Cap 30: Miradas cruzadas

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Narra Tn

Sin duda coger aquel deporte, fue un desacierto, pues claramente en aquel deporte no era buena, ni siquiera lo básico se me daba bien. No obstante, prefería extrañar aquella cancha, aquella sensación de la pelota en mis manos, que realmente estar allí y ser abandonada otra vez.

La clase había terminado y con ello aquel espectáculo tan bochornoso, uno que podía ver que estaba divirtiendo a esos cuatro, los cuales había escogido baloncesto. Estaba bajando hacia los vestuarios cuando sentí que alguien me agarraba del brazo y me arrastraba.

- Dime, ¿Por qué no puedes decir que te gusta el baloncesto? - incluso en aquella oscuridad podía reconocer la voz de Suga.

- Te dije que no es asunto tuyo. - fui a marcharme cuando me posicionó contra aquella pared y mientras que me aprisionaba contra su cuerpo.

- Lo es, porque al parecer nadie más que yo ha visto esa sonrisa dibuja en tu semblante. ¿Por qué renuncias a algo que amas?

- Puede que lo ame, pero a veces lo que amas duele. 

- ¿Hablas del baloncesto o de ese tal Kyo? - sentí como me tocaba el rostro por lo que por un segundo di un respingo. 

- ¿Por qué hablaría de Kyo? - pregunté.

- Tal vez porque no le amas tanto como dices.

- ¿De qué hablas? - pregunté al instante.

- No puedes negar que entre nosotros pasa algo, nuestros ojos se encuentran una y otra vez. - iba a negar aquello cuando entraron los otros chicos y encendieron la luz.

- Parece que interrumpimos algo. - expresó J-hope con una pequeña sonrisa

- No interrumpes nada. - aparté su brazo de la pared y después me marché hacia los vestuarios de chicas.

- ¿Qué hacías en los vestuarios de chicos? - preguntó Kira tras verme entrar.

- ¿Es que acaso tiene ojos en todas partes? - me pregunté mientras que comenzaba a buscar mi ropa, sin embargo, allí no había nada, por lo que supuse que habían hecho algo.

- ¿Dónde está mi ropa? - expresé al instante. 

- No lo sé, deberías de ser más cuidadosa con tu ropa, quién sabe a lo mejor te lo encuentras en algún contenedor.  - salí de allí y fui hacia la parte trasera de la escuela, pues sabía perfectamente que las habrían tirado allí. 

Y de repente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora