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Habían pasado dos días y mi pedido se había hecho realidad, Jaemin no me había buscado y tampoco lo había visto ya que él no iba a la escuela.

Tras haberse cortado la mano que le servía para escribir, ya no tenía sentido que asistiera a clases estando en ese estado.

Por otro lado yo estaba sentada al lado de mi nuevo compañero de mesa, Hyunjin.

- Pss, Mei. -susurró para que el profesor no lo escuchara.

Yo hice como si no lo hubiese escuchado y seguí resolviendo aquella ecuación de matemáticas. Si empezábamos a hablar no pararíamos e iríamos a detención.

- Mei, salgamos hoy por unas hamburguesas.

Mis ojos brillaron, hace tanto no comía aquella delicia.

- Acepto, pero déjame terminar esta ecuación. -dije haciéndole una mueca.

- Que irrespetuosa. -rio.-iremos una vez toque el timbre de salida.

Asentí.

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Las clases ya habían terminado y como había prometido, iría con Hyunjin a comer hamburguesas.

Fuimos a la hamburgueseria más cercana a la escuela ya que me estaba muriendo de hambre al igual que Hyunjin.

Pero una vez dentro pude notar que en una esquina poco notoria estaba Jaemin junto a Somi. Seguramente era una cita. Una cita donde yo quisiera ser Somi.

No quise llamar su atención, es más, me hubiese idi de ese sitio, pero tenía tanta hambre.

Mandé a Hyunjin por una hamburguesa con doble queso y una limonada, mientras yo buscaba buenos asientos que fuesen poco notables para Jaemin.

Lo observaba como podía y si lograba escuchar algo, mejor. Y como por arte de magia empezaron a gritar.

- ¡Todo es por ella! Es una maldita.- gritó Somi.

- ¡Somi, cállate! ¡No puedo controlar mis sentimientos hacia ella por más que quisiese!-gritó Jaemin.

¿Se refería a mí? Poco probable.

Observé como Somi salía del lugar con ojos llorosos y tal vez estaba hasta moqueando. Pero mi mirada se desvió hacia Jaemin, estaba triste. Aquella hermosa sonrisa que él siempre portaba había desaparecido, en vez de eso pude notar que sus ojos pedían a gritos que dejara salir a las lágrimas.

Estuve pensando seriamente en acercarme y perdonarlo, pero en eso llegó Hyunjin con las hamburguesas.

Hyunjin se sentó junto a mí, lo cual no tenía sentido ya que estaríamos incómodos y además había un asiento frente mío, pero no dije nada porque por fin las hamburguesas estaban aquí.

Estaba por comer cuando Hyunjin volteó mi rostro para así poder vernos cara a cara, y cada vez se acercaba más. Él tenía una mirada seria y seductora, mientras yo una neutra, no sabía que hacer y mi cuerpo no respondía. Pero se alejó de mí y salió del asiento.

Jaemin.

Jaemin nos había notado y también había notado aquella escenita.

- No deberías aprovechar esta oportunidad, alguien ya ganó su corazón. -dijo Jaemin.

Jaemin había agarrado a Hyunjin por el cuello de su camisa, su otra mano estaba cerrada en un puño, aquella era la que estaba cortada, se haría daño.

- ¿Ah si? Pues creo que eso no es verdad. -respondió Hyunjin soltando una risa con recelo.

Estaban cara a cara y ambos se miraban con furia, tenían decidido pelear, pero Jaemin tenía una desventaja. Su mano cortada.

Agarré mi hamburguesa junto a la limonada y me levanté del asiento. Debía asegurarme de poder comer aquella hamburguesa sin importar que.

- Hyunjin, muchas gracias por haberme invitado, pero debo hacer algo. -dije secamente.

Agarré a Jaemin de la mano que tenía sana, le entregué mi limonada para que así no fuese tan difícil llevar ambas cosas y lo saqué de ese local, junto a mí.

Debíamos hablar seriamente.

Debíamos hablar seriamente

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Wrong revenge ● Na Jaemin ●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora