Wrong revenge ● Na Jaemin ●

❧04 ☙

Jaemin trajo con él unas rosa y una bandana, con la que me tapó lo ojos.

Andabamos de las manos para que así yo no tropiece, aunque para ser sincera no me molestaba aquella acción. Y de pronto Jaemin paró. Supuse que habiamos llegado al sitio donde sería nuestra...¿cita? Pero no fue así.

Jaemin me hizo dar una vuelta, como las que se hacen en los valls, agarro mi cintura atrayéndome hacia él, y en unos segundos sus labios ya estaban junto a los míos.

- Wang Mei, ¿tienes idea de lo que me haces sentir?¿Cómo puedes ser tan preciosa? -dijo una vez nuestros labios se separaron.

Maldita sea, sabía que no debía aceptar aquella bandana en mis ojos, pero se sentía bien. Sus labios se sentían bien, eran suaves y al besar tenían un movimiento rítmico al cual era fácil acoplarse.

Jaemin solo solto una sonrisa donde podía observar a detalle esa dentadura blanquecina que protege tras esos carnosos labios. Y me volvió a besar. Me besaba mientras yo analizaba todo lo que estaba pasando, no podía reaccionar.
Estuvimos así un par de minutos hasta que una voz nos interrumpió.

- ¿Mei?

Jaemin y yo nos separamos y vimos a aquella persona que preguntaba por mí. Sí, era Jeno.
Habíamos parado frente a la casa de Jeno y él estaba mirando por su ventana.

Jaemin apresuró en tomarme de la mano izquierda y jalarme de esta para ,prácticamente, arrastrarme tras él.

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- ¿Qué fue eso? -pregunté.

- Un beso, ¿jamás te habían dado uno? -dijo enseñando una sonrisa.

- Claro que sé lo que es. -dije mientras me sentaba en el pasto.

Al final habíamos ido a un simple parque que quedaba cerca a la casa de Jeno.

- ¿Y por qué preguntas?¿Quieres que lo repita para que te quede claro?

Si quería, pero apenas lo conocí ayer y ya me gusta. No tiene sentido, no sé nada de él.

- ¿Por qué lo hiciste? No sabes nada sobre mí. -dije.

Jaemin solo centró sus ojos en mis labios.

- Lo hice porque me gusta, Mei. ¿No te queda claro con todo lo que hice y dije? Vaya, creí que eras más lista.

- ¡No me conoces! -en serio colmaba mi paciencia.

- Mei, claro que lo hago.-lo miré confundida- Tu color favorito es el amarillo -fruncí mi seño- te gusta el helado de café -abrí mis ojos a tal punto que podrían salirse - y gustas de mí, o al menos eso harás.

Volteé mi mirada y me centré en el césped recién cortado. Todo era cierto, excepto lo último. ¿Cómo sabía todo eso?

- ¿No te queda claro? A ver, odias las pasas, cumples años el siguiente mes y tu género favorito de películas es el terror.-dijo mientras contaba contaba con sus dedos.

- Ya entendí. ¿Cómo sabes todo eso si no te lo he dicho? -estaba empezando a darme miedo.

- Me gustas desde que te vi e intenté averiguar sobre ti.

Me quedé callada y empecé a jugar con el pasto, estaba pensando seriamente en salir corriendo.

- Bueno, puede que sepas sobre mí, pero eso no te dió derecho a besarme.-dije.

- No te negaste.

-No me diste opción.

Se formó un silencio incómodo. Por fin había logrado que se quede callado.

- Facebook.

- ¿Qué?

- Toda la información la saqué de ahí, no te asustes. Y, si quieres información sobre mí, te la daré. -tomó aire y empezó a hablar rápido.- tengo un hermano menor, me gustan mucho los peluches, es más,mi favorito se llama Ryan, hace unos años sufrí una lesión en la espalda y amo el café.-tomó aire.- mi color favorito es el blanco, tomo leche antes de dormir y...

- Cállate.-solté.

Jaemin parecía avergonzado, algo realmente raro en él. Siempre tenía un comportamiento pícaro y verlo así se me hacía tierno.

- Mei, en serio me gustas. -rodee los ojos- Dame una oportunidad, juro que podré ser el chico de tus sueños en menos de una semana.

- Pff, ¿menos de una semana?¿Te crees capaz?

- Todo lo que propongo, lo cumplo- dijo mientras me miraba los labios.

Me sonrojé. No estaba acostumbrada a aquellas acciones, a menos que provengan de Renjun. Él era como mi hermano y en muchas ocasiones nuestros rostros se acercaban, pero siempre era por accidente.

- Te reto. -dije.

Apenas terminé esas dos palabras y Jaemin acercó sus labios contra los míos, pero esta vez no fue como el beso anterior. Sus labios se movían más rápido haciendo que mi respiración se acelere al igual que mi corazón. Una de sus manos paseaba por mi cabello y la otra por mi cintura. Y sin darme cuenta él estaba encima mío.