Cap 25: una oportunidad

102 16 2
                                    

Narra Suga

- Esto, tal vez no sea el mejor lugar pero si no tienes a nadie que te esperé en casa, puedes venir aquí cuando quieras. - aquellas palabras congelaron mi mundo y a la vez cambiaron ese color negro que lo caracterizaba por colores. 

- Vamos, mi madre nos esta esperando. 

- Sabes, ahora que me fijo pareces un chico popular. - añadió la madre de Tn tras analizarme.

- No del todo, simplemente soy un poco rebelde y problemático.

- Sabes esas son las palabras que deberías de obviar. - pronunció Tn tras golpearme ligeramente.

- De hecho esta bien, es sincero después de todo. - su madre rió ante mis comentarios. - Asegúrate de no meterla demasiado en problemas, puede que seas como dices pero veo que eres amable y atento con Tn. Mientras que la protejas no voy a hacer nada al respecto, pero cuidado con hacerla llorar.

- No tengo interés romántico en su hija, solo la acompañé por su seguridad.

- Claro, porque si no es por ti hubiera estado en peligro. Al menos admite que eres tú el que me pone siempre en peligro. Incluso tiene una novia súper loca.

- Kira no es mi novia, solo es alguien que frecuentaba.

- Pues déjaselo claro porque casi me arranca el cuello. - sus ojos parecían amenazarme y por un segundo había olvidado que su madre estaba allí.

- Me hacéis recordar a mí cuando estaba en el instituto. Tu padre también era así TN. - su madre parecía feliz, tal vez ese fue el verdadero motivo por el que me invitó a entrar en su casa.

Sin embargo el semblante de TN era serio, más del que acostumbraba a ver. Aunque bueno tampoco podía saber demasiado, ya que no la conocía. No obstante, había una historia detrás de aquellas palabras.

- Fue un placer conocerte, Suga. - curvó sus labios en una sonrisa y después se marchó  de la mesa.

- No preguntes nada.- pronunció antes de que pudiera decir algo.

- No iba a hacerlo.- mentí.

- Ya es tarde, deberías volver a casa. - pronunció mientras que recogía la mesa. Sin duda era algo doloroso para ella. No obstante, no pude hacer nada.

- Si, debería de irme ya. Descansa, nos vemos mañana. - me acompaño hasta la puerta y después me marché de su casa.

Caminé por aquellas calles hasta que llegué a mi casa, los chicos hoy no estaban por lo que se veía más solitaria de lo que acostumbraba. No obstante, por primera vez esa soledad no me molestaba.

Y de repente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora