Desperté por el sonido de la alarma. Eran las 6:00 am, debía apresurarme.
Después de tener ya unos dos meses en Corea, por fin iría a la escuela. No es una idea que me encante, pero tengo curiosidad sobre cómo es y que amigos haré.
Me levanté de mi cama, miré por la ventana y un bello amanecer se podía observar. Me apresuré en ponerme mi uniforme y me miré al espejo. Vaya, no me quedaba tan mal después de todo.
Me peiné rapidamente, ya que no era mucho problema, mi cabello es corto y lacio, no se enreda muy rápido.
Salí de mi habitación ubicada en el segundo piso y toqué la puerta de la habitación de al lado. De esta salió un Huang Renjun recién despierto. Era muy gracioso como sus ojos se achinaban aún más y su cabello parecía un nido de aves, un lindo nido.
Renjun fue mi amigo desde que entré a la primaria, nuestras madres se hicieron muy cercanas gracias a nosotros dos, y se podría decir que era como mi hermano. Lamentablemente, su madre falleció unos siete años después, y no se quedó solo, su padre cuidaba de él, pero no era el mejor y sinceramente no mostraba interés en Renjun. Yo siempre estuve para escuchar sus problemas y llegó un punto en el que no aguanté más, decidí que debía mudarse con nosotros. Y así fue, tras muchos berrinches provenientes de mi persona, mi madre aceptó la propuesta. Al señor Huang no le importó en los más mínimo y nos dió unos papeles para no tener problemas. Y finalmente, después de unos cuatro años, por el trabajo de mi padre, tuvimos que venir a Corea. Sí, todos, y eso también implicaba a Renjun.
- ¡Mei!
Salí de mi transe y encontré a Renjun frente a mí moviendo su mano.
-Señorita Wang Mei, su desayuno está servido.- dijo sonriendo.
- Muchas gracias don RenJuan- reí.
Renjun odiaba que le diga así, por consecuencia, yo lo hacía.
Bajé junto a él y me senté a desayunar, cuando terminé salí de casa junto a Renjun, debíamos caminar unos quince minutos para llegar a nuestra escuela. No estaba nerviosa, Renjun y yo estaríamos en el mismo curso, no estaría sola.
Sacándome de mis pensamientos Renjun tomó mi mano y entrelazó estas, luego empezó a dar pequeños saltos mientras seguía caminando, yo solo le seguí el juego y sin darme cuenta ya habíamos llegado a la escuela.
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Una vez dentro del aula, le pedí a Renjun que no se separara de mí, cosa que él aceptó.
Lamentablemente mi petición no duró mucho, Renjun empezó a hablar con un chico de piel trigueña y este le pidió sentarse con él.
Maldito Renjuan, ya verás, yo también me iré con otro chico que se convertirá en mi hermano postizo.
-Hola, me llamo Lee Jeno -dijo acercando su mano para estrecharla con la mía.
Mi pedido se hizo realidad.
- Oh, hola, me llamo Wang Mei -dije, mientras aceptaba su saludo.
Sin darme cuenta, Jeno ya se había sentado a mi lado. Yo no me negué, fue el único en saludarme y no conocía a nadie.
Poco a poco fueron llegando más personas. Y las chicas, especialmente ellas, me miraban con extrañeza, ¿Tendré algo en el cabello? No, tenía a Jeno sentado a mi lado mirándome con una mano apoyada en su rostro.
- Tienes lindos ojos...y un lindo cabello -dijo mientras pasaba su otra mano sobre este y lo peinaba.
Yo sentí como mis mejillas se volvían de otro color y solo le sonreí en vez de soltar un "gracias".
Esa cercanía me hizo centrarme más en sus rasgos, era muy lindo y cuando sonría sus ojos también lo hacían, era algo muy tierno.
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La primera clase ya había terminado. Y en toda esta un chico no paraba de verme, y no me refería a Jeno. El culpable también era lindo, ¿Cuántos chicos lindos habían en esta escuela?
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¡Holaa! Espero este fanfic pueda ser de su agrado. Muchas gracias por leer hasta aquí, prometo que aunque este sea mi primer fanfic, será bueno. TT 🧸🌙
