Relato escrito por: Angelicagrullon39
Ante mis ojos reflejo la fría habitación en donde estoy en este momento, y contemplo con temor las paredes grises y aquel cristal oscuro que me hace sentir observada. He perdido la noción del tiempo en que me encuentro encerrada aquí y solo imploro que esto se aclare cuanto antes.
Escucho el chirrido de la puerta cuando se abre y veo un hombre alto de apariencia ruda, tiene algunas canas en su cabeza y una nariz bastante respingada. Lleva puesto una camisa de raya y un pantalón de tela de negro azabache, y por su expresión distingo cierto cansancio.
Sé quién es...
Es el detective.
Me mira y esboza una sonrisa para luego sentarse dejando una grabadora en la mesa y un folleto al lado. Me limito a evitar contacto visual con él porque me siento más incómoda, así que espero que empiece esto.
—Buenos días Sally, como ya sabes soy el detective Davison —dice extendiendo su mano la cual le correspondo por cortesía, luego noto como él abre su folleto y revisa algo durante unos segundos.
Cierro mis ojos y aún sigo con el miedo en mi interior, no me hace sentir bien estar encerrada, pero tampoco quisiera estar sola allá afuera.
—Bien, empecemos. Necesito que me cuente cómo sucedió todo, señorita Sally.
Respiro profundo y uno mis dedos mientras mis ojos se cierran recordando aquello que yo quería ya enterrar de mi vida, pero ahora no era el momento. Necesitaba decirlo todo.
Todo comenzó el 16 de enero de 2019, me encontraba en bibliocafé, estaba junto a mi amiga Eleanor leyendo unos libros durante dos horas.
—Sally, hay un chico que te está mirando mucho, solo no lo mires ahora, hazlo disimuladamente —me dijo y yo no evité doblar mi cabeza como si fuese el mismo exorcista.
Vamos, no todos los días se presentaba algo así, ¿que un chico me mire tanto? Tenía que comprobarlo, así que cuando lo miré él me sonrió. No negaré mi sonrojo, estaba bastante guapo. Era un chico alto, su cabello negro, y sus ojos no pude admirarlos por la distancia, pero si pude observar la línea de sus labios carnosos. Llevaba una un polo celeste y un jeans oscuro. Eso fue lo que pude observar.
Soy bastante observadora, si tan solo hubiese observado algo más, quizás...
En fin, el chico se veía simpático pero no quería verme lanzada y menos cuando tenía un mes en que mi relación con Justin había terminado. Así que dirigí mi vista al libro, pero la estruendosa voz de mi amiga me interrumpió:
—Sally, el chico es tan guapo, deberías saludarlo —me chilló a punto de llamar la atención de los demás. La miré atónita y sin ganas de seguir en lo mismo.
—Si, está guapo y todo lo que quieras, pero ya cambia el tema, no soy yo quién empezó a mirarlo primero. Si te gusta, vete tú detrás de él —respondí tomando el libro que ya había terminado y levantándome de la silla.
—Que aburrida de veras —respondió con una vaga voz. Y enseguida recibió un mensaje —. ¡Oh, Adolf me ha escrito, tengo que irme!
Sin espera se levantó y me giré a ella.
—Suerte con tu tóxico depresivo — dije y le lancé un beso.
—Suerte con tu nuevo acosador —respondió haciendo un gesto de seña hacía el chico que aún no dejaba mirarme.
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Relatos de mujeres
DiversosPersonajes atípicos con sus ilusiones y despechos; con sus anhelos y fantasías: con sus amores y desamores; protagonistas a través de la historia. Relatos de mujeres, un compendio de ellos con la visión de ocho féminas.