Cap 39: Sois diferentes

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Narra Tn

Mi móvil comenzó a sonar por lo que me levanté de la cama y después al ver que se trataba de Kyo, tomé aire y respondí.

- Hola. - pronuncié.

- Hola, ¿Te desperté? - preguntó.

- No, esta bien. - respondí meintras que acariciaba a Min-ki.

- ¿Pasó algo? 

- Creo que quiero volver a intentar jugar al baloncesto. - era todo cuanto podía decir, pues decirle que había besado a otro, no era una opción.

- No creo que debas, recuerda lo que pasó en aquel momento.

- Lo sé, pero tal vez, aquí sea diferente. Además, tampoco soy la misma que por aquel entonces.

- Tn, no creo que debas volver. Todo aquello te afecto mucho. Deberías olvidarte de que existe ese deporte.

- Sí, está bien. - en ese momento solo quería colgar, pues aquellas palabras, solo me hundieron más de lo que ya lo estaba. - ¿Podemos hablar mañana? Tengo que ir a cenar.

- Claro. - en ese momento en el que colgó, me di cuenta de la frialdad de la relación, ninguno habái dicho te quiero o te amo. Ninguno de los dos parecía sentirse cómodo con aquello, por lo que por un segundo pensé en que lo mejor era dejar aquella relación, pues mi corazón, ni siquiera palpitaba por él. 

Volví a recostarme en aquella cama y cerré mis ojos, no obstante, aquel malestar no se fue aquella noche. Incluso aquella mañana cuando me había levantado, me encontraba mal pues estaba confundida con un montón de cosas y mirar a Suga no era algo que quisiera hacer en aquel momento por lo que le ignoré, y tras terminar las clases me marché rápdiamente.

Sin embargo, tenía un impulso, un impulso que había provocado que entrara dentro de aquella cancha y tomará aquella pelota, la bote varias veces, mientras que volvía a sentirme viva, mientras que me imaginaba nuevamente en aquel estadio jugando, me dejé llevar por aquella sensación, cuando lancé la pelota, como si fuera un pase.

Al no escuchar el sonido de la pelota rebotando contra el suelo, me giré, y ahí estaba él, Suga estaba sosteniendo la pelota con sus manos y a la vez, me estaba observando fijamente, sin embargo, ante aquel acto una lágrima descendió por mi rostro. En ese momento recordé a Kyo abandonando el lugar y dejándome sola en aquel vacío, en aquella cancha repleta de gente, gente que me miraba con desaprobación. 

No obstante, al sentir el abrazo de Suga, me percaté del hecho de que él no había huído de mí, sino que él había corrido hacia a mí.

- Son tan diferentes. - era todo cuanto podía decir. 

Y de repente túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora