie creía que pudiera pasar a mayores, que sus ataques ya habían reducido su peligro, pero Jimin no quiere arriesgarse. No podría hacerle pasar un mal rato a los demás por confiarse demasiado.

-Buenos días, señora Min ¿Irá de compras?- se acercó preguntando al auto que se ha detenido a su lado en la calle.

-Hola, Jimin- le sonrió la mujer en el interior, Sehun está en la parte trasera dormitando en el asiento y con el cinturón puesto -, claro. De hecho también por algo para la cena ¿Quieres venir?

Agitó las manos despacio y elevó las comisuras en sus labios -No, gracias, tenía pensado caminar un rato, pero sí me dejará entonces con gusto estaré para la cena.

-Ya sabes que siempre te esperaremos, Jiminie. Dile a Yoongi que vaya, y que deje de usar sus ropas de pandillero cada que va a visitarme. Un día de estos lo confundirán con un drogadicto en potencia.

Ambos rieron, el menor en el asiento de pasajero abriendo de a poco los ojos y volviendo a caer dormido en el asiento -Yo le diré, no se preocupe.

-Bueno, debo irme. Te veré en la noche.

-¡Hasta luego, señora Min!- el auto se alejó, seguro tenía muchas cosas que ir a buscar. Pobre Sehun, quizás debió ofrecer cuidarlo, pero en esos momentos realmente quiere caminar en pensar en cosas bonitas y positivas mientras llega a su departamento con el rubio de mirada felina.

De acuerdo, cosas buenas...

Cosas buenas que le hayan pasado, además de conocer a Yoongi, cosas que puedan recordarle por qué su vida es grandiosa y que tiene razón al ser feliz. Mantener los recuerdos siempre lo ánima a ser quién es en el mundo, a superarse y ser fuerte en lo demás que venga a golpear. Esperaba algún día eso pudiera ser transmitido.

Jungkook

Él es quien necesita de eso. Es asombroso lo mucho que ha cambiado desde que se conocieron esa tarde en la sala de espera.

"-Hola, soy Jimin."

Y él no le respondía, casi parecía no tener emociones al estar ahí, incluso le había mostrado su mejor sonrisa de ojos pequeños. ¿Qué tan cerrado fue en ese entonces? Un completo extraño y le causaba tanta curiosidad de saber por qué estaría visitando a Namjoon hyung en consultas.

Mikrokosmos / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora