Bajé del avión para luego caminar unos kilómetros hasta el aeropuerto, para nuestra mala suerte nuestra aerolínea no incluía esos carritos que te llevan hasta dentro del aeropuerto.
Una vez dentro debíamos salir y tomar un taxi. Pero realmente no imaginé que dentro del aeropuerto me estarían esperando unas amigas mías y también de Renjun.
Ellos nos vieron inmediatamente y corrieron a nuestro encuentro haciendo que Renjun tambaleara por la fuerza con la que se acercaban.
Eran Tzuyu, Jiaqi y Jingyi.
Nos aceleramos en ir a nuestra nueva casa y entre risas casi podía olvidar a Jaemin, es más, a ellas no tendría que contarles nada, por nuestra poca comunicación piensan que solo estudiaba y pasaba tiempo con Renjun.
Entonces estabamos ahí parados, esperando taxis, junto a mis papás que lucían cansados por el viaje.
- ¿Entonces estarás en la misma escuela?-preguntó la mayor,Jungyi.
Asentí.
- Pero ya no estarás junto a mí.-dijo en tono de tristeza.- Ya me gradué.
- ¡No vengas a ponernos tristes con tu vejez!-dijo Tzuyu, haciendo que los cuatro riamos fuerte. Todos, excepto Jungyi.
Cuando dos taxis pararon y aceptaron llevarnos a todos, tuvimos que dividirnos. Yo iría con las chicas y Renjun con mis padres, lo cual no me parecía justo, pero él se había ofrecido.
- ¿Renjun tuvo algún romance?-preguntó Jiaqi con timidez.
Negué moviendo la cabeza.
- Mei, ¿te digo un secreto?-dijo Tzuyu mientras era pateada por Jiaqi.- A nuestra querida Jiaqi le gusta Renjun. La muy boba se dio cuenta una vez que se mudaron a Corea, menos mal volvieron porque sino ya estuviese muerta, o tal vez solo están volviendo por el amarre que le hizo.
Tragué saliva de una manera muy notoria. No quería decirle lo que sabía y tal vez ya no sea más una verdad, tal vez yo ya no le guste más a Renjun.
- ¿No vas a dar tu opinión?-dijo la mayor que estaba sentada delante de nosotras.
- Bueno, Renjun me parece un chico muy lindo, pero creo que tiene a alguien en mente, o no, realmente no lo sé.
Noté que Jiaqi se apenó y empezó a ver por la ventana que tenía al lado izquierdo.
- No me interesa.-dijo secamente.- ¡Yo lucharé por su amor!
Esa era la Jiaqi que conocía.
- ¡Entonces aceptas que te gusta!-gritó Tzuyu.
Jiaqi se ruborizo y miró otra vez hacia la ventana.
- ¡Te gusta!¡Te gusta!
Y así pasamos mi camino hacia casa, entre gritos que parecían de niñas de primaria. Así, junto a ellas pude olvidarme de aquel chico con voz gruesa y sonrisa blanquecina, así pude olvidarlo.
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